chapter seven. Ipswich's Library, the Hoffmans and operation Mack !
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—OH, DAVEY ERES.. realmente eres un mal besador— los chicos se encontraban en la biblioteca de Ipswich buscando noticias acerca del asesino que andaba suelto.
—¿Qué? Lo... L-lo siento N- Nikki.— Thomas Eaton se dio la espalda y se empezó a abrazar a sí mismo fingiendo la voz de la chica que traía loco a Armstrong.
Mars rió mientras empujaba al pelinegro.— ¿Cuándo vas a madurar?
—Ayúdame a hacerlo, nena.— la rubia rodó los ojos sin borrar la sonrisa de sus labios rosados, Thomas rió de soslayo al observarla hacer eso.
—¡Chicos! Dejen esa mierda.— Farraday volteó a observar a los tres miembros de su grupo, quienes estaban al lado de unas estanterías.
—A diferencia de ustedes yo sí suelo venir a aquí a estudiar. ¡Entonces no intenten que me echen!— el rubio volvió a concentrar su mirada en la pantalla que tenía al frente llena de titulares de periódicos de ese año.
—Mira, el asesino de Cape May, quince víctimas confirmadas y siguen contando.— señaló Davey, a lo que la ojiverde se acercó para poder observar mejor.
—Muy extraño, no lo entiendo, ¿por qué enviaría una carta sólo hasta ahora? Después de tanto tiempo.— cuestionó Woody.
—Ha estado asesinando chicos y saliéndose con la suya por años, se ha aburrido así que ahora está subiendo las apuestas.— señaló obvia Venus, mientras observaba mejor la pantalla en medio de los dos adolescentes.
—Aunque no contaba con nosotros.— añadió el castaño.
—Dios ¡Farraday! No es como si lo fueras a romper.— el chico sintió como la rubia tomó de sus manos el pequeño control que manejaba la pantalla.
—¡¿Qué rayos estás haciendo?!— Dale Woodworth exclamó al observar que el pelinegro tomó una revista y la escondió en sus pantalones.
—Porno gratis, bro.
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