MOMENTOS

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No volví a encontrarme con Uchiha-san en clases de RCI (Reconocimiento Corporal Interno), así como en ninguna otra clase hasta un mes y medio después. No es que yo me haya estado escondiendo de él por la cachetada que le dí. Es más bien que nuestros horarios no concordaban: él estudiaba cardiología y yo pediatría. 

Y, pues...

No verlo me hacía sentir menos ansiosa, pues, eh...

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— ¿Señorita Hyuga?

— ¿Eh? —Hinata volteó y contempló a un hombre alto de cabello anaranjado y mirada desafiante usando un traje oscuro. —Eh... ¿Si? ¿Nos conocemos?

—Soy el guardaespaldas del joven Sasuke Uchiha.

"¡Uchiha-san!" Exclamó nerviosa. Habían pasado seis semanas desde el incidente en el salón de clases y aún no había conseguido hablar con él... Aunque tampoco se había esforzado por encontrarlo.

El hombre continuó.

—Mi presencia aquí es para ofrecerle disculpas de parte de la familia Uchiha. Además de una compensación por el comportamiento que llegó ha oídos de la señora... —ella realizó un gesto simple para detenerlo con cortesía.

—Co... ¿Compensación?

—Sí. —contestó con serenidad— Nos enteramos de un rumor que involucra al joven Sasuke y no queremos que alguien de la prensa, u otro medio informativo, fuera a perjudicarlo. Hicimos nuestras investigaciones y nos enteramos que hace unas semanas él la ofendió. Por tal motivo he venido en representación del señor Fugaku Uchiha para dar por finiquitado este y cualquier otro asunto sucedido desde la fecha hasta ahora. 

Hinata dio un ligero suspiro y le respondió.

—Señor...

—Disculpe mis modales. Juugo

—Juugo-san. Agradezco que haya venido. Dígale a la familia Uchiha que no acepto la compensación.

—Pero...

Ella movió la cabeza con suavidad.

—Insistiré en no aceptar. El señor y la señora Uchiha no tienen nada que disculpar. Y, eh, pues, Uchiha-san... —ella bajó la mirada con un toque incómodo— Dígale que lo que él me hizo no... 

El guardaespaldas quedó muy sorprendido por la determinación, sinceridad y seguridad con que dijo esas palabras. En lugar de escuchar aquellas palabras, Juugo hubiera preferido ver la cara de Sasuke al escucharlas.

—Si me disculpa, Juugo-san, debo ir a mi dormitorio porque es algo tarde y mañana tengo una prueba. Cuídese. —Ella realizó una corta reverencia que el hombre respondió y continuó su camino.

Al día siguiente cuando Hinata salía de sus clases, en el pasillo alguien la agarró del brazo y la metió dentro de un armario de limpieza y le tapó la boca con la mano. El pánico la congeló un instante, trató de zafarse pero sólo consiguió que su secuestrador la agarre un poco más fuerte. Volteó y descubrió que la persona llevaba gafas y un buzo con la capucha puesta.

¡Cállate! ¡No te lastimaré! —gritó en murmullos mientras la soltaba con suavidad. Hinata quedó muda y muy confundida cuando el muchacho descubrió sus ojos y cabeza.

U... ¿Uchiha-san? —expresó en un hilo de voz, él la contempló irritado; como si decir su nombre fuera algo malo.

Ambos permanecieron así un par de minutos hasta que el ruido en el exterior se volvió eco sordo. Hinata no paraba de preguntarse el motivo de su actuar y Sasuke cuestionó que aquello haya sido su mejor opción.

Nunca te olvidaré...Where stories live. Discover now