13. Capitulo

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Tras pasarme bastante tiempo andando y con mis pies doloridos del esfuerzo, llegue a lo que deberia de haber sido un infierno. Pero en estos momentos, era mi salvacion.

Abri las puertas del edificio que ahora se encontraba vacio y me adentre en el.

Era bastante estraño. Lo que normalmente solian ser pasillos llenos de gente de todo tipo en los que el suelo no se podia ver, habian pasado a ser tan desiertos que solo se veia mi melena morena. Todo tan solitario, que me agradaba a la vista y todo.

Sola y con el sonido de mis tripas sonando, camine rumbo a mi clase.

¡Maldita rubia, estas me las pagaria!

☆☆

-¿Señorita Rivera, podrías dejar de tirarle papelitos al señor Jones y concentrarse en la lección?- dijo el profesor, llamando la atención de Génesis.

- Si, profesor.-

La morena se dio la vuelta, dejándole a Connor un ultimo papel, para después fijar la vista a la pizarra llena de números y letras. No quería ni imaginar que ponía en ese papel, a pesar de que la tentación me llamaba.

El papel, me recordó a Hunter. Supuestamente hoy, tenia que ir en busca de mi zapatito.

Que romántico sonaba, pero que terrorífico era.

Según me dijo en el mensaje, tenia que asistir al entrenamiento de rugby. Cuando finalizase, me lo entregaría. Hice cálculos y mas o menos llegue a la conclusión de que seria sobre las ocho. Un poco tarde.

Aunque, si el echo de que me tenia que juntar con el para la entrega ya me asustaba, el momento que me imaginaba me daba escalofríos. La situación seria ideal para un crimen. Ocho de la tarde. Oscuro. En un sitio donde solo hay unas pocas personas. Frio. El. Yo. Mi zapato. De verdad, tengo prohibido ver mas películas de miedo. Me traumatizan.

☆☆

Mi vista estaba en el frente, mirando como un grupo todavía mas grande de mastodontes corría de un lado al otro empujándose y riéndose. Esto era de locos. Nunca había sido una chica de deportes, no me gustaba verlos ni mucho menos practicarlos. Me parecía un sacrificio muy grande. Mi cuerpo, no estaba preparado para sufrir. Pero a pesar de eso, sabia que estas bolsas de músculos eran buenos. No hacia falta saber mucho para darte cuenta que lo eran. Corrían de un lado al otro del campo con una facilidad y rapidez que me mareaba.

Y va enserio. Cerré los ojos un segundo intentando relajarme y al abrirlos no había nadie. ¿Cómo es posible que cuerpos tan grandes desaparezcan tan rápido?

Me levante asustada. Esto comenzaba a parecerse a mi historia de miedo y no me agradaba en lo absoluto.

Sorprendida y asustada al mismo tiempo, recorrí con mis ojos todo el campo y cacho de aparcamiento que se veía desde las gradas. Nada. Enserio, necesito que me cuenten el secreto para cuando mi madre me venga a buscar para regañarme hacerlo. Seria increíble.

Metí mi mano en mi bolsillo para coger el móvil y llamar a Hunter. De repente, las luces del campo se apagaron. Solo se podía ver las luces que indicaban el camino de las escaleras, por lo que baje corriendo de ellas.

Mi corazón parecía que se salía y mis manos no hacían nada mas que temblar, dificultándome el labor.

Hunter Mendes. Llamar.

El pitido del teléfono seguía sonando y no había contestación. Un ruido de motor me hizo sobresaltar. ¡Era demasiado joven para morir!

Sin mirar a lo que podía ser mi futuro asesino, corrí sin rumbo. El ruido ceso, pero mi miedo seguía. Por lo que cuando vi el edificio de los vestuarios, no lo pensé dos veces y entre. La luz estaba encendida, y se podían oír unos pasos.

Jesusito, nunca he tenido el sueño de protagonizar una película de miedo. ¡Asique ayúdame! Encima he sido buena.

Me senté en el suelo, tapándome con las manos la cabeza cuando oí algo aproximarse.

-Por favor, por favor, por favor.- suplique en bajo.

-¿Summer, estas bien?- levante la cabeza al reconocer aquella voz.

-¿Bradley?¿Que haces aquí?- el me extendió la mano, para ayudarme a levantarme.

Una Sombra Mas Bajo La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora