Una Sombra Mas Bajo La Luna

9. Capitulo

- ¿Vas a pasarte callada todo el rato?- me pregunto Connor.

El, el cual había llevado su tazón ya vacío a la fregadera, me miraba esperando su respuesta. La cual, no llego.

- ¿Estas enfadada?- preguntó de nuevo, dando un paso en mi dirección. - Lo tomare como un si. - se dio la vuelta, dejandome la vista de su culo. Tan redondito, tan perfecto. ¿Aunque, pensándolo bien, que en el no es perfecto? Bueno, su personalidad. ¿Pero físicamente? Nada. Todo un sex simbol, de pies a cabeza.

- ¿Sabes...- dijo y se dio la vuelta. Catadon.- ¿Me estabas mirando el culo?- dijo con una sonrisa en la cara.

-No.- dije bajando la mirada hacia mi tazón vacío.

- Si, que te he visto.- dijo chulo.

- No lo he visto. Tampoco me hace falta...-

- Porque siempre me lo ves.- me corto.

- No. Porque no ando viendo culos por la vida.- dije y me levante. Cojo mi tazón y lo lleve a la fregadera.

- Pues yo si.- dijo.

- Pues que pena.- guarde todo lo que estaba en la fregadera en el lavavajillas. - ¿Cuando te vas?- le dije todavía guardando las cosas.

- No se, cuando me canse de terminar de verte el culo. - se río.

- Cerdo.- musite y me gire para enfrentarle.- El otro día, osea ayer, me quitaste mi pizza, me diste un susto de muerte...

- Y nunca mejor dicho.- me corto.

- Si, porque por tu puñetera culpa me desmaye.

- Fue el momento mejor aprovechado de mi vida. Bonitas bragas rosas, por cierto.-

-¡¿Que?!- grite dándome la vuelta.- Ni se te ocurra volver a posar tus ojos en mi trasero o te corto los cojones y me hago dos pendientes con ellos.

- Uy, que miedo mi lady.- se río haciendo una reverencia.

-No me retes.-

Salí de la cocina seguida por el.

- ¿Y tus padres?- me pregunto cuando me senté en el sofá y coji mi libro.

Levante la mirada para mirarle y contestarle, pero en ese momento me acorde. ¡Mierda! ¿Que hora era?

Con mi corazón a un ritmo rápido por mi mini infarto, subí las escaleras corriendo. Abrí la puerta de mi habitación y me lanze a mi cama. Gire la cabeza hacia mi derecha para ver el despertador. 10:30.

Dios, en media hora llegaban mis padres y estaba todo echo una mierda, literalmente.

- No hace falta que me con...- entro diciendo a mi habitación.

- Callate y ayudame a limpiar, vienen en media hora.-le tire una camiseta de mi padre.- Y pontela por favor.-

El me hizo caso y se la puso. ¿Por donde empiezo? Mi habitación estaba echa un asco. Tenia toda mi ropa tirada por todos los lados, la típica silla ocultada bajo la ropa... Aparte, mi cama estaba sin hacer. Tenia mi escritorio lleno de maquillaje, hojas escritas y no podía olvidar, mis

-¿Peluches? ¿Enserios?- dijo Connor.- ¿Pero cuantos años tienes, cinco? Ya es hora de quitarlos, no enana.

- ¿Que? Son mi infancia.- dije arrebatándoselos de las manos. Pobrecitos, ahora los tendré que desinfectar. Uf, perezon.

- Vaya infancia, lo normal es tener Barbies y no transformers.- dijo dándose la vuelta y metienda la ropa en mi armario. - Por cierto, bonita tanga. ¿Porque no me haces luego una pasarela?

-Idiota.- le dije mientras le lanzaba el transformer. - Apuesto lo que sea a que tu de pequeño no tenías Barbies.- dije sarcásticamente.

-Barbies tenia; tetonas, con culo... En fin, estaban buenisimas. Mas que tu encima.

- Dios, deja de hablar mejor y ayuda. Me das dolor de cabeza.-

Terminamos de ordenar a tiempo cuando tocaron el timbre.

Connor, que estaba junto a mi me miro preocupado y le señale la ventana en símbolo de que podía saltar por ahí.

- Pero, si es un tercer piso.- dijo en bajo.

Dios, que ganas tenía de que se tirase por ahí. -O te tiras por ahí, o no tienes escapatoria. Y solo te digo que a mis padres no les va nada bien el tener chicos en casa. Mira que el ultimo salio corriendo en canzoncillos y con el pelo quemado.

-Bien, bien. Yo salto. - dijo y desapareció por la ventana.

Si os preguntáis por el chico, era broma. Nunca he traído un chico a casa. Nose que se esperaba Connor. Aunque, teniendo en cuenta a mi primo Charlie, el si salio corriendo y con el pelo quemado. Pobre, para la siguiente vez tengo que fijarme mejor cuando enciendo el mechero para encender la vela.