15. nightmares

1.1K 119 14
                                    

El destino de Yoohyeon era luchar contra ella. Para matarla. Para hacerla rogar por misericordia.

Pero el día en el que sus ojos se posaron en aquella mujer, todo se congeló. Y comenzó a hacerse preguntas. ¿No podía simplemente luchar contra el destino? ¿No podía simplemente enamorarse?

El viento le trajo un aroma familiar. El aroma de la felicidad. Cerró los ojos y dejo que el aroma llenara sus pulmones. La necesitaba para vivir. La necesitaba para seguir respirando.

En un abrir y cerrar de ojos, había una mujer parada junto a la ventana abierta. Su largo vestido azul brillante iluminaba la habitación oscura. Pequeñas estrellas y planetas, soles y lunas se mostraban en aquellas telas. Y se movían. Como si fueran reales. Aunque tal vez lo eran. Todavía no comprendía lo suficiente la magia que la rodeaba.

Su vestido negro liso no era nada en comparación. Nada de lo que la mujer pudiera enamorarse. Muy injusto.

Podía ver el puño de aquella mujer apretado con fuerza sobre su espada plateada. Una pequeña sonrisa se formo en sus labios.

-Finalmente estás aquí- Ella dijo.

Su puño se cerró sobre su espada también. No porque quisiera pelear, sino porque estaba muy emocionada.

-Hace mucho tiempo que te espero, Minji.

Minji frunció el ceño. Sus ojos cafés se oscurecieron por la ira. Estaba allí para salvar a aquel humano, que dormía tranquilamente en su cama, de las pesadillas. De Yoohyeon.

Corrió hacía Yoohyeon. Su hermoso vestido flotando gracias al viento de la noche.

Su espada plateada estrelló contra la de Yoohyeon con dureza. Yoohyeon miró los orbes café. Ella estaba enojada. Ella estaba triste. Pero aún así, estaba allí para llevar al niño a la cama con tranquilidad. A un sueño.

La peliplata sonrió amargarmente. No quería pelear. Pero era su destino. Luchar contra Minji. Para matarla, para hacerla retorcerse de dolor. Pero ahora, ella era la que sufría. Le dolía ver el odio en los ojos de Minji. El odio que estaba dirigido a ella.

Minji dio un paso atrás solo para apuntar con su espada a Yoohyeon nuevamente. Y una y otra vez. Hasta que ambas estuvieron sin aliento. Y los hermosos mechones del dorado cabello de Minji se liberaron de su atadura. Yoohyeon se sorprendió cuando la espada plateada se clavo con fuerza en la pared junto a su cabeza. Minji solo necesitaba moverla un poco para cortar su garganta. Pero ella dudo. Y eso fue suficiente para Yoohyeon. Agarró ligeramente su espada y se inclinó hacía adelante. El aroma de Minji llenó el aire y un suspiro después, sus labios chocaron contra los de Minji. Un beso ligero fue todo lo que necesitó durante años. Y ahora que lo probó, tenía sed de más. Cuando trazó su lengua en esos labios perfectos, pudo saborear la dulce felicidad en sus papilas gustativas. No tuvo suficiente. Necesitaba más. Todos esos años solo tuvo tristeza, nerviosismo y arrepentimiento. Solo necesitaba un poco de esperanza.

Pero todo desapareció cuando Minji se retiró. Los suaves labios desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. La expresión de sorpresa de Minji fue lo último que vió antes de retirar la espada, y de repente, Minji desapareció con el viento de la próxima noche. Dejando solo un corte en la palma y dedos de la peliplata, y sangre cayendo sobre el piso de la alfombra. El aroma de la pena llenó la habitación. Ganó. Pero no sabía si era feliz o no. Se tocó los labios con la lengua. Todavía quedaba un poco de sabor dulce. Una pequeña sonrisa curvó la esquina de sus labios. Ganó por ahora. Hasta la próxima vez.

Echó un vistazo al pobre niño. Durmiendo al borde de la cama y temblando ante la frialdad del dolor. Su sonrisa se volvió triste. Ella pudo ganar. Pero siempre fue una perdedora. Una mala pequeña parte de un mundo hermoso. Una mancha oscura en un mundo azul brillante. Se preguntó como había sido su vida de humana. Si fue feliz. O si siempre estuvo atrapada en una pesadilla. Justo como ahora.

Bittersweet; jiyooWhere stories live. Discover now