CAPÍTULO 25

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Noto como acarician mi rostro y mi pelo. No abro los ojos. Estoy demasiado bien así.

-Delia...

-Mmm...

Noto como ríe.

Abro los ojos. Judas esta tumbado. Nuestras miradas impactan. Su mano sigue acariciandome. Yo muestro una pequeña sonrisa.

-Tenemos que levantarnos. -dice.

Asiento.

Él retira la mano y se sienta en la cama. Todavía tapado hasta la cintura.

Esta sin camiseta. Su torso desnudo. Sus abdominales marcados...

Me siento en la cama y justo después salgo de la cama.

Solo llevo la camiseta y los pantalones.

-Entro en el baño...esto, ahora salgo.

Asiente mirandome.

Me meto corriendo en el baño y cierro detrás mía la puerta. Me miro al espejo y apoyo mis manos en el lavabo.

Tengo las mejillas rojizas, el pelo despelucado y unos mis ojos están más brillantes de lo habitual.

Tomo dos largas respiraciones antes de quitarme la poca ropa que llevo puesta y meterme en la ducha.

Una vez fuera de la ducha me ato una toalla al cuerpo, que me cubre lo justo, y me escurro un poco el pelo.

No me metí la ropa en el baño con las prisas. Salgo del baño.

Judas esta cerca de la ventana y cotillea alguno de los libros que me han prestado sus hermanas.

Solo lleva puesto un boxer. Se le ve la V y el sol se le refleja justo el torso y un poco en el rostro. Cuando me mira parerce que lo hace un ángel, o algo de forma angelical. Yo me quedo sin respiración durante un segundo.

-¿Puedo entrar al baño? -dice.

Asiento sin decir palabra.

Se acerca a mi, que estoy justo afuera del baño. Se para al lado mía.

-Estare vistiendome mientras estas dentro... del baño. -digo.

-Esta bien.

Giro e inclino hacia arriba la cabeza, lo miro directamente a los ojos.

Él levanata su mano y la lleva hasta mi rostro.

Sus anillos me rozan la piel. Frío en contra de lo cálido, sus manos.

Recoge un mechon de mi pelo negro mojado detrás de mi oreja.

Me mira fijamente. Yo no. Ahora me fijo en su torso desnudo, su cadena que cuelga del cuello y que solo viste con un boxer. Y yo solo llevo una pequeña toalla cubriéndome.

Esto podría complicarse dentro e muy poco como siguiésemos así.

Posa su mano en mi pómulo y me obliga a mirarlo directamente. Su intensa mirada es demasiado en este momento para mi.

Desconecta la mirada y aparata la mano de mi rostro.

Me echa una última mirada, que yo le devuelvo antes de entrar en el baño y cerrar la puerta.

Minutos después escucho el agua salir del grifo de la ducha.

Me visto tranquilamente. Entera de negro. Me peino y dejo mi pelo oreando mientras espero que Judas salga del baño.

-¿Estás ya vestida? -oigo a Judas decir desde el otro lado de la puerta. Es extraño escuchar decir eso. Judas es de el que abre la puerta y entra sin preguntar. Y se que lo hace por mi. No quiere que me sienta incomoda ni presionada en nada.

REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora