CAPÍTULO 30

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Todo mi cuerpo se calienta. Siento que mis venas están llenas de magia y adrenalina.

Me siento cargada de energía. A tal punto que necesito soltar parte de ella o explotaré.

De mis manos salen llamas y siento mis ojos brillar, se que mi color morado tiene que resaltar ahora mismo más que nunca.

Siento la energía brotar de todo mi cuerpo, expulsada por todos los poros de mi cuerpo.

Mi magia empieza a salir y ataca a todo el que veo del bando de Niall.

Se que no los estoy matando. Pero caen inconscientes uno a uno al suelo.

La pelea baja de fuerza. Todos se giran y me miran.

Siento como me elevó del suelo, aunque no le presto mucha atención a ello.

Noto mi pelo ondear con el viento.

Todo mi cuerpo pide a gritos que suelte todo lo que llevo dentro. La energía se acumula en la punta de mis dedos.

Y disparé. Hielo, viento y fuego sale disparado de mi hacia todos lados.

Ni si quiera yo me controlo. Disparo sin control hacia todos lados. No encuentro a Niall, ni tampoco a Judas. Necesito a Judas. Creo que ahora mismo es de las pocas personas que medio me comprende. Pero paro, paro de pensar y me controlo.

Controlo mi magia y mis poderes, diaparo donde yo quiero y veo. Evitando lo más posible hacer daño.

No veo a Judas.

Disparo a una mujer y cae al suelo, aunque todavía esta viva. Se mueve.

¿Dónde esta Niall?

También he perdido de vista a Lydia. La he dejado detrás.

Cuando paro hay demasiados cuerpos tirados en el suelo.

Caigo al suelo de rodillas. Rompiéndome la tela y raspandome.

Pero se que no están muertos. No los que yo he caído. Porque aparte de ellos, en la pelea ha caído mucha gente. Demasiada.

Veo los licántropos volver a su forma original. Quedando como humanos nuevamente.

Todo esta en completo silencio mientras eso ocurre, hasta que el sonido de un pájaro cantando corta el silencio.

Estoy ida. Cansada. Dolida.

Una mano se apoya en mi hombro. Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando lo hace y aún estoy de rodillas.

No me hace falta volverme para saber quien es.

Judas...

Cierro los ojos un miserable segundo disfrutando de se roce. Recomponiendome.

-Delia... -susurra.

Me ayuda a levantarme.

Ya de pie lo miro a la cara. Para mi han pasado segundos mientras estaba en el aire pero se que debo llevar varios minutos.

-¿Estas bien? -pregunto.

Todo esta en un silencio extraño. La gente empieza a levantarse del suelo. Al menos he evitado que entren a nuestro territorio y sea destrozado.

Me giro un poco, dejando de mirar a Judas.

No veo que pasa en los siguientes segundos.

Pero de un momento a otro estoy de rodillas en el suelo y grito de dolor.

De mi hombro sale demasiada sangre.

Me han disparado. Han dado justo en el hombro.

Me pongo la mano en la herida, instantáneamente se cubre de sangre.

REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora