(21) Eᥣ grᥲᥒ dίᥲ. Bodᥲs ყ ρᥲᥣomᥲs.

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Narrador omnisciente: 

— ¿Estás seguro de esto? — preguntó Kakashi, aparentemente preocupado por el estado de su amigo, sabía que era un momento complicado, todo y que era él quién estaba en su cuerpo. Es más, estaba seguro de que ese suceso sólo agravaba aún más la situación, la propia tensión se multiplicaba—. No es tarde para escaparnos de aquí.

Iruka frunció el ceño, notando aquel tenue cosquilleo en la punta de los dedos, sorprendentemente atraído por su idea, limitándose por el único hecho de haberse comprometido. No podía simplemente darle la espalda a Kei, mucho menos en uno de los días más importantes de su vida. Y es que aún recordaba su cara, aquella expresión tan deslumbrante no desaparecería de su mente fácilmente, estaba seguro.

— Él cuenta con nosotros, no podemos hacerle eso.

Kakashi carraspeó, acomodándose nuevamente en el sitio, sin apartar la vista de enfrente.

— ¿Aún cuando el que sufre eres tú?

Pero este no respondió, sólo le miró y respiró hondo, rompiendo la fila para ponerse frente a él, reprobando rápidamente el detalle de su cuello. Parecía que se había hecho el nudo de la corbata mientras daba vueltas absolutamente a oscuras.

— Estaré bien — susurró, arreglando el desastre de su corbata, sonriendo ampliamente, a sabiendas de que al menos él lo entendería.

Volvió a su sitio, recordando con cierto aprecio la locura de aquella mañana, y es que se esmeró bastante en arreglar a Kakashi, tanto, que él mismo peliplata admitió ser el único momento en que apreció tener el cabello largo. Según él, le relajaba cuando le cepillaba el pelo.

— ¡Iruka! — exclamó el novio.

Y lo supo prácticamente de inmediato, su voz era inconfundible para él. Por eso mismo fue que respondió ante su llamado, todo y que no fue recíproco, ya que sus ojos estaban en Kakashi, quien tenía el rostro que Kei reconocía.

Era de esperarse.

Fue traicionado por la costumbre. Responder ante su nombre era algo que aún se le resistía, y seguramente, seguiría haciéndolo.

— ¡Hombre! — le abrazó, a lo que Kakashi respondió con una torpe sonrisa, como si se le hubiera olvidado hacerlo —. Pensé que no vendrías, te estaba esperando en la mesa de los más cercanos, ¿qué hacías al final del todo?

Kakashi miró a Iruka, quien sólo apuntó a su boca, creando la forma de una sonrisa con los dedos. Este asintió.

— Lo siento, Kei — intercedió el mismo, llamando la atención del novio —. Fue mi culpa, me encontraba algo mal y retrasé a Iruka, pido disculpas por eso.

— ¡Kakashi, también viniste! Menos mal que ya estáis aquí, no os preocupéis, ya pronto empezará la ceremonia — miró a su alrededor, aún sonriente —. Ella debería estar por llegar... 

Ambos asintieron.

— Por lo pronto — sonrió juguetón, alzando sus cejas hacia Kakashi —. ¿Dónde está tu pareja? Te dije que podías traerla, ¿no? Lo mismo va para ti, Kakashi, dudo que hayáis venido solos, ¿verdad?

Iruka sintió que le faltaba el aire.

— La verdad es que sí, vine con alguien — respondió Kakashi, llamando la atención de Kei, quien comenzó a mirar a las personas a su alrededor con bastante interés —. De hecho, ya le conoces.

— ¿Dónde, dónde está ella?

Este sonrió, ya era la segunda vez que tenía que corregirlo. Aunque era su primera vez siendo otra persona.

¡Unα eѕρσѕα ραrα Kαкαѕнι!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora