CAPÍTULO 16

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Ya han pasado dos días. Es de noche, acabamos de terminar de cenar y cada uno esta metido en su cuarto.

Aprovecho que nadie va a venir a molestar a mi habitación y me quito la peluca y las lentillas.

Entro en la ducha y dejo que el agua fría resbale por mi cuerpo.

Mi pelo negro se pega a mi espalda cuanto más tiempo paso sin moverme debajo del agua.

Una cara cruza un segundo mi mente mientras lavo mi cuerpo.

Victor.

Hijo de la reina de los rogues, al que creímos un aliado y fue todo fingido. Era el malo, el espía de su reina. Su madre.

Y esta aquí. En las celda.

Salgo de la ducha y me enrollo en una toalla. Dejo mi pelo al aire al tiempo que me visto.

Completamente de negro, y lo más importante, una sudadera negra con capucha.

Seco mi pelo, utilizando mis poderes, moviendo un poco el viento. No tengo tiempo para el secador.

Peino la peluca rubia y me la coloco, sin dejar a la vista ningún pelo negro.

Coloco las lentillas marrones sobre mis ojos morados y me miro al espejo.

Vuelvo a ser Mare Brown.

Salgo de la habitación sin hacer ruido. Son las doce de la noche y ya no se escucha ningún ruido, el palacio esta en completa ocuridad.

De mi dedo meñique dejo salir una pequeña llama que me alumbre un poco el camino.

Recorro los pasillos sin hacer ningún tipo de ruido.

Llego a la salida y abro la puerta. No esta cerrada con llave y no hay guardias.

Salgo y cierro la puerta.

A paso rápido me dirijo a las celdas.

Voy mirando a mi alrededor todo el tiempo, no quiero ser vista dirigiendome a la cárcel.

Apago la llama de mi dedo cuando escucho ruido.

En vez de seguir mi camino, busco de donde procede el ruido.

Un hombre esta entrenado. Esta boxeando.

Me acerco un poco más, aprovechando la tenue luz que ilumina su espalda.

Sin querer, piso mal y hago crujir una rama. El hombre para inmediatamente de boxear y voltea.

La luz es muy tenue pero logro ver parte de su rostro.

Judas.

-¿Quién anda por ahí? -dice con su voz ronca y varonil.

No puedo salir corriendo. Tampoco es que estuviera haciendo nada malo. Así que a paso lento me acerco.

Él esta detrás de la valla del recinto para boxear.

-¿Mare? -pregunta.

-Así me llaman. -respondo.

Veo como se quita los guantes de boxear y se acerca a la valla. Abre la puerta de ella.

-Entra.

Ando hacía él y entro.

No se si debería haberlo hecho. Pero es el hijo del jefe de aquí. Además no creo que me haga nada malo.

No lo miro cuando entro.

Escucho como cierra después de entrar yo.

-¿Qué quieres? -le digo.

Me cruzo de brazos y me giro para quedar cara a cara con él.

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