They don't know about us (Juliantina G!P)

Chapter 29

"¿Dónde me llevas Val?" pregunto la morena, mientras observaba por la ventanilla del lado del copiloto.

Valentina sonrió juguetona.

"Ya te dije, es una sorpresa" respondió la ojiazul.

"¿Pero ya vamos a llegar?" volvió a preguntar Juliana, con voz de niña pequeña.

"En un rato cariño" sonrió Valentina, entrelazando su mano con la de la morena.

Llevaban aproximadamente una hora y media en la carretera, y Juliana ya estaba agotada de estar sentada en el mismo lugar, la morena era una persona impaciente y detestaba hacer viajes, aunque le gustaba conocer lugares, sobre todo si era con Valentina, la parte de estar sentada por horas para llegar a algún lugar, no era de sus favoritas.

"Creo que dormiré un momento, me siento mareada" dijo Juliana, cerrando los ojos.

Valentina asintió, posando su mano en el muslo de Juliana y dándole un suave apretón.

"Está bien cariño" dijo la ojiazul, empezando a acariciar la pierna de su novia.

" Val..." susurro la morena, sintiendo como la ojiazul movía su mano hasta rozarla con su entrepierna.

"¿Si cariño?" pregunto con inocencia.

"No juegues" suspiro, cruzándose de piernas, haciendo reír a su novia.

"Oh, Juls. Eres mi novia y puedo tocarte, así como tú también puedes hacerlo conmigo"

"Eso lo sé, pero..."

"Ya. Lo sé, lo sé. No te molestare... por ahora" murmuro.

"Ok" suspiro la morena, recostando su cabeza en la ventana.

Valentina sonrió maliciosamente, imaginando lo bien que la pasarían aquel fin de semana ellas solas en aquel lindo lugar. Y sobre todo, ella estaba deseando por fin entregarse a la linda morena que descansaba a su lado.

Suspiro feliz, Juliana era todo lo que alguna vez había deseado, y ahora era suya.

La ojiazul recordó la lencería especial que había comprado para esa ocasión con ayuda de Eva, aun se sentía avergonzada de haberle pedido ese favor a su hermana mayor, pero agradecía mucho que Eva se tomara las cosas con seriedad y no se burlara de ella. De hecho, lo encontraba muy extraño, pues la ojiazul aseguraba que su hermana lo tomaría como una broma, pero no fue así.

Casi una hora después, Valentina diviso el pequeño letrero de madera que indicaba la entrada. Sonrió feliz, mientras disminuía la velocidad y entraba en el camino de grava que la guio hasta lo que parecía un estacionamiento. La castaña suspiro, deteniéndose y sonrió, pegando su cabeza al respaldo y girándola levemente, encontrada a su novia aun con los ojos cerrados.

Apagando el motor del vehículo, Valentina se extendió en su asiento, llegando hasta su novia, y empezó a repartir besos por su cuello, mordiéndolo levemente y haciendo un camino hasta su mentón, donde le propino un mordisco.

"Ummm" gimió Juliana, moviendo su cabeza.

"Ya llegamos, bebé" suspiro la ojiazul, besándole la mejilla.

Juliana suspiro y lentamente empezó a abrir los ojos, encontrándose con aquellos brillosos orbes azules que le sonreían.

"¿Qué?" pregunto la morena, empezando a desperezarse.

"Ya llegamos" repitió Valentina, sonriendo.

"Oh, vaya..." la morena miro a sus alrededores, todo lleno de árboles y una increíble paz "¿Cuánto tiempo dormí?" pregunto avergonzada.

"Como una hora" respondió Valentina, mordiéndose el labio.

"Uh, lo siento" se disculpó, sus mejillas enrojeciendo levemente.

"No te preocupes, me encanta verte dormir" sonrió Valentina, acercándose para besarla.

Juliana suspiro sobre los labios de su novia, colocando una de sus manos en la cintura de la ojiazul, jugando con sus dedos sobre la piel blanca de su novia.

"¿Dónde estamos?" pregunto nuevamente Juliana.

"He alquilado una cabaña para nosotras todo el fin de semana" respondió Valentina.

Juliana abrió los ojos, completamente sorprendida.

"Yo... Val" suspiro, se sentía tonta. Valentina había preparado un fin de semana para ellas juntas, únicamente rodeadas de la tranquilidad de la naturaleza.

"Shhh..." la silencio, posando su dedo sobre los labios de Juliana "No te preocupes cariño, ya tendré mi recompensa" ronroneo.

Juliana la miro confundida, no sabía a qué se refería su novia, pero prefirió dejarlo así y simplemente disfrutar lo que Valentina había preparado para ambas.

"Esta bien" asintió Juliana.

"Vamos entonces" Valentina sonrió.

Bajaron las cosas del auto y la ojiazul lo aseguro, para después acercarse a la cabaña que se encontraba cerca del estacionamiento. Valentina imagino que esa seria recepción, así que rápidamente se acercó a la chica rubia que se encontraba detrás de un mostrador hojeando una revista de chismes.

"Disculpa, tengo una cabaña a nombre de Valentina Carvajal" la chica levanto la mirada de la revista y echo un vistazo a la ojiazul.

"Claro" asintió, acercándose a la computadora y tecleando en ella "Cabaña imperial" susurro.

"Si" asintió Valentina, al haberla escuchado.

La rubia se acercó a un tablero donde se encontraban varias llaves, y tomo una dorada, para luego extendérsela a la ojazul.

"Esta es la llave de su cabaña" notifico "Ahora llamare a mi hermano para que las acompañe hasta allá, es un poco lejos" informo.

"Bien, gracias" asintió Valentina.

La rubia tomo el teléfono y marco rápidamente "Jack, necesito que lleves a unas huéspedes a la cabaña imperial... no te demores" dijo, para después colgar "Estará aquí en unos segundos"

Valentina asintió y se giró para acercarse a su novia, sintió la mirada de la rubia sobre ellas. De manera disimulada, la ojiazul la miro, la recepcionista tenía toda su atención en la morena y se mordía el labio inferior.

Los celos la invadieron y no se resistió darle un beso a Juliana, dándole a entender a la recepcionista, que la morena no estaba sola. Juliana por su parte, y sin darse cuenta de las miradas de la rubia, sonrió sobre los labios de su novia y acepto gustosa sus besos.

Poco después, un chico rubio entraba en la cabaña. Valentina imagino que sería quien las llevaría hasta la cabaña, así que tomo la mano de su novia y salió del lugar, encontrándose con un carrito de golf fuera.

El chico desconocido salió detrás de ellas y las ayudo a subir sus cosas. Casi diez minutos después, Valentina diviso la cabaña, se veía tal y como estaba en la fotografía. La mente de la ojiazul empezó a imaginar todo lo que haría con su novia ese fin de semana ellas solas en ese lugar.

Juliana iba distraída observando los alrededores, todo era tan pacífico y le gustaba mucho.

"Llegamos" aviso el chico.

"Gracias" asintieron, bajando del carrito y tomando las cosas.

"Si llegan a necesitar algo, en la habitación hay un teléfono. Solo deben marcar el 1 y mi hermana les ayudara en lo que necesiten" dijo amablemente "Disfruten su estadía" se despidió y regreso por el camino en el pequeño auto.

Juliana sonrió, observando la cabaña.

"Esto es hermoso Val" suspiro "Sera un gran fin de semana" dijo, entrando en la cabaña.

Valentina sonrió "Ya lo creo. Un fin de semana inolvidable" suspiro, deseosa de tener a la morena entre sus piernas

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