four.

1K 119 35
                                    

  chapter four.              just like in the old
days !

     A VENUS LE CONFUNDÍA como Eats podía ser extremadamente tierno cuando se lo proponía, pero un total idiota asqueroso otras veces

К сожалению, это изображение не соответствует нашим правилам. Чтобы продолжить публикацию, пожалуйста, удалите изображение или загрузите другое.

     A VENUS LE CONFUNDÍA como Eats podía ser extremadamente tierno cuando se lo proponía, pero un total idiota asqueroso otras veces. Sentía que siempre intentaba esconder su verdadera forma de ser. Luego de haber huido prácticamente de la casa del árbol sin despedirse de este, la rubia se encontró a sí misma vagando por el ahora oscuro suburbio en el cual había pasado la mayoría de su vida. Por un momento olvidó su horario y sus reglas, simplemente sintió el momento, observó las casas ordinarias que se alzaban a cada lado de la calle, y pensó en que debía salir de ese pueblo en la primera oportunidad que se le presentase. No quería permanecer allí, los chismes corrían con facilidad, la hipocresía reinaba entre algunos adultos. Lo único bueno eran sus amigos y la tranquilidad que le generaban, aunque últimamente estuviese abrumada por Thomas.

     —Hey, espera Mars.— alguien gritó detrás de ella.

     —Hey Curt.— intentó disimular el desdén que reinaba en su mente.

     —¿Estás bien?

     —Sí, no te preocupes.— la ojiverde le sonrió ampliamente, el único hecho de saber que este la conocía lo suficiente como para identificar cuando estaba distinta realmente hizo que todas sus preocupaciones se esfumaran.

     —Realmente no te creo, de todas formas, sabes que puedes contarme lo que sea.

     —Por supuesto.

     Los dos adolescentes se habían conocido antes de que su pequeño grupito existiera, generalmente siempre hay ventajas de vivir en los suburbios, estos están inundados de niños. Cuando las dos chicas Williamson se mudaron a aquel pueblo, Mars tenía apenas seis años. Los Farraday tocaron a la puerta de su casa para darles una amigable bienvenida, y los infantes de esas familias —cuyas habitaciones coincidían— comenzaron a relacionarse hasta hacerse tan cercanos que la rubia se quedaba a dormir con el niño en el verano por lo menos tres días a la semana.

     —¿Quieres quedarte en mi casa hoy?— la ojiverde preguntó de la nada al chico que caminaba en silencio al otro lado de la acera.

     Tomándolo por sorpresa —puesto que luego de que cuando cada uno llegó a la pubertad, esas pijamadas dejaron de ser tan frecuentes, para pasar a ser una al año— la observó por unos segundos mientras se acomodaba sus enormes lentes.

     —Creo que tendría que preguntarle a mis padres, pero estos estarían felices.

     Caminaron hasta el jardín de enfrente de la casa Williamson.

     —Por supuesto, si te dejan estaré esperando, hablamos por la ventana.

     La rubia corrió hacia el porche, al llegar a este volteó y le sonrió al chico, quien aún por algún motivo que Mars no entendía estaba en algún tipo de shock.

𝐈𝐃𝐋𝐄 𝐓𝐎𝐖𝐍. summer of 84Место, где живут истории. Откройте их для себя