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Una vez ambos chicos se separaron, estes se mantuvieron estáticos en su sitio, con el rostro muy cerca del otro y con sus ojos estudiando cada de parte de piel que se hallaba ante ellos. Sus alientos, cálidos debido al momento que acababan de compartir, se entremezclaban entre ellos.

Changbin sabía bien lo que pensaba el pequeño. Creería que aquello sería un gran error, pero gracias a la presencia de Seungmin, el chico no se echaría atrás.

Y sería gracias a Seungmin el que Jeongin se sumase a su bando, consiguiendo un aliado excepcional a su causa pues bien sabido era el efecto que causaba el maknae en los demás miembros del grupo.

Tanto tiempo entre las sombras, conociendo y aprendiendo todo sobre sus compañeros mientras estos lo ignoraban, que ahora incluso podía predecir el comportamiento de cada uno, aunque a veces Chan fuese algo complicado para eso.
El mayor a veces podía ser un factor sorpresa en sus planes, pero sabía que, teniendo al menor de su lado, este dejaría de ser un problema.

Todos adoraban al pequeño Jeongin, aunque él lo odiase.

En realidad, mucho tiempo atrás, cuando aún podían denominarse como un grupo novato,lo había amado, como a todos los demás. Nunca Changbin había fallado a ninguno y siempre estuvo disponible para sus amigos ante cualquier problema. ¿Y cómo le habían pagado?
Después de todo lo que había hecho por ellos y de todo el amor incondicional que profesaba hacia sus compañeros, ahora tan solo quedaba un profundo resentimiento.

Los odiaba. Les haría pagar por todo aquel tiempo en el que le hicieron sufrir. Ya no los necesitaba. Ahora tenía amigos que realmente lo querían.

—Chang-Changbin —interrumpió una vocecilla el momento, mientras el agarre contra su cintura se hacía más fuerte. —¿Y-y yo qué?

—¿Acaso te he dado permiso para hablar? —escupió molesto, pegándole una bofetada, asustando al menor.

—¡¿Qué estás haciendo?! —exclamó escandalizado, empujándolo y tirándolo al suelo —¡No vuelvas a atreverte a levantarle la mano a Seung...!

Pero no pudo continuar, puesto que el mayor lo había empujado para ayudar a Changbin a levantarse. Este pareció sonreirle y lo atrajo contra sí, compartiendo un candente beso mientras Kim se frotaba contra él como si estuviese en celo.

—Compórtate —le recriminó el mayor, volviéndole a pegar en la mejilla. El contrario asintió, volviendo a sentarse en la cama, obediente, todo bajo la atenta mirada del más pequeño. —Y ahora recuéstate.

Jeongin no sabía que cara mostrar, ante lo que estaba sucediendo ante sus ojos.

Seungmin, ahora atado al cabecero de la cama, observaba con lujuria el como Changbin iba deshaciéndose de su ropa, prenda por prenda. El bulto en el pantalón de Seungmin se hizo mucho más evidente.

—Innie, ¿vas a estar parado ahí mucho rato? —preguntó Seo, viendo como el menor seguía en el suelo, desorientado. —Ven, acércate.

Yang obedeció, sentándose entre las piernas de Seungmin, justo dónde Changbin le había indicado. Kim se estremeció al sentir como las piernas de su amigo se ubicaban peligrosamente cerca de su virilidad.

Entonces el mayor, dejando a la vista de Kim su rosada entrada y acercándole esta a sus mojados y apetecibles labios, permitió que la lengua de su menor jugase con ella degustando hasta el último rincón de aquella zona, convirtiendo al bajito en un concierto de  gemidos y ruiditos de placer.

—In-Innie —jadeó consumido por el placer mientras atraía al menor contra sus labios de nuevo para tratar de contener sus sentidos intactos, balbuceando incoherencias contra los labios del más pequeño, quien se encontraba completamente sonrojado. —¡Ah, Seungmin! ¡Sigue!

Sweet, sweet, little cupcake •°changharem°•  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora