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IPSWICH, OREGON podría ser calificado como uno de los pueblos más aburridos de Estados Unidos, no tenía el movimiento de Las Vegas ni mucho menos el tamaño de New York, Manhattan o Los Angeles; todo ello producía que los rumores creados en ese lugar, fueran tomados con mucha más importancia de la necesaria. Cualquier cosa que rondara por allí se quedaba un buen largo rato, por lo tanto todo el mundo se encargaba de que no fueran ellos de los que conversaran las personas al cruzar la calle o al comprar en la tienda local.
Los Eaton eran una de las muchas familias de las cuales se hablaban, sus constantes peleas domésticas y sus hijos fuera de control justificaban tal hecho. Thomas Eaton se encontraba en su lugar preferido, la casa del árbol que había construido con su padre cuando todavía eran una familia. Ese era el único espacio que sentía suyo. Habían regadas por doquier latas de soda, envolturas de caramelos y revistas —revistas que no eran de mucha importancia claro, sus favoritas (las playboy o pornograficas) las guardaba junto con sus amigos pues eran sus tesoros más preciados—. Un sillón café medio roído, un colchón, un cajón que utilizaban también de asiento y un pequeño mesón era lo único que el angosto lugar tenía. Aunque Mars se había ofrecido a limpiar su guarida —puesto que le estresaba tener que pasar tanto tiempo en ese desorden— Tommy nunca le había dicho que sí exactamente, sólo evadía el tema. Los posters de distintas bandas de rock se alzaban por las cuatro paredes de madera color caoba.
—Sabía que estarías aquí.— una voz inundó el profundo silencio que rodeaba al pelinegro mientras estaba acostado mirando hacia el techo.
—Claro que estaría aquí, ¿en dónde más podría ver a estas hermosuras en paz?— el chico señaló una de las muchas revistas con mujeres —aunque no estuviese exactamente disfrutando de la vista— y pretendió como si hubiese estado haciendo algo más, quizás para evadir la comprometedora situación en la que lo había encontrado, él al punto de tener una crisis existencial y nerviosa mientras escuchaba a lo lejos los gritos de su madre.
—Eres un asqueroso, ¿podrías al menos no compartir tanta información?
—Sé que estás celosa, pero tú podrías ayudarme también.— la rubia rodó los ojos.
—¿Cuándo vas a dejar de ser un estupido?
—¿Cuándo vas a dejar de ser una amargada?
—No soy amargada, sólo me gustaría compartir de una amena conversación contigo sin que menciones el hecho de tener sexo cada tres segundos.
Eats se levantó del asiento y tomó un cubo de rubik que reposaba en el mesón al lado de una lata medio vacía de Coca Cola.
—¿Qué ocurre? Veo que no tuve que agendar un espacio para estar contigo.
—Qué gracioso— Mars volvió a rodar los ojos y tomó asiento al lado del chico—.En realidad y aunque no lo creas, quería saber cómo te encontrabas.
—¿Por qué la pregunta? Obviamente bien, «I'm really fine»1–el ojiverde volvió a guiñar el ojo en un intento para distraer a la rubia.
—Sabes de que te estoy hablando, y no, «You're not fine» ¿Acaso no ves que parece que no has tomado una ducha por semanas? Me gusta tu cabello pero se ve muy graso.
—Ahora tú eres la graciosa.— Mars sonrió ampliamente antes de soltar una carcajada.
—Era mi turno.— Tommy la observó atentamente, viendo cómo sus ojos se cerraban cuando reía y como tomaba su cabello para no desordenarlo—. Es en serio, ¿cómo estás? ¿Hay algo que pueda hacer?— terminó la chica luego de unos instantes de burla.
—Estoy bien, no debes de preocuparte por nada Venus, es lo mismo de siempre. Los dos se quieren matar, me he acostumbrado a que la tercera guerra mundial tenga lugar en mi casa.
—No estás bien, lo sé, y está bien no estar bien, pero no debes guardarte todo lo que sientes porque ello sólo te hace una bomba de tiempo. Ten en cuenta que estamos contigo, Woods, Davey, Curtis. Todos te apoyamos.
—Gracias.— Mars abrazó al chico sintiendo lastima por su situación. Mientras lo hacía, su mente cuestionaba el hecho de que le había mentido a Farraday, no iba a ir a Ipswich Lanes con Morgan, sólo iba a ver al menor de los Eaton, le confundió su impulso de mentir por ello, puesto que no le calaba el rendirle cuentas al cuatro ojos.
Thomas disfrutó aquel abrazo, aunque no le gustara demostrar sus debilidades, y que intentara aparentar ser sólo un chico hormonal, muy en el fondo era todo lo contrario; sólo que utilizaba sus comentarios inapropiados y chistes malos como escudo hacía todo aquello que lo lastimaba y lo hacía una persona.
—Debo irme, le prometí a mi madre comprar unas cosas para la cena, se me hace tarde.
—Está bien M.— Eats sonrió de soslayo.
—Por cierto, sin querer aplasté mi Walkie Talkie, así que no me daré cuenta exactamente de cuándo vamos a salir a cazar.
—Entonces pasaremos por ti.
—Está bien, pero deben ser puntuales no...— comenzó la ojiverde siendo interrumpida por el pelinegro quien reía.
—"No quiero desordenar mi horario."— completó lo que quería decir la chica intentando imitar su voz, lo que le salió terriblemente mal.
—Nos vemos luego.— Mars rodó los ojos y salió en dirección hacia la tienda del señor Kneene.
Aunque últimamente no se sentía muy segura en el pueblo —dadas las desapariciones por todo Cape May— siempre se esforzaba por ayudar a su madre, quien estaba ocupada administrando su salón de belleza para darle lo mejor, así que esta había organizado un cronograma con el horario de compras para lograr tener el tiempo suficiente y jugar Manhunt a las 7 p.m.
~•~ no voy a incluir escenas románticas tan pronto (¿o creen que el momento con tommy fue romántico?) debido a que no tolero el hecho de que todo sea muy acelerado en los fanfics lmao. ¿les gustó que este capítulo haya sido una pequeña introducción a la vida de eats? personalmente creo que él es uno de los personajes con historias más profundas —no sé si sea sólo yo la que piensa así lol—.
alsoooo, ¿team farraday, eaton, armstrong o woods?
words; 1067
1- básicamente hice referencia al significado que se le atribuye generalmente a esa oración en slang, traduce "estoy muy bien" pero en ese contexto significaría "estoy muy bueno".
