Capitulo 16

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CAPITULO 16

Rose se removió en la cama, apretando sus ojos fuertemente al notar como los rayos del sol se posicionaban sobre su cara, molestándola de su dulce sueño. Se llevó una mano a sus ojos y los restregó, antes de abrir los ojos por completo.

Miró a su alrededor, y se dio cuenta que a su lado no había absolutamente nadie, y el olor de Justin estaba impregnado en las sabanas. Podría despertar así todos los días de mi vida. Pensó.

Se hizo a un lado y posicionó su cara en la almohada de Justin con los ojos cerrados, aspirando su rico aroma. ¿Dónde está? Abrió un ojo y inspeccionó la habitación esperando a que saliera de su escondite, pero hoy no estaba la suerte de su lado. Se incorporó en la cama y llevó su cuerpo al borde de la cama, con la intención de levantarse.

Al retirar la sabana de su cuerpo, miró hacia abajo y sonrió para si misma, recordando los momentos de anoche.

 -Oh dios mío, Justin… 

-Quieres tu sorpresa, nena? 

-Eso es nena, siéntelo. 

 -Justi…in 

-Chúpamela, nena. 

-Sí, dios Rose. 

-Vamos, nena. No pares ahora. 

Oh sus gemidos, eran una melodía para sus oídos. Para especificar mejor, anoche fue la mejor noche de mí vida.

Se sentó en el borde de la cama y sintió un fuerte pinchazo en la barriga, abrió los ojos ampliamente provocado por el intenso dolor que le invadió. Suspiró a los pocos segundos de haberse pasado. Podría haber sido una patada, pero bien fuerte.

-Para mí que la niña va a ser futbolista. -Comento riéndose.

Se levantó de la cama y adelantó sus pasos hasta la esquina de la habitación donde se encontraba la mochila que había dejado la noche anterior. Abrió la mochila y agarró la ropa que se iba a poner, se dirigió al baño.

Se miró al espejo y casi se cae para atrás. ¿Pero… que pelos son esos? Dios mío… 
Intentó arreglar las telarañas que tenía en la cabeza que se hacia llamar “pelo”.

Tres minutos después, se recogió el pelo en un moño y se metió en la ducha. Cerró los ojos y se dejó limpiar por la lluvia artificial que caía sobre ella.

(…)

Bajó los tramos de escalera con cuidado y al llegar al final se dirigió al salón, una sonrisa se asomó por sus labios al ver a Justin sentado en la mesa en la que cenaron ayer, leyendo el periódico y tomando un café. Iba con el torso desnudo y un pantalón de chándal, que le llegaba por las rodillas.

Se mordió los labios salvajemente, para no soltar una barbaridad de las suyas. Comenzó a caminar sigilosamente y al llegar detrás de él, deslizó sus manos por sus hombros pasando por su pecho, en modo de abrazo.

Justin soltó el café que tenía en las manos, junto al periódico y se dio la vuelta.

Sonrió al verla. -Buenos días. -Susurró ella, muy cerca de sus labios. Y sin esperar más, junto sus labios amoldándose con los de él, con un beso mañanero. Saboreó el sabor de sus labios que en esos momentos sabían a café. Mmmm… Nunca había probado un café tan bueno. -Pensó interiormente.

Y sonrió en el beso, por lo que había pensado. Se separó de él lentamente y se mordió el labio anhelando sus labios nuevamente, nunca se cansaría de besarlo. Podía estar todo el santo día encima de él, no penséis mal. He dicho besándome, aunque ahora que lo pienso me gustaría jugar a otras cosas..

-Sí, si que son buenos… -Dijo Justin sacándola de su mundo al que se había desviado. Se rió y le dio un pico antes de ir directa a la cocina. Tenía un hambre voraz.

Después de prepararse dos tostadas y un vaso de leche, se sentó en el sofá al lado de Justin que ya había acabado de desayunar. Frunció el ceño al ver como Justin le quitaba la bandeja de su regazo y se la ponía en la de él.

-¿No crees que ya has desayunado bastante como para quitarme a mí el mío? -Le preguntó fulminándolo con la mirada.

Justin se rió, y negó con la cabeza. -No tonta, quiero darte de comer. -Se encogió de hombros. Ella con los ojos aún entrecerrados. -¿Quieres darme de comer como los niños pequeños?

Justin zarandeó la cabeza ante su pregunta. -Si lo dices así de esa manera no suena muy bien pero… sí.

Ella se encogió de hombros. Si le hacía ilusión no le iba a negárselo. Vio como Justin cogía una tostada y la acercaba a su boca, ella riéndose en su interior abrió la boca, y soltó un gritó cuando sin esperar Justin le untó la nariz con mermelada.

Justin echó la cabeza hacia atrás riéndose a más no poder, al ver su reacción. Ella se tocó la nariz limpiándose por el camino la mermelada, sonrió maliciosamente. Acercó su mano a la cara de Justin, que estaba distraído riéndose y le untó la mejilla con la mermelada de su nariz.

Él abrió la boca haciendo una O de sorpresa, no creía que ella se la devolviera. Él dejó a un lado la bandeja y la miró detenidamente, ella apretó los labios juntos para no reírse. ¿Debería echarse a correr? Aunque en su estado no podría hacer mucho, la pillaría a los 2 segundos.

Y sin esperar más se levantó corriendo del sofá y aumentó sus pasos al ver como Justin corría tras ella con el dedo untado de mermelada, gritó al sentir como la mermelada se esparcía por su mejilla y parte de su boca.

-Justin!! -Chilló al darse la vuelta, pero sus chillidos fueron callados por la boca de Justin, que la besaba con deseo y ansia. La deseaba, y mucho más de lo que piensa. Ella le agarró de los extremos del pelo, para escuchar su sexy gruñido callado por sus labios.

Justin le cogió la cara con las manos intensificando el beso, pero el timbre de la casa resonó por toda la casa, y a regañadientes Justin se separó de ella.

Ella le sonrió dulcemente -Ya voy yo. -Le dijo, desapareciendo de su lado y haciendo sus pasos hasta la puerta, la abrió y abrió los ojos ampliamente al ver la persona que tenía delante de ella.

No puede ser posible

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