Capitulo 7

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Luego de que Valerie nos pinta a Molly y a mi ya que yo no tengo ni idea sobre maquillaje y ella aseguró que es casi profesional- y no mintió, nos vemos estupendas- Molly me riza el cabello en las puntas y a Val se lo alisa. Las tres nos enfundamos nuestros vestidos y mientras que ellas se ponen sus zapatos de tacón, yo muy felizmente me calzo mis Vans negras.

Miro mi reflejo en el espejo de cuerpo completo y a decir verdad estoy conforme con mi apariencia, el maquillaje es leve pero hace la diferencia y mis zapatillas quedan a la perfección con el hermoso vestido.

Cuando estamos las tres listas salimos de la habitación y vamos a la cocina por algo de comer, aun falta una hora para que Thomas venga y vayamos a la fiesta. Tardamos demasiado en terminar de arreglarnos.

-¡Wow!- las dos señoras siguen sentadas a la mesa pero ahora hay mas comida sobre ella. Abren sus ojos como platos y sonríen mientras nos escanean de arriba a abajo. Yo me ruborizo un poco pero sonrío.

-¡Están preciosas!- comenta mi madre- van a tener que espantar unas cuantas moscas esta noche- dice y nos carcajeamos. No es muy probable que eso pase pero aprecio el comentario.

-Gracias, gracias- digo en un intento de que paren su adulación- ¿hay algo para comer?

-Si claro siéntense- responde Loren. Nos sentamos frente a ellas y comenzamos a comer los snacks que dejaron encima de la mesa.

-No pude convencer a Amy de que se ponga tacones- dice Molly y me mira entornando los ojos. Mi madre se ríe.

-Pues te salvas porque tendrías que andar toda la noche pegada a ella para que no se caiga cada dos pasos- Val ahoga una risa ante el comentario de mi madre y yo la miro mal, pero le doy la razón.

Cuando terminamos de comer mamá nos saca fotos a mis amigas y a mí, primero comienzan siendo normales, pero creo que las últimas son o nosotras haciendo pavadas o Molly y Val discutiendo por sus lugares y yo en el medio.

El timbre suena en medio del griterío, gracias a Dios. Salgo disparada a abrir para poder escapar de esa escena.

-Hola...wow- Thomas se encuentra en el umbral mirándome de arriba a abajo, lo que me hace sentir bastante incomoda. Esta muy guapo, con unos jeans negros, remera blanca y una campera de jean negra. Su pelo negro forma una maraña desordenada en su cabeza y contrasta con sus brillantes ojos miel que ahora están posados en los míos.

-Hola- le sonrío y cuando sus hoyuelos hacen acto de presencia siento esa molesta punzada en mi corazón. Aun no se a que se debe, si tengo alguna enfermedad cardíaca o que, pero la verdad es que no quiero descubrirlo.

-No podían faltar tus Vans ¿verdad?- mira hacia mis pies y sonríe divertido.

-Son imprescindibles- respondo moviendo mis pies.

-Estas muy guapa hoy- dice entrando al recibidor y recupero mi actitud habitual.

-Siempre lo estoy- agito mi pelo y el ríe. Vamos hacia el living, donde están las demás aun sacándose fotos.

-Hola a todas- el pelinegro les sonríe. Mi madre por supuesto le da un gran abrazo al igual que Loren, y las otras dos cabezotas lo saludan y siguen con su labor.

-Bien ¿están listas?- pregunta el único hombre en la habitación.

-Sip- contesto y les quito mi teléfono a mis amigas, a lo cual ellas se quejan.

-Bueno mamá, adios, prometo no volver tan tarde- le doy un beso en la mejilla y luego saludo a Loren. Los demás hacen lo mismo y luego de que tomo mis llaves salimos afuera.

-Yo las llevo hoy- Thomas nos guía hasta su auto, es un Corola negro, es clásico nada extravagante.

Me peleo con Molly por el asiento del copiloto y terminamos haciendo piedra, papel o tijera. Gano yo asique le saco la lengua y subo al auto.

Tardamos unos quince minutos en llegar a la fiesta. Es en la casa de uno de los chicos del equipo de fútbol, bueno mejor dicho mansión. Cuando estacionamos unos autos atrás de la entrada, los cuatro quedamos con la boca abierta ¡es enorme!

Caminamos hacia la casa, esta repleta de gente, mas de la mitad de la escuela debe estar aquí. Es por esto que no me gustan mucho las fiestas, odio que haya tanta gente y que ademas estén borrachos.

Entramos a la sala de estar y divisamos la pista de baile en un salon de al lado, hay DJ y todo.

-Wow- susurra Thomas. Lo miro y sonrío altanera. Le dije que las fiestas aquí eran grandes.

-A que en Seattle no son así- subo y bajo las cejas mientras el me mira y sonríe.

-Ah no- junta las cejas y contiene una sonrisa mientras se acerca a mi oido- son el doble de grandes- sonríe satisfecho por mi reacción. Me quedo muda y con los ojos bien abiertos, no se si es por el hecho de no poder imaginarme fiestas mas grandes que estas, o porque se acercó demasiado a mí.

Nos dirigimos a la cocina donde hay varias personas alrededor de un barril, supongo que de cerveza.

-Hola- el que asumo es el dueño de la casa le da un apretón de manos a Thomas y nos saluda con la cabeza- ¿quieren tomar algo?

-Si por favor

-No gracias- Molly y yo hablamos al mismo tiempo y el chico nos mira confundido.

-Si gracias- Molly me mira hablando entre dientes. El anfitrión nos pasa unos vasos rojos. Miro el interior desconfiada y luego de unos segundos Thomas me saca el vaso de las manos. Me guiña un ojo y se lo toma de un trago.

Salimos de la cocina y vamos hacia la pista, Val no dice nada pero tiene un vaso de cerveza en la mano. Nos escabullimos entre la gente hasta que encontramos un lugar y nos ponemos en ronda. No conozco la mayoría de las canciones que pasan, asique solo me balanceo un poco, Molly y Val cantan divertidas y bailan.
Cuando una de mis canciones favoritas comienza a sonar grito y comienzo a bailar. Balanceo mis caderas al ritmo de la música y dejo que esta me guíe. Entonces siento que alguien me toma de la cintura y me da la vuelta, veo esos ojos avellana tan familiares y le sonrío. Canto como loca mientras los dos bailamos juntos y el me acompaña en los coros. Tomo a Thomas del cuello con los brazos y nos movemos al ritmo de la música. Cuando la canción termina comienza otra que conozco y seguimos bailando juntos, nos reímos cuando le erramos la letra y hay una energía diferente entre nosotros, no se como explicarlo pero se que mi corazón va a mil por hora, es como si el mundo alrededor no existiera y me gusta esa sensación.

La próxima canción la bailamos todos juntos, no pienso en si no lo estoy haciendo bien o si alguien me esta mirando, solo me divierto con mis amigos. Creo que el hecho de que Thomas esté aquí lo hace todo mas cómodo, no se por qué, supongo que porque él nunca dejaría que alguien me juzgue.

Luego de estar un rato mas en la pista vamos a sentarnos, Val quedó bailando con un chico rubio muy guapo. Cuando Thomas y yo tomamos asiento Molly va por unas bebidas. Hecho la cabeza hacia atrás y me relajo un rato, esas luces de colores están empezando a marearme, y eso que no he bebido alcohol. Mi amiga vuelve luego de unos minutos con tres vasos rojos, ay no esos vasos rojos otra vez no. Me pasa uno con una sonrisa inocente y la miro mal.

- Sabes que no tomo.

-Vamos un vaso no te hará nada- dice mientras le pasa el otro a Thomas. Miro el líquido amarillento por unos segundos dudando, pero tengo tanta sed que le doy un trago. Me arrepiento al instante, el gusto amargo baja por mi garganta y arrugo el gesto, ¿como es que la gente toma esto?

El chico de cabello negro suelta una carcajada y me ofrece su vaso.

-Toma prueba esto- lo miro desconfiada pero intercambio su vaso con el mío. El líquido no es amarillo, puedo ver el fondo del vaso. Le doy un trago y no esta tan mal, la verdad, cuando le doy otro trago sabe mejor.

-Este me gusta- digo mientras tomo un poco más y le devuelvo el vaso vacío- ¿que es?

-Vodka con Sprite- se ríe y Molly me mira sonriendo como el gato del Pais de las Maravillas.

-¡Vamos a bailar!- exclama esta y nos lleva a rastras a la pista.

Don't break the promise (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora