Chapter 9

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Juliana se encontraba reunida con sus amigos en el estacionamiento del instituto mientras charlaban acerca de su fin de semana. La morena y Thiago contaban acerca de su fin de semana mientras sus amigos los escuchaban.

Estaban felices pues habían cumplido un año más de su amistad, y disfrutarlo en el mismo lugar de siempre, el lugar que guardaba sus secretos y todas aquellas travesurillas que de pequeños hicieron, lo hacía más especial.

"...y mientras recorríamos el bosque en las bicis encontramos un lago hermoso" se giró a su amigo que sonreía "¿Verdad Thiago?"

"Si y casi nos congelamos. Pero valió la pena"

"Es verdad" asintió Juliana.

"Comimos mucho..." acoto Thiago.

"...Y vimos películas hasta la mañana siguiente"

"Fue el mejor fin de semana, antes de ir al bosque ¡Recorrimos casi toda la ciudad en el jeep de July! Y al final, terminamos en el mismo lugar" Thiago miro a Juliana y juntos dijeron:

"La vieja casa del árbol"

"Esa casa no es vieja" reprocho Ale.

"La construyeron cuando Thiago y yo teníamos seis años Ale. Es una casa vieja"

"Pero papá la remodelo y ahora tiene hasta dos habitaciones y cada una tiene su baño... eso no es ser una viaja casa del árbol. Además tienen cocina, televisión por cable... Ahhh, y no olvidemos el Internet ¿y aun así tienes la osadía de decir que es vieja? Ni siquiera por fuera parece vieja..."

"Okay, entendemos. Pero cuando nuestros padres la hicieron era algo pequeño..."

"Pero eso fue hace mucho" replico Ale.

"¡Bueno ya! Se me dejan de estupideces ustedes dos" grito Adriana, tratando de calmar al par de jóvenes que se peleaban.

La latina enfrento a la morena, quien sonreía burlonamente a su mejor amigo y a su hermana que era abrazada protectoramente por su novio. Adriana carraspeo, llamando la atención de Juliana "¡July!" se quejó "¿Por qué tú y yo no tenemos algo así? ¿Eh? ¿Por qué solo Thiago?"

Juliana iba a responder, pero el canadiense le interrumpió.

"Lo siento Adry, pero July y yo tenemos 14 años de amistad y es algo intimo entre nosotros dos"

Juliana asintió dándole la razón al chico, mientras pedía disculpas a su rubia amiga con la mirada "Lo siento Adry"

"Ya me acostumbre" respondió la chica "Pero deben recompensarnos"

"Por eso no se preocupen" dijo Juliana "Papá nos dio permiso para ir al rancho este fin"

"¡Genial!" dijo Zac.

"Si, incluso irán mis hermanos, excepto Mia. Iremos en él jet hasta Miami, y de ahí nos recogerán"

"Estupendo" dijo Pablo "Como en los viejos tiempos"

Siguieron conversando de su fin de semana y planeando su viaje grupal, para los demás era algo normal que Thiago y Juliana hicieran algo como eso cada año.

Desde que Thiago llego a la ciudad, la morena y él chico habían sido inseparables, su amistad se había convertido en una gran muralla, imposible de derrumbar.

Thiago llegó a Chicago a la edad de cuatro años, conoció a Juliana cuando la pequeña morena iba a visitar a sus abuelos a su casa y desde entonces se volvieron el 'dúo dinámico', los mejores amigos. Cuando tuvieron seis años, sus padres le construyeron una pequeña casa en un gran árbol que cubría los patios de las dos casas: de los Mendes y la de los abuelos de Juliana.

A los ocho años, Thiago se mudó a donde actualmente vivía, en una gran residencia cerca de Juliana, pero la casa anterior seguía en posesión de los padres de Thiago, para que así, la casa del árbol siguiera ahí para los chicos.

Dos años después, cuando Juliana y Thiago tenían diez, los abuelos de la morena regresaron a México, por lo cual esa casa también se encontraba vacía temporalmente, pues cada vacaciones, los abuelos Valdés regresaban para pasar junto a sus nietos.

Actualmente aquella pequeña casa que se construyó cuando eran pequeños, es nada en comparación a la gran casa que los padres de los chicos se encargaron de remodelar. Sabiendo lo importante que para ellos era esa lugar; su santuario, su club, o como sea que ellos le llamaban cuando pequeños.

Mientras ellos seguían hablando, un Chevrolet camaro descapotable negro, ingresaba al estacionamiento del instituto. La música desbordaba por los parlantes del auto en el que iban cuatro porristas.

Mientras Zyan y Sol cantaban a todo pulmón sentadas en él cabecero del auto sobresaliendo de él, Blair, sentada en él copiloto agitaba sus manos al ritmo de la música y Valentina manejaba lentamente, logrando que todas las miradas se posaran en ellas, y dejando sin aliento a todos en la escuela.

Juliana observo como todas las porristas y los jugadores de los diferentes equipos de la escuela, se acercaban a las chicas y las rodeaban. Desde el momento que Valentina hubo terminado con él jugador, su familia se había alegrado, al igual que sus amigos, razón por la cual su padre le había comprado un auto, para que así pudiera movilizarse sin necesitar de un inútil para ello.

Así que después de probarlo con sus amigas todo el fin de semana, Valentina decidió llevarlas ese día a clases. Y ahora ahí estaba, luciéndose ante todos y todas.

"La soltería le sienta bien a Valentina¿no creen?" pregunto Kevin logrando que todos rieran.

Ale observó a su hermana, Juliana nuevamente estaba con esa mirada de boba, y perdida completamente en la ojiazul, una enorme sonrisa adornaba su rostro. Ella recordó entonces que debía hablar con Adriana y Jenna, contarles lo que había presenciado el viernes pasado, necesitaba saber cuáles eran las intenciones que la porrista tenía con su hermana...

Valentina sintió que la observaban y lo confirmó al darse la vuelta y dirigir su mirada al grupo donde estaba Juliana y sus amigos, entonces la vio. La morena la miraba con mucha admiración. La sonrisa de Juliana le coloco los pelos de puntas y le hizo flaquear las piernas.

Valentina se enderezó y la miro con toda esa seguridad que tenía, pero que en esos momentos aparentaba, pues la morena lograba que todo eso desapareciera.

La porristas levanto su mano saludando a la morena, y Juliana se sorprendió. Ella creía que tal vez Valentina no querría hable en la escuela, así que insegura, giro su cabeza buscando alguien detrás de ella, imaginando que posiblemente detrás se encontraba un amigo de la porrista, se sorprendió al no encontrar a nadie más que sus amigos.

Juliana regreso su mirada a la ojiazul y para cerciorarse, se señaló a su misma, preguntándole con él gesto si era a ella a quien saludaba. Valentina se rió por él gesto de la morena, y asintió, dándole a entender que ciertamente era a ella a quien saludaba.

La morena ensancho su sonrisa y le devolvió el saludo, sus miradas no se despegaban y aunque se encontraban a una considerable distancia –lejos la una de la otra– sus ojos se fundieron. Él azul y él marrón se abrazaban con amor.

Él timbre sonó sacando a las chicas de su momento, Juliana se despidió de sus amigos y camino alegremente a su primer clase junto a Kevin y Pablo.

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TODOS LOS CREDITOS PERTENECEN A SU AUTORA ORIGINAL: 5H-1D-JB-DL-

They don't know about us (Juliantina G!P)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum