—Y que se supone que eres tú un gusano genéticamente alterado.

No era un gusano normal ellos eras más pequeños que él y él era más como el tamaño de un rato adolescente.

Yo soy la razón de que tengas esos poderes sin mí, los dioses sólo eran humanos.

Vaya tiene carácter. Me agradaría si no estuviera del lado de Sivana.

—¿Qué pretende hacerme una cosita tan pequeña como tú? —me burle señalándolo.

Confiada... igual que todos tus antepasados.

¿Me ha comparado con un par de vejestorios que ya están reducidos a cenizas?

—Gracias... supongo.

Realmente no sabía si tomarme lo como un alago o un insulto, aunque la segunda opción parecía ser la más acertada.

—Esta la parte en la que me dices tu plan malvado —le hable al loco.

—Aún no creo que alguien tan inmadura como tú me allá detenido.

Gracias, amigo, eso se llama adolescencia.

Rodé los ojos —Ya supéralo unos niños te vencieron, no es como si fuera el fin del mundo —dije sin darle importancia.

De repente, fue a la mesa y se mantuvo en silencio al lado del gusano. ¿Qué está haciendo? Le está dejando la oportunidad a esa costa de hablar. Ayy qué lindo.

Sin eso poderes que eres...

Me quede en silencio, no sabía que responder. Son ellos tal vez me encontrara escapando de otra casa hogar en estos momentos.

Eres solo una humana insignificante. No sabes con qué lidias, es mejor que me dejes a los siete pecados.

—Y dejar que destruyan el mundo — negué. Había una leve sospecha en mí que esto terminaría en pelea. Volteo para encarar al calvo—. Vamos, Sivana, no puedes ser más imbécil. Todo el mundo tiene un pecado incluso tú y el tuyo es la avaricia.

—¡Tu no eras digna! ¡Te eligió en un momento de desesperación! —grito con furia. Bajo a grandes zancadas de su tarima.

Me golpeó la cara, suelto una risita ante la idea de bailarle en burla de que yo tengo poderes y él no, pero este es momento de ser "adulto" solo durante cinco minutos.

—¡Oh! ¡Sorpresa! —puse mis manos fingiendo que me sorprendí, miré a todos los lados—. Al menos yo no mate a mis padres por rencor y odio —chasquee los dedos poniendo mis manos en mi cintura como toda una diva—. Y no libere a varios pecados solo para demostrar algo. Eso está muy mal amigo.

Y no quieres hacerlo.

¿Qué? —preguntó tontamente, confundida.

Matar a tu madre.

¡Alto! ¿¡Qué!?

Tenías solo cuatros años cuando tu madre te dejaron en esa feria, viendo como tú eras llevada a una casa hogar.

¿¡Cómo diablos sabía eso!? Volteo para ver a Sivana y el solo me lanza una sonrisa malvada, era obvio que había revisado mi expediente. Buscando mi detonante, mi punto débil.

Casa tras casa, ¿no te cansaste de buscar a alguien que no te quería en su vida?

Eso es un juego sucio. Casi podía escuchar a Freddy gritando: ¡Tu telón de Aquiles, Bella! Y eso me daban unas ganas de golpear a Sivana y aplastar a ese gusano, para después lanzarle rayos a sus restos.

—No te funcionará ese juego. Aprendí que ella será mi madre, pero mi familia son los que están allá luchando con los estúpidos robots de tu marioneta —señalé la puerta. Un sonido en sordo me hace voltear la abolladura de uno de los robots me da a saber que fue Pedro.

Conmovedor, eso no te servirá conmigo, humana.

Me elevó en el aire, de a poco a poco aun conservando su pequeña mirada en mí.

—Cómo le dije a Sivana, sin eso pecados no son nada ellos son la causa de sus poderes y sin ellos es imposible.

Me acerco a Sivana, esto le iba a doler bastante. Levantó el puño, con super velocidad le intentó golpear en la cara. Esto es un deja vu, me agarra el brazo y me golpea lanzándome en él aire, golpeándome con la pared.

No debes creer que son los únicos con grandes poderes.

—Y como una cosita como tu va a tener poderes.

De repente siento un dolor punzante en mi cabeza. Gruñó enojada, dolía como los mil demonios. Me agarro la cabeza con las manos, mis piernas fallan haciéndome caer. Un chillido retumba por toda mi cabeza, mis oídos empiezan a escuchar un pitido.

Con esfuerzo elevó la mirada, observó a Sivana y a Míster Mind mirándome. Trató de pararme, pero mis piernas flaquean, el dolor en mi cabeza y oídos no me ayudan en nada.

—Que... ¿Qué me estás haciendo?

—Sientes esto. Es lo que es capaz él —señaló a Míster Mind

—Nunca... caeré en tus juegos mentales, Thaddeus —respondí con dificultad.

Me dolía el pecho, sentía que no podía respirar. El dolor de cabeza empeoró haciéndome caer, poniéndome en una posición fetal en suelo.

—Veremos cuanto duras, Batson —gemí de dolor —. Y será poco lo que dures.

Humana primitiva, eres igual de débil que los demás.

Oscuridad eso fue lo último que vi antes de caer en un sueño profundo, no antes de escuchar un sonido en seco y la voz de Mary y Freddy. Traté de gritar, de moverme, pero no podía algo no me lo permitía.

"Veamos si te perdonan después de esto".

¡Lady Shazam! [Damian Wayne] ✔️Where stories live. Discover now