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La línea se llenó del sonido reberberante de nuestras respiraciones por un minuto que me pareció eterno.

— ¿Por qué es tan difícil hablar contigo? — Suspiró.

— A estas alturas supongo que tú sabes mejor que yo que no me gusta hablar mucho... — Sin darme cuenta mis dedos empezaron a desplazarse por las flores de mis mantas.

— No parecía ser tan complicado antes, en Caleidoscope... — Soltó interrumpiendome.

— Nunca hablaste conmigo por ahí. —  Lo callé. — Yo no soy Chassidy, ella no tiene mis cicatrices, ni vivió lo que yo viví. Es sólo una pantalla, un escape de la realidad.

— Lo sé,  pero...— Replicó.

— Quizás deberías dejar de decir que lo sabes todo y escuchar. — Apoyé la cabeza sobre la almohada y  se me escapó un bostezo. — A lo mejor no es tan complicado mantener una conversación normal conmigo.

— Nada de tí es normal, por eso me gustas.  — Agregó lo último en un tono más bajo, tanto que pensé que era posible que el sueño acumulado estuviera alterando mis sentidos y haciendome imaginar cosas.

— Cuéntame de tí,  Tom. — Pedí intentando cambiar de tema, sintiendo los párpados cada vez más pesados.

— ¿De mi?  ¿Qué quieres saber de mi?— Preguntó con su característico matiz enigmático. — Soy un chico promedio, con una familia normal y aburrida,  una pasión secreta por los videojuegos y, al parecer, muy buenas habilidades de espía.

— Vamos, dime algo que no sepa, seguro debe haber algo.

— Bueno, hay una cosa, algo que estuve esquivando mucho porque quizás no debería decirtelo... — Comenzó tomando aire. — Jess, yo...

No sé en qué momento perdí la conciencia, vencida finalmene por el cansancio, pero cuando el sonido de la puerta de mi habitación golpeando fuertemente contra la pared me despertó,  la comunicación ya se había terminado.

— ¡Alguien está intentando entrar a la casa! — Mi madre estaba frenética, sosteniendo una lámpara de mesa entre sus manos.

Me levanté como un resorte lanzando  sin querer al otro lado de la habitación,  el teléfono celular que aún mantenía en mi mano.

Mamá me agarró del brazo y me arrastró hasta el armario indicandome que debía esconderme allí mientras ella bajaba.

— ¿Qué pasa si es él? — Pregunté con un hilo de voz, temblando con solo imaginarme lo que podría ocurrir si mi padre la encontraba.— No quiero dejarte sola.

Ella pasó su mano por mi cara, acariciandola y trabó las puertas sin responder a mi pregunta.












FeaWhere stories live. Discover now