—Son un caso aparte —replica divertida—. En fin, te acompaño hasta el salón, tengo que arreglar una cosa.

Comienza a salir, pero la detengo en la puerta para volver a juntarla a mí y besarla. Nuestros acompañantes hacen ruido de arcadas fingidas y se ponen a cantar de nuevo. ¿Alguien puede sacarme esta adicción a sus labios? No entiendo qué me pasa, ni porqué quiero besarla todo el tiempo.

La electricidad que recorre mi cuerpo se vuelve más fuerte cuando abre su boca para profundizar el beso. Tomo su cintura y la pego más a mi cuerpo, por lo que se ríe al sentir a través de la tela lo que me está pasando.

—Me tengo que ir —susurra contra mis labios—. Cuando baje la luz en la tanda de baile nos besamos todo lo que quieras —agrega. Me río y asiento con la cabeza mientras acaricio su mejilla con suavidad. Se me queda mirando y suspira—. Nos vemos en un ratito. —Luego mira hacia atrás de mí—. Chino, ya andá a tu puesto y Andrés, seguí practicando. Nada de romper guitarras en el escenario.

—Sí, señorita —replican los interpelados a la vez. Merlina levanta el dedo pulgar de modo positivo y se va. Yo me queda un minuto parado respirando hondo para que se me baje la excitación y los otros dos se burlan al darse cuenta de lo que me pasa.

—Ema, sos un tremendo ganador —comenta el chino. Ruedo los ojos—. ¿Qué? ¿Acaso no puedo felicitarte?

—No —respondo cortante—. Y vayan trabajar, no quiero que le salga mal la fiesta —agrego antes de salir.

Veo a mi papá hablando con Carlos y voy a saludarlo. Es el único que me cae bien y, además, es mi nuevo suegro. Tengo que quedar bien.

—Hola, Ema —me saluda luego de un abrazo—. ¿Cómo va todo? ¿Ya estás aburrido?

—La verdad que sí —respondo entre risas—, no sé cuánto falta para que empiece la fiesta, pero no veo la hora de que termine. —Lo último es cierto, en cuanto termine el evento voy a poder irme con la organizadora a donde sea.

—Es que quiere irse con la novia —manifiesta mi papá de repente. Lo miro con los ojos abiertos de la sorpresa—. ¿Qué? ¿Acaso no volviste con Vanina?

—¡Ni loco, papá! —exclamo ofendido—. ¿Qué te hace creer eso?

—Bueno... la forma en que se saludaron recién y todo, hijo. Se nota claramente.

—No sé qué tenés en la cabeza. Al menos de mi parte, nada que ver con ella.

—¿Entonces tenés otra novia? —inquiere Carlos divertido. Muerdo mis labios en un gesto pensativo y termino asintiendo. Ambos sueltan una exclamación de asombro—. ¿Y quién es?

Merlina se acerca con una sonrisa de oreja a oreja y abraza a su padrastro.

—¡Bienvenido! Espero que te diviertas —le dice.

—Gracias, querida, seguro que sí. Esto quedó espectacular, seguro la fiesta va a ser tan impresionante como esta decoración tan elegante y propia de Lezcano Company, ¿no? —responde. Mi papá y yo asentimos—. Te esforzaste mucho como toda trabajadora y seguro que tu mamá va a estar orgullosa en cuanto le mande las fotos. Porque me pidió muchísimas fotos...

—¡A mí también! —suelta ella en una carcajada—. Mi mamá está loca.

—Pero así y todo la amamos —replica Carlos con gesto soñador. Merlina lo mira con cariño y le da la razón. Luego entra el maldito mago y va corriendo a saludarlo, lo que me molesta mucho, pero me la aguanto porque yo también traté bien a Vanina y la hizo poner celosa—. ¿Entonces vas a decir quién es tu novia? —vuelve a preguntar.

—Ehh... sí, más tarde. Ya vengo.

Me dirijo a la secretaria que apenas está llegando, todo con tal de zafar de las preguntas incómodas que van a empezar a hacer esos dos hombres.

—Hola, Valeria, ¿cómo estás? —la saludo. Ella me mira con una sonrisa. La verdad es que está muy bien vestida. Tiene un maquillaje bastante oscuro y los labios pintados de rosa, que combinan con un mono largo muy elegante que tiene puesto del mismo color.

—Bien, gracias. ¿Y vos? ¿Ya la viste a mi amiga?

—Sí, ya la vi —respondo sin poder contener la sonrisa al escucharla hablar de Merlina. La rubia me mira con diversión—. Justo llegó el mago Kinse y se fue con él.

La observo de lejos mientras se ríe junto a su acompañante y siento cómo mis ojos se transforman en dos corazones. Me siento tan idiota por estar enamorado. Ella clava sus ojos en mí y me dedica una sonrisa que me derrite, pero al ver a su amiga arquea sus cejas y la saluda de lejos. Luego se acerca junto a Juan Manuel y el mago hace una mueca de disgusto cuando me saluda con un asentimiento de cabeza. Yo, obviamente, lo imito.

Las dos chicas se abrazan y se dicen lo lindas que están y hablan de cosas que no entiendo nada, como la marca de la ropa que están usando. Kinse me observa con atención.

—¿Ya se te derritió el corazón? —me pregunta. Lo miro con estupefacción y suspiro.

—Dejá de decir esas estupideces, nunca tuve un corazón de hielo —contesto ofendido.

—Si vos decís... —comenta encogiéndose de hombros.

Prefiero no responder antes de que me salga un insulto. El imbécil se cree que puede decirme eso porque intentó conquistar a Merlina antes que yo, ¿pero quién ganó al final?

—¡Ema, te necesito! —Escucho que me llama Vanina. Ruedo los ojos y suspiro antes de dirigirme hacia la cocina.

¿Qué quiere ahora?

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Holaaa! Capítulo atrasado porque ayer no tuve tiempo para nada!! Pero acá está.

¿Qué piensan que va a pasar? Estamos en la recta final jaja

Voy a empezar a dedicar los últimos capítulos, si quieren, me siguen en Instagram (my.cherry.bomb) donde me pueden decir que quieren dedicatoria o me lo dicen por acá directamente jaja nos vemos el lunes, besos!

Un flechazo (des)organizadoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz