Confusión

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Capítulo 2: Confusión

Ella no recordaba como había llegado a la mansión. La última memoria que tenía antes de aparecer adolorida en aquel frío suelo era haber huido al bosque. Sus padres vivían en una finca. Siempre le compraban trajes de princesa aun cuando ella secretamente prefería utilizar los pantalones que usaba su padre.

Tenía 24 años y estaba comprometida con Jack. Era un hombre apuesto de unos 30 años de edad. Tenía dinero y la mayoría de sus amigas decían que era un excelente partido. Ella también opinaba lo mismo. El único problema era los sentimientos que no despertaba en ella la cercanía del buen mozo. No le ocurría lo mismo que a sus amigas ya casadas. No estaban las mariposas, los nervios o el deseo. Sus amigas hablaban de sensaciones en el estómago y entre las piernas; ella solo sentía cariño por Jack. El mismo cariño que sentía por sus amigas.

Esos otros sentimientos los había experimentado en otras circunstancias. La primera vez: cuando por casualidad entro a las caballerizas y encontró a una de las sirvientas tomando un baño en las duchas de los trabajadores. El recuerdo siempre permanecía fresco. Era una mujer joven, aunque no tanto como ella. Tenía la piel mucho más tostada que la suya. El cabello era color almendra, caía como un manto un poco por debajo de sus hombros. Ella se había ocultado, asegurándose de tener una buena vista de aquella imagen. El agua caía por el pecho de la mujer, sus pezones estaban henchidos por el frío y un parcho de cabello escondía su pudor. Su boca se secó y por primera vez en 22 años ella había sentido esa extraña sensación entre sus piernas: deseo.

Ella había ocultado esos sentimientos. En el mundo patriarcal en el cual vivían no podía sentirse atraída por una mujer. Sería vista como una desviada merecedora de la muerte. Decidió tomar la única decisión sensata: ocultar lo que sentía. Pero no podía mentirse a sí misma. Sus ojos de cuando en vez perseguían mujeres que le parecían atractivas. Su cuerpo reaccionaba de inmediato: encendiéndose.

Era su noche de bodas cuando huyó al bosque. Había soportado la ceremonia, el baile, las felicitaciones. Al llegar la noche se llenó de miedo. Lo único que pasaba por su cabeza era la imagen de lo que aquel hombre le haría. Su madre le había explicado todo de forma explícita la noche anterior. Las palabras siguieron repitiéndose en su cabeza una y otra vez. "Tu solo debes quedarte quieta cariño. Él sabe lo que hace. Va a doler, quizás la mayor parte del tiempo" habían sido las últimas oraciones. Ella había permanecido abrazando sus piernas todo el tiempo. Imaginando aquellas descripciones. Su cuerpo pálido tendido sobre la cama, sus piernas ligeramente abiertas  y Jack entre ellas. Imaginó que agarraría las sábanas con fuerza para no llorar y pensó que quizás duraría unos quince minutos.

Una de las sirvientas más viejas debía llevarla a su habitación y prepararla para su marido. Ella aprovechó un descuido para escapar. Corrió internándose entre los árboles. Su pecho se sentía a dolorido por el esfuerzo, pero no dejó de correr. Algo le había atacado enviándola al suelo. Su cabeza golpeó contra el suelo, comenzó a ver de forma borrosa. Se sentía adolorida. Escuchó un gruñido y sintió un dolor en el pecho. Escuchó su corazón: latiendo como si la vida se le estuviese escapando.

....

Thump Thump

Kara abrió sus ojos sintiendo una horrible incomodidad en su cuerpo. Parpadeó un poco confundida. La imagen de una boca sangrienta, dientes blancos y filosos atravesó sus recuerdos. Intentó ponerse de pie, pero se percató de que traía una intravenosa unida a su brazo izquierdo. Giró el rostro observando sus alrededores. Todo en su cabeza era una neblina llena de preguntas y dudas. Su corazón comenzó a acelerarse ante sus miedos y nervios.

Instintos: BloodlustWhere stories live. Discover now