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No es por atosigar a nadie, pero lean "Con Ritmo Psicodélico" y "Ángeles y Demonios". Ambas historias se encuentran en mi perfil.

(...)

—Hola, Changbin.

Aquellas dos palabras habían significado para Seo, dos cosas. Una, que había sido él quien había caído en la trampa del australiano.  Dos, que el armario en el que se había escondido era demasiado pequeño y ahora tenía la espalda lastimada.

—Esto... No es lo que parece -musitó el bajito en voz baja, deféndiendose de cualquiera acusación que los otros dos formulasen en su cabeza, digno de un drama mexicano. —Solo estaba aquí para daros un susto, no esperaba que... Bueno, no me esperaba esto.

—¿En serio? —inquirió Felix, sin borrar su estúpida sonrisa mientras lo sujetaba por su barbilla con dos dedos, apretando sus mejillas. Changbin rezaba porque no fuera con la mano con la que estaba manchada de... Bueno, de Han. —Creí que estabas disfrutando del espectáculo.

El menor palpó entonces la evidente erección del mayor, quien soltó un quejido cuando el australiano apretó sobre la tela.

Los pequeños pero hábiles dedos del rubio, abrieron la bragueta del pantalón, sacando la longitud de Seo al exterior.

—Jisung, ven aquí —ordenó Felix con una voz grave que hizo temblar a los presentes. El mayor se acercó al armario, obediente. Parecía tener ¿miedo? —¿Recuerdas que te dije que no te acercaras a él? Bueno, podrás disfrutarlo solo por esta vez. Ahora arrodíllate.

Changbin no entendió muy bien a lo que el australiano se refería, solo supo que, en cuanto quiso darse cuenta, la lengua de Jisung ya se encontraba lamiendo su longitud como si fuese una paleta.

—¿Solo eso? Creí que lo que sentías por Changbin era más real. Demuestra cuan profundos son tus sentimientos —escupió el más alto, asustando realmente al más bajito de todos.

En serio no entendía muy bien lo que estaba sucediendo y tener a Jisung entre sus piernas no ayudaba. Sin embargo aquella confusión no duró mucho, puesto que Felix, sujetando con ambas manos la nuca de Han desde las espaldas de Changbin, obligó al mediano a tragarse toda la longitud del mayor, olvidándose incluso de como respirar.

Un bulto bien formado en los pantalones del australiano se frotaba indiscriminadamente contra los glúteos del bajito, quien mareado por el contraste de calor húmedo por delante y seco por detrás, se sentía desfallecer.

—Fe-Felix, por favor —lloriqueó Jisung, luchando por respirar, puesto que el australiano no le daba ninguna tregua, obligándolo por la fuerza a mantener la extensión del bajito en su boca y lo que provocaba un entorpecimiento en sus vías respiratorias.

—¿En serio? ¿Ya no puedes más? ¿No era que amabas tanto a Baby Binnie?

Changbin quería quejarse de aquel mal trato hacía Han, pero o su cabeza se encontraba girando en todas direcciones o era la habitación que se movía. La cálida humedad que rodeaba a su pene, el cual era succionado con fuerza, le proporcionaba una sensación que le era complicada de describir. La boca del contrario obraba verdaderas proezas alrededor de su carne.

—¡Por favor! —exclamó Jisung, deshaciéndose de la longitud de Changbin y del agarre del Felix, en una lucha por que el oxígeno regresase en sus pulmones. Unas gruesas lágrimas bajaban por sus ojos. —Lo siento yo...

—¿Ves? Te lo dije. Tú no eres suficiente para Changbin. Nadie en esta casa lo es —susurró en su oído, aunque el motivo de aquella situación lo escuchara perfectamente. —Así que... ¿Por qué simplemente no te vas con los demás y continúas molestándolo y ganandoos su odio?

Sweet, sweet, little cupcake •°changharem°•  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora