Lo único que pudiste hacer fue asentir, si hubieras hablado quizá tu voz se habría escuchado entrecortada por tu emoción o habrías tartamudeado.

—¡B-bueno! Giyu-san tengo cosas que hacer, Aoi vuelve hasta la noche y tengo que ayudarle a las niñas con la limpieza. ¡Por favor no te muevas mucho y cuida de tu salud!

Dejaste la caja de mochis con él, hiciste una reverencia para poder salir de la habitación sin culpa alguna, tu corazón se aceleró como si hubieras corrido un maratón, mientras que dejaste a un Tomioka confundido dentro del lugar.
Sólo había sido un día y medio y de alguna forma sentiste que comenzaba a gustarte, ¿qué diablos harías? O bueno... Si en verdad te gustara, ¿qué diablos haría Shinobu al enterarse? Bueno, no mantienen una relación, ¿verdad? Pero en dado caso de que lo hicieran, ¿qué pensaría ella?

Un montón de preguntas y dudas aparecían por tu cabeza, saliste al jardín, echandote sobre el pasto para ver las nubes. Tokito te había recomendado hacer eso cuando te sientieras ansiosa o derivados, deberas que agradecías el consejo.

Pero si te enamoraras... ¿Él también lo estaría de ti?

En la noche regresaste, claro le habías llevado el almuerzo. Él estaba viendo el cielo por la ventana, se la pasó todo el día en la cama tan siquiera hubieras tenido compasión con Giyu, lo dejaste en un aburrimiento total.

—Con permiso... —dijiste entrando con una bandeja en las manos.

Le dejaste la bandeja en el mueble de al lado y jalaste una silla para sentarte a un lado de la camilla. Había un silencio que resultaba ser un poco incómodo pero de algún modo era tranquilo.

—Cuando termines de comer te cambiaré las vendas, tal vez solo ha pasado un día o dos... Bueno, el chiste es que necesito ver como está avanzando tu recuperación quien sabe, tal vez y necesitas reposar más tiempo.

—Está bien —tomó la bandeja entre sus manos. —¿Tu ya cenaste?

Negaste.

Tomó la cuchara con arroz y la llevó hacia tu boca te pidió que la abrieras no pudiste negarte ya que lo hizo de buena forma.

—Comamos juntos —te dijo cuando la comida ya estaba en tu boca y ahora él estaba comiendo.

Asentiste nada más.

Como los dos se encontraban comiendo no tardaron en terminar, se quitó la parte de arriba de la pijama que tenía para no usar su uniforme.
Acercaste más tu silla a la camilla y empezaste a quitar las vendas con cuidado, nadie decía nada pero sabías que él se encontraba viéndote mientras trabajabas, su mirada se sentía sobre ti. Eso te hizo poner roja pese a eso intentabas ignorarlo.

—¿Te da pena ver a un hombre con el torso desnudo? —preguntó.

Hizo su pregunta justo cuando habías terminado de quitar las vendas y te encontrabas buscando en el cajón del mueble de al lado; alcohol y algodón.

—Bueno Giyu-san, cuando yo estoy casi nunca hay heridos y si llega a haberlos no tienen heridas en el abdomen, las tienen en la cara mayormente...

Respondiste intentando calmar tus nervios, tus manos comenzaban a temblar aquella cuestión te hizo pensar en lo que divagabas en la tarde. Él.

Ya no te respondió, dejó que siguieras con tu trabajo. Le echaste un poco de alcohol al algodón comenzando a pasarlo por la herida que tiene en el abdomen. No hizo ningún ruido de molestia o dolor como la primera vez, eso por lo menos te indicó que mejoró notablemente.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora