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LA OFICINA DEL SHERIFF reporta que están buscando a un hombre caucásico entre sus 30's a 40's que vive solo. Sus victimas oscilan entre adolescentes de 12 a 16 años...
—No puedo creer que algo así pueda pasar aquí.— Mars se acomodo en la cama del chico Armstrong, tomó una almohada y apoyó allí su cuaderno lila para poder registrar el tiempo.
—Esta es la cosa más interesante que nos ha pasado.— dijo emocionado el castaño.
—¿No dijeron que caza chicos de nuestra edad?— cuestionó Dale asustado en la otra esquina de la habitación.— ¿No deberíamos dejar de jugar manhunt tan tarde?
—¿Por qué? Ninguno de los niños que han desaparecido son de Ipswich, y Cape May es jodidamente grande.— aclaró el pelinegro sentándose al lado de la rubia, observó cuán encimada y abrumada en sus pensamientos se veía. Esta escribía pero sus facciones estaban tensas.
—No es tan grande, ¿cuántos county's son? ¿Nueve?— interrogó Davey.
—Son diez.— aclaró el de gafas al lado de Venus. Esta al escuchar su voz, alzó la mirada y volvió a re conectarse con la conversación que estaban llevando a cabo. Guardo rápidamente su cuaderno en la mochila que llevaba a todas partes, ya había terminado de registrar cuánto tiempo había pasado con el rubio, quien desordenó todo su horario en la mañana, puesto que se quedaron hasta altas horas de la madrugada hablando, y luego cuando se había dormido —o por lo menos así creyó ella— la rubia se había quedado otra media hora sumergida en sus pensamientos. Cuando las 10 de la mañana tuvieron lugar, estos ya se encontraban nuevamente despiertos y hablando banalidades recostados en la cama. Le sorprendió cuan grato era conversar con el chico.
—Chicos, ¿cómo no están emocionados de que algo esté finalmente sucediendo aquí?— Davey preguntó frenético.
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