Capitulo 43

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Llegó el día del partido y el baile. La semana transcurrió normal, vendí mas prendas de ropa así puedo llevar ese dinero a Seattle y Thomas me acompañó. Esta vez agradecíamos cuando nos decían que hacemos una linda pareja y Thomas me agarraba de la mano cuando alguna de esas chicas que nos atendían lo miraban con coquetería, lo que hacia que mi corazón saltara de felicidad y pensara "ja toma eso yo me quedo con el bombón". Cada día que paso con Thomas mis sentimientos hacia el crecen, es aterrador pero emocionante y espero que a él le pase lo mismo. A pesar de que a veces me siento nerviosa con él seguimos teniendo esa relación de chistes y sarcasmo que siempre nos caracterizó, y varias veces me molesta haciéndome enojar con lo que yo lo amenazo y el se ríe.

Después de preparar la valija ya que mañana vamos a Seattle temprano en la mañana, conduzco mi Jeep cantando animadamente hasta la casa de Molly, donde me espera con Val y Hamilton, quien vino para acompañar a mi amiga al baile. Aun no sabemos con quién ira Val, estuvo desaparecida toda la semana, solo la vimos unas dos o tres veces y llevaba una sonrisa muy sospechosa.

-¡Hola!- saludan mis amigas entrando en el auto seguidas de Hamilton. Les devuelvo el saludo.

-Hola Hamilton ¿como has estado?- pregunto mientras arranco el auto y el me sonríe.

-Muy bien y al parecer tu también, me contaron que tu y Thomas están saliendo- sonríe amable, es un chico muy atento. Sonrío algo avergonzada y luego miro a Molly por el retrovisor con una ceja levantada. Ella se encoge de hombros sonriente, me encanta que Hamilton la ponga tan feliz.

Cuando llegamos a la escuela vamos directo a la cancha de fútbol y buscamos lugares en las gradas, las cuales están repletas de estudiantes que llevan prendas de los colores del equipo. Yo he traído la remera de Thomas, sin darme cuenta me la quedé de la ultima vez. Miro hacia los colores azul y plateado de la camiseta y sonrío al recordar que Thomas dijo que me quedaba mejor a mí... y luego el beso que cambió todo.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo y miro el mensaje de Thomas. Inmediatamente una estupida sonrisa se planta en mi rostro y miro a todos lados buscándolo.

Linda camiseta. No se me pasó que la tenías, supongo que tendré que cobrártelo luego.

Lo encuentro entrando a la cancha junto con sus compañeros, me lo imagino sonriendo de lado de esa forma picara que tiene, mostrando sus hoyuelos que tienen un gran efecto en mí.

El partido comienza y durante los noventa minutos de su duración el público no se desalienta. Las animadoras y la banda levantan el animo de los presentes en todo momento. No importa si ganemos o perdamos, de igual forma vamos a festejar.

Luego de varios momentos de tensión y estrés el partido llega a su fin y el equipo de la escuela se lleva otra victoria. Todos nos acercamos a la cancha a felicitar a los jugadores.

Cuando la multitud se va disipando por fin vislumbro a un chico de cabello negro azabache con sonrisa perfecta que se acerca a mí. Corro hasta el y salto a sus brazos.

-Lo hiciste Tommy- digo emocionada. Hacia mucho que no lo llamaba así. Apoyo los pies en el piso y el se separa un poco para verme a los ojos con una hermosa sonrisa. Aparta un mechón de cabello de mi rostro y me besa. Lo hace en publico pero me da igual, me pierdo en él como siempre hago. Sus manos se posan en mi cintura por debajo de su camiseta y me producen un escalofrío.

Nos separamos y apoyo la frente en la suya.

-Creo que ya cobraste lo de la remera- digo divertida.

-Oh no... solo cobré la mitad- responde con coquetería y me guiña un ojo antes de alejarse corriendo hacia los vestuarios.

-Muy bien, tierra llamando a Amy- grita Molly a mi lado sacándome de mi ensimismamiento- se que sigues en planeta Thomas por esa sonrisita que tienes- apunta a mi cara- pero debemos cambiarnos para el baile- exclama emocionada y me tira del brazo.

Luego de una hora milagrosamente estamos listas. Molly me ha rizado el cabello en las puntas y me hizo un semi-recogido con unas trencitas, Val me maquilló un poco, algo suave pero elegante. El vestido azul que confeccioné queda perfecto con los zapatos plateados que me prestó Molly—por lo que voy a hacer un esfuerzo para llevarlos puestos—y me hace sentir orgullosa de mi creación. La verdad es que me queda bien y para mi es difícil admitir que me veo linda.

Molly lleva puesto un vestido largo blanco que se amolda a sus curvas y le queda perfecto, como si hubiese sido hecho para ella. Val lleva un vestido, también largo, color carmesí de tela sedosa que hace juego con su cabello y sus labios rojo pasión, esta preciosa y muy provocativa, algo que no es muy común en ella pero me encanta.

Mi madre nos saca varias fotos emocionada hasta que llegan los chicos a buscarnos. Voy a abrir la puerta y me encuentro con Thomas enfundado en un traje negro que hace notar muy bien su físico trabajado, el saco es ceñido en la cintura y el pantalón se amolda a sus piernas de una forma muy atractiva, su cabello esta levemente húmedo. Tengo que cerrar la boca para no comenzar a babear, dios debo controlarme. Noto como me estudia de arriba a abajo con los ojos abiertos como platos. Vuelve su mirada a mi rostro y se pone algo nervioso, extrañaba esa faceta de él.

-Estas... estas preciosa- dice en voz baja. Me sonrojo y bajo la mirada con una sonrisa nerviosa. Mis amigas aparecen a mi lado.

-Hola Thomas ¿verdad que se ve sexy?- dice Molly y me mira con una sonrisa pícara guiñándome un ojo. Thomas ríe.

-Pues lamento decirte que esta conmigo- dice y me atrae hacia si de forma suave con su mano en mi cintura, me mira con los ojos brillantes y mi corazón se derrite- lo siento, no te salude como corresponde- me dice bajito y me da un dulce beso en los labios. Eso es todo, mi corazón comienza a latir mas fuerte y siento que me voy a caer en cualquier momento. Molly se aclara la garganta y nos separamos riendo. Los ojos celestes de mi amiga me señalan algo detrás de ella y veo que mi madre se acerca, me separo rápidamente de Thomas.

-¡Thomas! ¿Como estas?- pregunta con una sonrisa cálida y el le responde amablemente.

-Bueno mamá debemos irnos- digo tomando mis llaves para salir por la puerta- adios te quiero.

-Adios, diviértanse y no vuelvas tarde- grita mientras nosotros cruzamos el jardín delantero para llegar al auto donde vislumbro a Hamilton y Dean esperando recostados sobre las puertas.

Así que Dean es la cita secreta de Val, ya veo por donde viene la cosa.

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No se por qué pero me encanta este capitulo y ame escribirlo. Espero que a ustedes les guste😉

-V

Don't break the promise (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora