three.

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chapter three. manhunt and porn !

     LAS 6 DE LA TARDE HABÍAN llegado más rápido de lo esperado para la rubia; entre escoger los mejores productos y esperar en la caja hasta que llegara su turno —ese día, al parecer todas las personas se habían puesto de acuerdo en hacer las com...

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LAS 6 DE LA TARDE HABÍAN llegado más rápido de lo esperado para la rubia; entre escoger los mejores productos y esperar en la caja hasta que llegara su turno —ese día, al parecer todas las personas se habían puesto de acuerdo en hacer las compras—, pasó una hora. Hora la cual había planificado que fuera solamente veinte minutos. Su horario se había arruinado totalmente, ya no podría ayudar a su madre a organizar la alacena por orden de importancia y alfabéticamente, ni podría leer por media hora el cómic de Archie's.

Mars esperaba impaciente en el segundo lugar de la caja para pagar lo que había escogido, sus nervios crecían cada segundo más mientras observaba la lentitud con la que la pelirroja detrás del mostrador, registraba los productos de una anciana vestida de morado, quien pasaba paciente y alegremente todo tipo de chucherias —nada buenas para una persona de su edad—.
La ojiverde se sentía totalmente frustrada, a tal punto de creer que esas personas se estaban comportando de tal forma para hacerla enojar y retrasar su horario —el cual siempre debía cumplir rigurosamente—. Tomó el bolso blanco que había escogido luego de terminar de hablar con Farraday. Este contenía algunos elementos banales que eran de su adoración, como su perfume favorito —que aplicaba medidamente cada tres horas si se encontraba fuera de su casa—, un bálsamo labial para mantener sus labios hidratados, su cepillo —odiaba sentir su cabello hecho un desastre— una linterna —con la cual siempre salía puesto que le gustaba estar preparada, además de que esta era necesaria si le tocaba el rol de cazadora en manhunt— un rociador pimienta, y por supuesto su agenda lila y unos de sus lapiceros favoritos.

Extrajo el cuaderno que utilizaba para manejar su tiempo, y registró en este el retraso que había conllevado comprar a esa hora —hizo todo eso mientras se recargaba en uno de los stands que estaban cerca del lugar, incomodando a la vez a un chico detrás de ella, quien tuvo que moverse un poco para que esta no lo atropellara— y luego guardó fuertemente este objeto. Había tenido que eliminar su lectura y reducir el tiempo de ayuda a su madre a diez minutos para que alcanzara a salir con los chicos a jugar. Parecía que todo estaba en su contra, pues luego recibió una pisada en sus zapatos beige favoritos.

Al llegar a su casa, dejó cuidadosamente todas las compras y avisó a su madre que no tenía tiempo suficiente para ayudarle.

-Intentaré abrir un espacio antes de irme a dormir madre, hoy la tienda estaba llenísima, además de que la ineptitud de la registradora para cobrar todo, fue enorme. ¡Lo hubieras visto! Parecía como si se estuviera tomando todo el tiempo del mundo, mascando goma de mascar de una manera desagradable. ¡Y ni mencionar a la horrible anciana de morado que lucía com...- su madre azotó la puerta que daba al jardín para intentar silenciar a su enojada hija, cuyas facciones se relajaron ante tal estruendo.

—Mars, ¿no crees que se te hará más tarde si sigues quejándote?— la señora Williamson le sonrió de soslayo y se acercó hacia la ojiverde, para luego rodearla con sus brazos y besarle la frente— ten cuidado cariño.

𝐈𝐃𝐋𝐄 𝐓𝐎𝐖𝐍. summer of 84Where stories live. Discover now