LA FLOR QUE ALEGRA AL SOL (NH 1/2)

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Me fui de casa en aquella oportunidad dada por la carta que me concedía la beca para la universidad. Puede sonar egoísta, pero ya no quería seguir viendo el rostro de decepción de mi padre y tampoco quería que Hanabi me viera como si no me conociera.

La opresión en el pecho cada vez que estaba junto a las personas que amaba me es imposible describir. Desde que recuerdo, nunca me ha gustado lastimar a nadie, por ello creí que irme de casa podría calmar el pesar de mi familia. Creí que así ya no lastimaría a nadie más con mi presencia.

Ahora todos lloran por mí.

Desperté en una camilla. La cabeza me daba vueltas y tenía un punzante dolor en la parte trasera. Apenas abrí los ojos quise sentarme, quise ladear la cabeza, quise rascar la punta de mi nariz, quise preguntar si Ino-san se encontraba bien luego de lo que sucedió, pero...

Pero... no pude.

Lo único que parecía responder a mis órdenes, de todas las parte que intenté mover, eran mis ojos. Solamente los ojos y los párpados.

Miré a la izquierda y pude notar la llamativa cabellera de Ino-san, ella estaba acostada en el sofá, luego un pequeño suspiro llegó a mis oídos por la derecha y al llevar la mirada hacia allí encontré a Naruto-kun. Mi compañero de habitación parecía estar completamente incómodo en una silla de madera junto a la ventana. Ambos se veían realmente cansados.

Respiré lentamente cuando una brisa fresca ingresó por aquella ventana, la corriente fresca meció con delicadeza una cortina y la tela acarició la nariz de él.

Bostezó y estiró los brazos. Sus grandes y brillantes ojos azules me enfocaron con sobresalto y su boca, poco a poco, demostró una felicidad inimaginable. Incluso, por un pequeño y diminuto segundo, me olvidé de la condición en la que me encontraba. Esa felicidad fue acompañada de lágrimas que brillaban con los rayos del sol que entraba por el ventanal.

Naruto-kun...

Él siempre enseña su mejor sonrisa. De hecho creo que es la única sonrisa que tiene. Jejeje... Jamás lo vi tan contento como en ese momento. Jamás, en todo ese tiempo que llevábamos como compañeros, lo había visto derramar lágrimas en tal magnitud. Ese júbilo mezclado con dolor que demostraba su sonrisa comprimió mi pecho tanto que empezó a doler. Ese dolor en mi corazón era el mismo cuando mi padre o Hanabi me miraban.

Podía palpar lo que Naruto-kun sufría y todo era mi culpa.

Ver su rostro, sonriéndome, cubriendo ese tormento... Me hacía sentir una angustia mayor a cuando mi familia me miraba.

¿Por qué?

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—HI... HI... HI... ¡HINATAAA! 

Naruto no podía creer lo que estaba viendo.

No podía creer que, después de esos tormentosos 103 días, ella abrió sus ojos.

Nunca te olvidaré...Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ