Consultorio de Elisa: Carta de Greg Turdiel (La chica del lago)

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¡Escríbele a Elisa! – Consultorio sentimental para personajes

Carta de Greg Turdiel (La chica en el lago, por @florcasella)

*Alerta: Spoiler hasta el capítulo 20. Si no has leído esta historia y planeas hacerlo en un futuro, aquí puedes enterarte de cosas que no deseas saber todavía.* 

Estimada Elisa:

En primer lugar, no estoy demasiado seguro de qué hago escribiendo esto. En Rieldra no solemos hacer estas cosas. Sospecho que es porque situaciones extremas requieren medidas extremas.

En verdad, estoy desesperado. Verá, la cuestión es la siguiente. Llevo años perdidamente enamorado de una mujer. Ella es hermosa, pero además es dulce, generosa, sensible… Cada vez que me mira con esos ojos verdes me siento como… En fin, no viene al caso. La cuestión es que esta mujer, Diana, es mi amiga desde hace muchos años. Y, además, la princesa heredera del Tercer Reino.

Buscando maneras de acercarme a ella, me convertí primero en su amigo cuando éramos muy jóvenes, y luego me hice miembro de la Guardia Real. Y a pesar de ser uno de los capitanes más jóvenes de la historia, ella no ha cambiado su visión de mí.

Durante mucho tiempo me limité a darle indirectas, hasta el día que cumplió 24 años, cuando  decidí hacer un movimiento en serio. Por desgracia, fuimos interrumpidos por un ataque al palacio.

Luego, con el fin de protegerla, debimos escapar al reino mortal. Por un maravilloso segundo, creí que esa podría ser mi oportunidad. Es decir, estaríamos lejos de casa, solos. Pensé que quizás podría sufrir algún caso de “damisela en apuros” o como sea que le llamen (algo así oí nombrar). El problema fue que el mismo desgraciado que coordinó el ataque, destruyó el portal, dejándola a ella de un lado y a mí del otro.

Para cuando logré encontrarla, ya habían pasado varios días. Y un simple mortal me había ganado de mano (¡Maldito policía!). Ella se enamoró de él y empezaron algo así como una relación. El punto es que le confesó quién era ella y de dónde venía, además le mostró algunos de sus dones (usted posiblemente lo llamaría magia), y él corrió como un gatito asustado.

Ahora estamos de regreso en casa pero, pese a ello, no consigo que Diana me vea como a algo más que un amigo porque sigue pensando en el policía. Lo peor es que ahora ni siquiera estamos separados de él por un portal, porque los vilanos lo han traído a Rieldra, y aunque ella trate de evitar verlo, estoy seguro de que todavía siente cosas por él. ¿Qué puedo hacer?

Greg Turdiel

Oh, querido Greg. Déjame decirte que me ha llegado una imagen tuya y tengo un diagnóstico: estás buenísimo. Sí, ya sé que esto no tiene nada que ver con la razón por la que me has escrito, pero me distraigo con facilidad. Sobre lo que me cuentas, el hecho de que hayas podido mantener un secreto así por tanto tiempo es admirable. Pero en estos asuntos del corazón uno no puede esperar a que la otra persona nos esté decodificando. Deberías intentar un acercamiento más directo.

Si el policía está en peligro, ella debe estar preocupada por él, a pesar de que no lo diga. Te recomiendo que hagas algo por salvarlo pronto, o la mente de tu amada no estará despejada. Eso es, sálvalo y envíalo lejos, así puedes quedar como el héroe. O no, porque ella podría considerar irse con él. Sí que está difícil tu caso, papaci… digo, Greg.

La otra opción que te queda es dejar que al humano lo elimine el enemigo, pero no lo veo como una opción viable. Podrías convertirte en villano también. Y el villano nunca se queda con la chica.

Ahora, sigo mirando tu foto y… tu princesa debe tener miopía severa. No puedo creer que sea capaz de ir a fijarse en alguien más teniendo a semejante guardia al alcance de la mano. Un momento, ¿has probado buscándole unos lentes? Intenta averiguar el aumento que ella necesita. Puedes probar haciéndola leer un cartel con letras pequeñas. Aunque no sé si en tu reino hay tal cosa.

Hagamos algo, te conseguiré una tabla de Snellen. Es un rectángulo lleno de letras de diferentes tamaños, la usan los oftalmólogos en mi mundo (ellos son médicos que se dedican al problema de tu princesa). En fin, te la enviaré a la dirección del remitente de esta carta. Marcarás hasta dónde ella es capaz de leer sin dificultad y luego hablaré con alguien para conseguir la receta.

Eso sí, ten en cuenta esto: una vez que tu chica tenga sus lentes, podría enamorarse perdidamente de ti. Lo digo, porque es mejor que te la imagines desde ahora con unos lentes bien gruesos en su cara, su caso debe ser grave. Si de todas maneras te sigue gustando, entonces serán felices. Si por casualidad, su belleza desaparece con las gafas, puedes huir hasta mi mundo. Consigue que vuelvan a abrir el portal, que yo me encargo del resto de este lado. Adjuntaré mi número telefónico en el envío de la tabla.

Si actúas con rapidez, tu princesa estará muerta por ti antes de que el policía humano pueda aparecer a molestar otra vez.

Te deseo suerte, ya sabes que por cualquier inconveniente te estaré esperando con las puertas de mi casa abiertas. No lo dudes.

Elisa.

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