Capítulo 25

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Ilan

Me sacaron de una de las salas luego de hacerme una ecografía y algunos exámenes más para cerciorarse de que mi bebé estuviera bien. Cuando terminé con los estudios, me llevaron a la camilla que me habían asignado en urgencias, Aidan e Ivana llegaron unos minutos después. Ambos se veían bastante preocupados por mi estado, pero a mí solo me importaba el estado de mi hijo.

—¿Cómo te encuentras? —Aidan se sentó junto a mí y acarició mi cabello—. No había notado que te había herido el labio también —asentí—. ¿Nervioso? —volví a asentir—. Está bien, no tienes por qué preocuparte.

Llevó su mano a mi vientre acariciándolo suavemente. Aidan estaba tan preocupado como yo, podía verlo en sus ojos, pero intentaba aparentar calma para que yo no me pusiera peor. De repente, el médico que me había atendido en un inicio llegó para darnos los resultados. El bebé, por suerte, se encontraba perfectamente bien. Ivana me dio un pequeño beso en la frente, para luego irse. El médico me revisó las heridas y nos dejó solos, Aidan cerró las cortinas del cubículo y volvió a acercarse a mí.

—L-lamento que siempre terminemos en el hospital por esto —dije algo apenado, él volvió a sentarse junto a mí en la camilla y me mostró una pequeña sonrisa cariñosa.

—No tienes que preocuparte, Ilan. —me tomó de las mejillas con sumo cuidado—. Me alegra que tú y nuestro bebé estén bien —dicho esto, me besó, pero se separó rápidamente cuando me quejé de dolor—. Lo siento —susurró separándose apenas de mí, lo rodeé por el cuello para volver a besarlo.

Aún me dolía el labio, me dolía besarlo, pero no me importaba en absoluto. Aidan se separó unos instantes después, pasó su pulgar suavemente por el borde de mi labio, le dediqué una pequeña sonrisa.

—A-Aidan, ¿no deberías estar en el consultorio?

—No te preocupes por eso —sonrió—. Hablé con mi jefe aprovechando que estaba aquí y me he tomado algunos días de mis vacaciones para quedarme contigo —acarició mi mejilla con sumo cuidado—. Hablaré con Ivana para que hable con tus padres. Te quedarás en mi casa por un tiempo.

Pronto, me dejaron volver a mi casa. Me mantuve en silencio durante todo el camino, me encontraba algo nervioso, no quería verle la cara de nuevo a mi padre. No quería escucharlos insultarme solo por haber nacido. Cuando llegamos a mi casa, me encerré rápidamente en mi habitación y me desplomé en la cama. Saqué mi celular para enviarle un mensaje a Aksel, rápidamente me contestó.

"¿De nuevo en el hospital? Deberías considerar seriamente ir a vivir con Aidan, él cuidará bien de ti y no parece que vayas a tener necesidad".

Suspiré pesadamente, nadie imaginaba que mi padre era capaz de sacarme con la misma policía de la casa de Aidan. Dejé el celular en mi mesa de luz. Pasaba de explicarle esto a Aksel, él sabía mejor que nadie lo que sucedería.

—Lo siento, bebé —susurré acariciando mi vientre—. Lamento que tengas que pasar por todo esto. Golpes, nervios, idas y vueltas del hospital... —solté un pequeño suspiro—. Prometo cuidarte bien; prometo que no vas a tener que pasar por nada de esto.

Sentí que mis lágrimas comenzaban a resbalar por mis mejillas. De repente sentí unos brazos cruzarse por mi cintura, haciéndome que me sobresaltar, rápidamente sequé mis lágrimas.

—¿Qué sucede? —no contesté, tomé su mano y la coloqué en mi vientre.

—¿C-crees que estará bien? —pregunté sin poder evitar que mi voz temblara.

—Los médicos dijeron que está perfectamente sano a pesar de los nervios y los golpes. Es un feto bastante fuerte —me giré hacia él para mirarlo.

Broken BoyWhere stories live. Discover now