Somebody to love 【Hanahaki Disease】

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Crowley tomaba su sopita de pollo resignado, odiaba tomar sopas, el agua caliente y salada quemando su paladar, en especial la de pollo, siempre pensaba en ello como un té de pollo. Pero a diferencia de la última vez, no hubo tos, pétalos o sangre que pudieran impedir que está fuera tomada. En realidad, en todo lo que iba del día no hubo tos ni pétalos que salieran de su garganta. ¿Será que... Su ángel había aceptado sus sentimientos al fin? ¿De verdad en unos días había logrado lo que intento en años? ¿Será que... De verdad lo amaba o solo era lástima?

Preguntas que vagaban por su cabeza mientras tomaba su sopita, no quería admitirlo, pero el hecho que su adorado ángel se tomará el tiempo de cocinar (aún sabiendo que no sabe pelar una cebolla sin morir en el intento) la hacía especial. Odiaba con todas sus células la sopa, pero esta era especial.

─Crowley...─ Hablo el ángel en tono bajito. ─Te he notado mucho mejor hoy, ¿Como te sientes?

El contrario suspiro, exactamente no sabía lo que sentía. Todo dentro de su cabeza era confuso, no tenía ni idea de cómo se sentía. No quería sentirse así nunca más.

─Bien, creo...

─¡Me alegra mucho oírlo, querido! De hecho... Hay algo que quiero decirte.

─Yo también, decidí que si quiero esa cirugía.

Y todo quedó en silencio, incluso Crowley se sorprendió de lo que había dicho. Ni siquiera considero por un momento si de verdad valía la pena someterse a un procedimiento quirúrgico, pero muy en el fondo pensó "Quizá... Si pierdo la capacidad de amar, este dolor también desaparezca" y eso lo alivio un poco.

Aunque eso lo dijo sin pensar, ahora tenía motivos y esa posible solución podría funcionar no solo para eliminar su mal, si no esos horribles pensamientos y sentimientos que vagaban muy en el fondo.

Mientras tanto, al otro lado de la mesa el albino estaba perplejo. ¿En que momento había tomado una decisión tan precipitada, sin consultarle antes? Si, puede que después de romper su corazón ya no sea parte importante de su vida, y que lo que hiciera con su vida y sentimientos ya no tenía que importarle. Pero ahora, justo ahora que entendía un poco mejor sus sentimientos y ya sabía que decir.

Azira solo asintió con la cabeza, tratando de contener las lágrimas. No quería que Crowley lo observará en ese estado.

─Perfecto, mañana a primera hora vamos con la chiflada de Tadfield.─ Dijo Crowley, y dicho esto, se levantó bruscamente de la mesa, dando por terminada su cena. Acto seguido prosiguió a encerrarse en su habitación, procurando evitar al ángel.

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Tres y media de la mañana. Azira reposaba en el sofá mirando el techo, pensando si de verdad su amigo estaba dispuesto a desechar sus sentimientos.

"¿Es muy egoísta de mi parte que el no querer que eliminé sus sentimientos por mi?" Pensaba, se sentía fatal. La situación era fatal, no solo le había provocado un mal que si no le costaba la vida, le costaria los sentimientos.

Suspiró recordando la nota que yacía en su chaqueta, ¿Que iba a hacer con ella? Supuso que no era momento para pensar en eso.

A lo lejos escuchaba a su amigo toser, una tos seca y sofocante. No lo pensó ni un minuto y se levantó corriendo a asistirlo. Al llegar a la habitación, la puerta estaba entre abierta. No le importó mucho hacer ruido, así que entró de golpe. Al ver el estado de su amigo quedó perplejo.

Ya no solo eran pétalos, eran pequeñas flores enteras. Todo cubierto en sangre, y pudo apreciar el momento exacto en el que de sus entrañas salió una flor, en perfecto estado junto con un pequeño tallo y una hojita. Todo conectado a una raíz que estaba empapada en el rojo de su sangre.

Aziraphale no pudo decir nada, lo único que pudo hacer fue correr a abrazar a Crowley.