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—¿QUÉ RAYOS HACEN AQUÍ CHICOS?— la chica mayor preguntó inquisitoriamente mientras se acercaba al lugar en donde estaban los mencionados, lo cual generó que estos se quedaran embobados viéndola, Venus rodó los ojos con disgusto, incluso Thomas se había quedado mirandola.
Nikki era una gran chica, en realidad le caía muy bien aunque nunca habían hablado mucho, siquiera unos cuantos saludos en la escuela, y un par de sonrisas. Pero sentía que eso le bastaba para saber realmente que era alguien muy amable y dulce. Por lo que sentir celos hacia la reacción que ella ocasionaba en los chicos, y por lo tanto enfadarse un poco con ella, le parecía inmaduro y totalmente estupido. Esto no evitó que se sintiera así, odiaba que aunque pudiese racionar, no tomara en cuenta sus propios pensamientos. Se sentía mal por actuar de esa forma.
Thomas por el contrario a lo que la ojiverde pensaba, aunque si se había quedado mirando un poco a la chica, esto duró muy poco, a diferencia de los demás. Dado a que luego de esto había volteado su mirada para concentrarse en el estado de Mars, le preocupaba que tal susto le hubiese afectado, por lo que al verla con la mirada gacha y reacia, pensó que si había sido así.
Después de esto, se posicionó más cerca aun, olvidando que estaban tomados de la manos y levantó su rostro delicadamente con su áspera mano libre. Esto duró menos de medio segundo, pero fue lo suficientemente fuerte como para que las cosas dentro de la mente de la rubia se aclararan fugazmente y creyera que sus piernas flaqueaban, ninguno de los demás que estaban en el cuarto se dio cuenta. Tan solo bastó con ese medio segundo para que la mirada del chico le trasmitiera que todo estaba bien. Aunque muy pronto no lo fuera a estar.
—Um... bueno, Sammy no ha salido estos días a jugar manhunt, entonces pensamos que, quizás, los Hoffmans estaban muertos.
—Y déjame adivinar, pensaste que los habia asesinado el Sr. Mackey.
—¿En serio?
—Espera, ¿en serio estuviste hablando con ella?— las facciones del peligro cambiaron drásticamente ante tal confirmación, este no creía nada de lo que Davey habia estado diciendo, por lo que pensaba que estaba alucinando.
—Ok, ¿qué es lo que ocurre aquí? ¿Lo están haciendo?— Farraday cuestionó curiosamente, tal pregunta tomó desprevenida a la rubia, no conocia ese lado de su mejor amigo, para nada. Pensaba que era aun aquel niño de seis años que se quedaba a dormir en su casa y que se dejaba peinar y echar brillitos en su rostro mientras jugaban a que ella era la princesa y el su dama real. O cuando jugaban a que atacaban una base militar en plena guerra mundial.
—Solo digo que él es mas hombre que todos ustedes, pervertidos.— luego de esto, la mayor sonrió dejando dudas en el aire, que todos asumieron inmediatamente.
