Cattleya -[Yoontaegi]

#20 Amado.

❝Las personas pueden ser muy astutas❞—Seesaw, Suga.

El frío envolvía su cuerpo haciéndolo dar pequeño brinquitos en su lugar para poder entrar en calor. Solo a él se le ocurría hacer una cita un sábado por la mañana y en una pista de patinaje, ¡ni si quiera sabía patinar!, pero era demasiado tarde para cambiar sus planes, pues su acompañante había llegado.

Taehyung entró al reciento buscando al pálido con la mirada, no podía negar que aquella invitación lo había tomado por sorpresa, ni en sus más locos sueños esperaba que Yoongi lo invitase a una cita, sin duda el pelinegro era toda una caja de sorpresas.

—Tengo que admitir que no me esperaba una llamada tuya, menos un sábado por la mañana —sonrío deteniendo su paso frente a Yoongi, quien se encogió de hombros con diversión.

—Tengo que admitir que te ves muy guapo hoy —alago Yoongi. Un leve rubor se extendió por la mejillas de peligris—. Adorable —sonrío tomándolo de la mano.

Era fin de semana y la pista de hielo estaba llena, pero Yoongi tenía sus contactos, los cuales consistían en viejos amigos de Jungkook dueños de aquel lugar. Se abrió paso entre las personas tirando de Taehyung, no fuera que se le perdiese entre tantas personas.

Ignoró la larga fila frente a ellos y caminó directamente al gran mesón para pedir los patines, solo esperaba no morir sobre aquella pista de hielo, sería demasiado humillante. Los gritos de molestia no se hicieron esperar, pero una mirada de Taehyung sobre ellos los hizo callar, podía ser muy intimidante si se lo proponía.

—Talla 8,5 y 8 —el joven muchacho asintió y fue por su pedido. 

—¿Cómo sabes que calzo del 8? —cuestionó Taehyung mirando al pálido a su lado. Sus patines fueron entregados y se marcharon de aquel mesón sin soltarse de las manos.

—Intuición femenina —bromeó. 

—Ya claro.

—La verdad es que soy muy observador Kim Taehyung —admitió susurrando cerca de su oído, su traviesa boca no se resistió y mordió el lóbulo de la oreja del menor provocando un escalofrió en todo su cuerpo. Yoongi se alejó con una inocente sonrisa en su rostro—. Vamos a cambiarnos.

Tomaron asiento en las gradas que rodeaban la pista de patinaje, sus manos se separaron perdiendo el calor que transmitía el otro, sus miradas se cruzaron y sonriendo con inconsciencia.

Las parejas se deslizaban sobre el hielo con facilidad, uno que otro caía en el proceso, pero ni con eso dejaban de sonreír.

Todos se divertían en aquel lugar.

Sin duda había escogido el lugar perfecto para una cita, el problema era que él no sabía patinar y eso solo aumentaba sus nervios de caer sobre el hielo, ni la primera vez que mató estuvo tan nervioso como lo estaba en aquel momento.