21.

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Mientras mis pasos ansiosos cruzan la calle mi mente divaga en los roces discretos y miradas furtivas entre Harry y yo durante la reunión, la pícara sonrisa mientras bebía con suavidad el vino y las caricias de sus dedos rozando mi piel "por accidente" cuando nos acercábamos a la mesa al mismo tiempo, incluso sonrío suavemente mientras llego a su porche cuando pienso en su voz susurrando que nadie debía saber lo que hacíamos, refiriéndose al momento en que su mano dirigía la botella de vino a mi vaso y dejaba que un poco del líquido oscuro se mezclara con el jugo que yo bebía.

El timbre resuena mucho más fuerte de lo que recuerdo, y siento mi respiración silenciarse incluso más cuando escucho los pasos de Harry acercarse hacia la puerta hasta que la abre, aquel instante el aire parece desaparecer de mis pulmones y no es hasta que estoy adentro que puedo respirar con normalidad. Harry no dice nada mientras cierra la puerta, pasa por mi lado acariciando mi helada mano y camina hacia la cocina; su ordenador brilla sobre la isla y él no le toma mucho apagarlo, dejando el lugar casi a oscuras, con la única luz del pasillo encendida pero opaca. Él se gira a mirarme y sonríe con calma, viéndome parada estática en la sala, a oscuras, apenas notable, pero sus ojos no se pierden ni un solo centímetro de mi anatomía.

—Ven, Evangeline, no muerdo —dice sin borrar la sonrisa de su rostro —... todavía.

Yo sonrío familiarizada con sus palabras en doble sentido, entonces camino hacia la cocina, donde él no pierde el tiempo y me besa con fiereza, provocando que mis piernas se sientan inestables con el solo jugueteo de nuestras bocas. Cuando se aleja mantiene los ojos cerrados unos segundos más antes de abrirlos, tomar mi mano y caminarnos hacia su dormitorio.

—¿Harry?

—¿Sí, cariño?

—Yo... siempre he tenido la duda...

—No estoy casado —dice, provocando mi risa mientras abre la puerta y enciende la luz que luego regula para que se mantenga tenue.

—No se trata de eso, es algo estúpido a decir verdad —respondo —, es solo la curiosidad de saber por qué vives en una casa tan pequeña si eres millonario.

—Bueno, porque estoy solo, Evangeline, y no necesito una mansión para uno —dice con el tono suave en la voz a la vez que empieza a desabotonar su camisa, entonces me mira a los ojos y sé que nota mi nerviosismo —. ¿Está todo bien?

—No lo sé —admito, suspirando con nerviosismo.

—No voy a presionarte a hacer nada, si quieres solo mirar la televisión o comer algo, está bien —consuela, sentándose en la cama e indicándome que me siente a su lado. El colchón se siente estático cuando me siento y exhalo con fuerza.

—Estoy nerviosa —digo tras unos segundos en los que ambos miramos al mueble frente a la cama, Harry sonríe con un suspiro alegre, feliz por mi honestidad, entonces lo miro y él asiente antes de mirarme.

—Lo sé —dice agachando la cabeza a un costado, provocando que su camisa desabotonada se estire y me permita ver un poco de su piel tatuada, mi mente formula mil y un preguntas sobre los significados ocultos en cada uno de sus tatuajes, sin embargo sé que no es el momento indicado.

—¿Vas a detenerte cuando te lo pida? —le pregunto, mirando a mis manos.

—Ni bien sugieras que te incomoda, Evangeline —contesta y yo asiento antes de sentarme en sus muslos, con una pierna a cada lado de su cuerpo. Él me mira y puedo ver el proceso en el que sus ojos pasan del verde esmeralda al verde oscuro y lleno de anticipación, me agacho un poco y rozo sus labios con suavidad antes de que Harry decida ir a por más y, presionando mi nuca, profundice el movimiento de nuestras bocas.

Thinking Underage [Mature Styles! au]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora