—Economía está bien para mí, de todas formas tengo tres buenas amigas dispuestas a ayudarme cuando la estadística y la probabilidad me roben las horas de sueño —sonrío, hablando de Mary, Soi y Noelle.

Noelle es la prima de Mary, que apareció en invierno cuando nos disponíamos a esquiar; aquella aventura terminó con el brazo de mi mejor amiga enyesado por una fractura leve, y yo me cargué el peor resfriado de todos, terminando en cama, con náuseas y fiebre por más de una semana, pero nos había dado dos grandes tesoros: Noelle y Soirise, su mejor amiga. El traslado de Soirise a Sacramento facilitó las cosas para que la amistad entre las cuatro se hiciera lo que era ahora, porque Noelle venía casi cada dos días desde Auburn, y entre todas habíamos generado un vínculo maravilloso entre noches de fiestas secretas, falsos carnets y compras.

Mike y Thomas nos explican que la charla en el auditorio es de lo más aburrido del mundo, sin embargo, Mary, Soi y yo queremos entrar, no porque nos interese realmente, sino porque Noelle, sin motivo aparente, ha reservado butacas para nosotras y nos espera adentro. Los muchachos nos dejan su número, pues no van a ingresar con nosotras, y nos aseguran que pueden recogernos y llevarnos de vuelta al complejo de apartamentos si decidimos asistir a la fiesta con ellos.

El auditorio huele a barniz tenuemente, no me cuesta tanto tiempo ubicar a Noelle, que está sentada casi en las últimas filas, muy cerca a la salida y bastante lejos de los podios donde hablarán los responsables de la charla. Casi todos los asientos están ocupados, así que le agradecemos el habernos guardado lugar. Conversamos un poco sobre la odisea que había sido llegar hasta allí mientras el aula termina de llenarse, entonces las luces se hacen menos vibrantes y un hombre mayor toma el podio principal para hablar.

Apenas han pasado unos minutos cuando siento un pitido incomodo en las orejas tras las palabras del director:

—Y ahora oiremos las palabras de uno de nuestros mayores orgullos, quien hablará más concretamente sobre los estudios financieros, recibamos con un aplauso al señor Harry Styles, dueño de Styles & Co., inversor principal de la bolsa californiana y graduado con excelencia de nuestra universidad.

Mary me apreta la mano, pero la realidad parece distorcionarse a medida que él se aproxima al podio para hablar. Luce un formal traje gris claro, con una camisa negra y no lleva corbata. Harry nunca las usa. Su caminata se ve igual: ruda y decidida, sus mirada seria, firme, con toda la intención de intimidar. Noto que se aclara la garganta y se dispone a hablar, pero a partir de la primera palabra, me pierdo totalmente en el tono de su voz. Luego de casi veinte minutos, él agradece y observa con determinación a los estudiantes, entonces sus ojos miran los míos y distingo un brillo de emoción en su mirada, emoción y sorpresa. Casi idéntico al brillo en mis propios ojos.

Me disculpo con mis amigas y me retiro del auditorio, pues empiezo a sentirme claustrofobica allí, Mary, quien sabe quién es él y lo que pasó entre los dos, me susurra que me tranquilice y que si deseo, puede invitarme un cigarrillo, oferta que declino antes de terminar de caminar el pasillo y cruzar la puerta hacia la salida. Mis pasos, apresurados, me encaminan hacia el patio, cruzando las oficinas, pero entonces me detengo de golpe, a escasos centímetros de la puerta principal de vidrio, cuando una mano toma la mía y me obliga a girar.

—Evangeline —su voz acaricia mi nombre, lo miro directo a los ojos y reconozco el sentimiento naciente en mis entrañas. Su mano libre acaricia mi mejilla con cariño, con ternura, pero su mirada solo indica lujuria.

No hablamos mucho, luego de haberlo abrazado con fuerza su mano sujetó la mía y me guió hasta su auto, sin muchas palabras le indico por dónde ir hasta que llegamos al complejo de apartamentos donde queda el mío. Primer piso, Segunda puerta a la derecha de la escalera. 3A.

Thinking Underage [Mature Styles! au]✅Where stories live. Discover now