Capítulo XIII

1.2K 131 22
                                    


Al volver a la mesa Dylan está sentado junto a su hermano nuevamente, no dice nada cuando me acerco, ni si quiera levanta la cabeza de su plato, pero la verdad no me angustia. Hannah me mira y me analiza de pies a cabeza.

- ¿Es mi idea o te arreglaste mucho para dormir?

- ¿Qué? ¿Yo? No, para nada

- Mione! Te pusiste roja, solo era una pregunta, pero ¿Qué ocultas?

- Nada, solo pasaré la noche fuera...

- ¿Qué? –Dylan es quién se exalta esta vez, se suponía que me ignoraba así que no entiendo su reacción.

- ¿Qué de qué?

- ¿Cómo es eso de qué pasarás la noche fuera? ¿Dónde? ¿Con quién y por qué?

- Eso no te interesa Dylan, además, pensé que me estabas ignorando.

- No te ignoro, solo espero a que te disculpes.

- ¿Disculpa?

- Sí, pero no te perdonaré si no eres capaz de responderme lo que te pregunte.

- No me estoy disculpando. –La rabia me invade nuevamente y mi voz comienza a subir de tono, pero miro de inmediato a Jem y me recuerdo mantener la calma. –No tengo por qué darte explicaciones de lo que hago o dejo de hacer, no eres nada mío Dylan, así que no te metas en mi vida. Y para que sepas no me pienso disculpar por hacerte ver que eres un idiota como hermano.

- Creo que lo mejor que puedes hacer ahora es retirar lo que dijiste, guardar silencio, cenar y volver a la habitación con nosotros. –La mirada de Dylan se pone tan seria y fría que me paraliza, alcanza mi mano a través de la mesa y esta vez no la toma con suavidad, si no con mucha fuerza impidiendo por completo cualquier movimiento. –Cree en mí, no querrás que me moleste en serio.

- Tú no me conoces, pero deberías saber que nadie amedrenta a Hermione Granger, no lo hizo Voldemort, mucho menos lo hará un idiota como tú. –Quito mi mano con fuerza de su agarre y me pongo de pie. –Hannah, Jem, nos vemos mañana, por hoy perdí el apetito.

Me alejo de la mesa tan rápido como puedo. Y mientras atravieso todos los enredados pasillos que me deberían llevar a la habitación de Malfoy, no puedo dejar de pensar en esa pequeña, pero brusca discusión que acabo de tener. Saqué coraje, uno que llevaba guardado durante mucho tiempo, no para enfrentarme a esa bruja, si no para confrontar a un muggle con aires machistas de ego y control. No puedo creer que haya agarrado mi mano con tanta fuerza y que me haya amenazado si desobedecía su orden.

¡Por Merlín! ¡No puedo creer si quiera que el idiota me haya dado una orden! ¿Quién se cree que es? Ni si quiera Ron y Harry, que eran mis amigos, me dieron ordenes alguna vez, ni mis padres, nadie. Yo siempre he sabido que hacer, por lo que nadie nunca se atrevía a decir nada. Excepto McGonagall, pero ella es una mujer que no da órdenes, si no, indicaciones que te llevan al camino de la sabiduría.

Llego a la puerta de Malfoy y toco, no se escuchan ruidos adentro. Salí tan apurada que ni si quiera me fijé si estaba cenando, probablemente tendré que esperarlo durante un rato para que vuelva. ¿Qué dirá la gente si me ven aquí en el pasillo? ¿Creerán que soy como esas mujeres que se agolpaban en la puerta de su habitación en Hogwarts? No es como que lo haya visto, pero se oían rumores.

Apoyo mi frente en la puerta y cierro los ojos, mientras sostengo mi muñeca, ese cretino podrá no tener magia, pero tiene mucha fuerza, quizás hasta me dejó un moretón. En esto pienso cuando la puerta se abre de pronto y mi cuerpo se va hacia delante, no alcanzo a caer porque unos fuertes brazos me sostienen.

"Corazón Destrozado" - DramioneDär berättelser lever. Upptäck nu