❀ ・ ゜1 ゜・❀

1.5K 147 60
                                    


Y allí se encontraba, atorado en el tráfico. Soñando el claxon de su amado bentley como si no hubiera un mañana mientras lanzaba maldiciones e insultos a diestra y siniestra.

Estaba frustrado, realmente frustrado. Había planeado todo a la perfección y al parecer todo se venía en su contra.

Después de armarse de valor había decidido declararle sus verdaderos sentimientos a su ángel, la luz de sus días, el creador de mariposas en su estómago y probablemente el amor de sus vida.

Pero nunca le diría eso, sonaba muy cursi y arruinaria completamente su estilo.

Así que planeó una velada perfecta.
Primero, una cena en el Ritz. Luego de eso irían a dar un paseo nocturno en el parque St. James. Y en ese instante, le confesaria su amor eterno frente al lago.

Un plan no muy elaborado, pero sin duda muy romantico.

Y claro, sería perfecto si sólo pudieran llegar a tiempo.

─Crowley, por favor calmate.─ Murmuró Aziraphale, tomando con delicadeza el hombro del pelirrojo.

─Vamos a llegar tarde y a perder la maldita reservación. ─ Exclamó entre dientes, tratando de no mostrar el odio en sus palabras.

─Ya verás, llegaremos a tiempo.

Simplemente no respondio, tratando de calmar su respiración y subiendo el volumen a la música. Por lo que el albino guardo silencio.

• ────── ✾ ────── •

Luego de media hora de sufrir el infierno en tierra a mitad de la carretera, llegaron justo a tiempo al Ritz, por lo que Crowley suspiro aliviado. Por fin algo bueno.

Luego de una deliciosa cena (En la que Crowley casi se ahoga con un hueso de pollo) ambos se dirigieron al parque, hablando de trivialidades durante el camino.

Ya allí fueron a su banca favorita en el parque. Aziraphale se sentó emocionado, haciéndole espacio a su mejor amigo. Ambos mirando como las estrellas y la luna se reflejaban en el estanque donde los patos nadaban sin preocupaciones.

─Esto me trae muchos recuerdos.─ Dijo Aziraphale, suspirando. ─Aún recuerdo cuando nos conocimos, éramos tan pequeños.─ Ambos esbozaron una sonrisa nostálgica.

─Justo de eso quería hablar.─ Dirigió su mirada dorada hacia los ojos azules. ─Yo era ateo cuando te conocí pero-

─¿Cómo ibas a ser ateo si éramos unos niños?─ Interrumpió el albino.

─Déjame seguir.─ Esta vez lo interrumpió Crowley. ─Como te decía, era ateo, hasta que te conocí y no supe a quien agradecerle.─ Tomo con delicadeza las manos del contrario.

─Crowley, yo...

─Así que está noche, con la luna y los patos como mis testigos, quiero pedirte que-

─¡Crowley, basta!─ Se separó Aziraphale, con una expresión de miedo. ─Vas muy rápido para mi.

─¿Pero qué dices?

─Que no quiero estar contigo.─ Se levantó de la banca, acomodando su sacó con las manos temblorosas. Retirándose.

El pelirrojo bajo la mirada, sintiendo como su corazón se estrujaba y pequeñas lágrimas salian de sus ojos.

─Al menos déjame llevarte a casa.─ Dijo con la voz en un hilo, pero no tuvo respuesta. Aziraphale estaba muy lejos como para escucharlo, y mientras lo veía alejarse, veía como todos sus sueños e ilusiones se iban con él.






Somebody to love 【Hanahaki Disease】Where stories live. Discover now