Por primera vez sentía una motivación extraña. Cada patada salía con mayor fuerza y concentración que antes, debía trabajar duro, recuperar mi esencia y mi eje, no solo por James, sino también por Jem, debía estar bien para poder ayudarlo; quería estar bien para poder seguir y tener una relación con Draco; deseaba estar bien para ayudar y salvar más vidas en la enfermería, y más que nada, quería volver a sentirme como Hermione Granger.

Las horas pasaron y el entrenamiento con Malfoy se transformó en uno mucho más arduo, pero placentero en su habitación. Esta vez al saber que me quedaría y que la posibilidad de que continuara repitiéndose en las siguientes noches, me permitió dormir las horas suficientes como para empezar el día siguiente sin la necesidad de tanto café.

Se sentía surrealista, casi imposible de imaginar, y un poco difícil de vivir, no por las razones que cualquiera creería, sino que es extraño, estoy más feliz que nunca, pero estamos en guerra, perdí a mis dos mejores amigos y a todo mi familia tanto biológica como adoptiva, perdí mi escuela, mi casa y la ciudad en la que me crie, estaba encerrada en un subterráneo con personas a las que solo conocía de hace un mes o poco más, y por alguna razón, jamás me había sentido más feliz. Esa sensación era tan agridulce, me limitaba avanzar, me hacía sentir culpable por sentirme bien cuando muchos no podían hacerlo, pero no podía evitarlo, llevaba años esperando tener una posibilidad con Draco, y ahora que al fin estábamos juntos, que era la única persona que me conocía y entendía aquí abajo, no podía dejarlo ir, no después de la gran conexión que establecimos.

Y no es como que hubiera reemplazado a mis amigos de la noche a la mañana, he llorado más muertes de las que cualquiera podría procesar, y muchas veces despierto sin ningún deseo de levantarme o vivir, pero el pensar que aún hay gente que me necesita y a quien puedo serle útil, le da un poco de justificación a estas nuevas ganas de vivir. ¿Es tan malo querer vivir por ti? ¿Por qué todo el tiempo debo estar repitiendo que no lo hago por mí, sino por los demás, para que no suene egoísta y parezca que valga la pena? Estoy tan acostumbrada a actuar por el resto, a enfocar mi vida y estudios en la gente que me rodea, que el hacerlos por primera vez, aunque sea en tiempos de guerra, enfocados en mí, pareciera un pecado.

Trato de sacar estos pensamientos de mi cabeza, sé que no me hacen bien, debo seguir adelante, no auto compadecerme y reprimirme.

- Bien, al parecer solo es un rasguño el que tienes aquí, estarás bien – le digo al pequeño niño muggle de solo cuatro años, después de poner una tirita de papel en su dedo. - ¿Te parece si te doy una paleta mientras te pongo esta vacuna para ser súper fuerte? Te prometo que no dolerá.

Mientras el recién llegado me asiente con un poco de miedo, Jem se me acerca con la vacuna en una mano y una caja de paletas de colores en la otra, mientras el pequeño se debate entre que sabor prefiere, aprovecho su distracción y lo pincho rápidamente en el brazo sin que si quiera se dé cuenta. Cuando se voltea con una de manzana, ya listo para el proceso y con los ojos cerrados y apretados, se sorprende al ver que ya terminé.

- Ves, te dije que no dolería.

Jem sonríe y vuelve a su asiento a acomodar todo para los siguientes novatos, mientras el niño vuelve a los brazos de su familia que acaba de terminar de ser revisada por Taly, y salen por la puerta. Al ver que nadie más vuelve a entrar nos tomamos un descanso. Si bien han sido muchos a quienes han salvado, Draco dice que han tenido que empezar a salir de la ciudad para encontrarlos estas últimas semanas, al parecer el riesgo en las calles ha aumentado lo suficiente como para que tanto muggles como magos se mantengan a distancia.

- Hermione...

- Dime –Taly me mira seriamente desde el otro lado de la oficina - ¿Qué sucede?

"Corazón Destrozado" - DramioneWhere stories live. Discover now