Cattleya -[Yoontaegi]

#29 Jun.

❝Intentemos ponerle un fin a esto y decidamos.❞ —Sesaaw, Min Yoong (Bts). 

Se removió con brusquedad entre los brazos que lo aprisionaban con fuerza limitando sus movimientos, sus ojos analizaron el interior de aquella camioneta pero era tan oscuro que le era imposible ver el rostro de su secuestrador. Con una confianza que ni él sabía de donde había sacado, guió su mano a ciegas hasta el bicep de su secuestrador y lo toqueteo.

Sonrió al conocer la dureza de este.

—Pequeño —susurró el pálido. El agarre sobre su cuerpo se volvió más dócil permitiendole a Yoongi sentarse y apoyar su espalda en el pecho del menor, tomándolo como almohada.

Parecía que el gimnasio realmente estaba haciendo efecto, porque ese duro pecho era todo una roca. 

—Pequeño lo tiene hyung —contestó Jungkook con una sonrisa en su rostro, sonrisa que Yoongi no podía ver por la oscuridad que los envolvía—. ¿Podrías encender la luz?, no veo una mierda aquí atrás.

La repentina luz los cegó y un sin fin de insultos de parte de Yoongi y Jungkook se dejaron oír.

Hoseok solo se limitó a sonreír.

—Mis bellos ojos verdes —lloriqueó Yoongi intentando abrir los ojos, pero la luz era tan cegadora que le resultaba imposible—. Jungkook creo que he quedado ciego —comentó tomando el rostro del menor sin abrir los ojos.

—Ha su edad quién no hyung —un golpe en su hombro lo hizo reír y no  para cubrir el dolor, sino porque no le había dolido en lo más mínimo. 

Su hyung golpeaba como un bebe.

—Solo soy 4 años mayor que tú mocoso, algún día envejecerás y yo me burlare de tus arrugas —asintió Yoongi con satisfacción. La cual no tardo en desaparecer al ver la divertida cara de Jungkook, pues cuando el menor fuera mayor él lo sería aún más. 

—Solo abre los ojos Yoongi —habló Hoseok desde la cabina, sin siquiera darles una mirada fugaz por el retrovisor.

—Ah claro, para ti es fácil decirlo —bufó—. Mira aquí, ojos pequeños —los señaló, sin embargo el pelirrojo no lo miro—. Mocoso de mierda, Jungkook dile que no me ignore.

—Hoseok ignoralo —dijo el menor riendo. Yoongi lo miró con incredulidad para luego negar. 

—Supongo que arreglaron sus peleas de gatas y ahora no me necesitan, pues bien me voy con Jimin —alzó el pulgar, para luego mirar todo el interior de la camioneta buscando la presencia del rubio—. ¿Dónde esta Jimin?

Hoseok miró a Jungkook por el retrovisor.

Claro a él si lo miraba, indignado así se sentía.

—¿Seguro que no le golpeaste la cabeza al subirlo? —cuestionó volviendo a centrar su mirada en la desolada carretera.

—Tan seguro como que me gustas —sonrió.