Capítulo 6

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DARON

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DARON

—¿Qué pasa Daron? —Su voz hace eco en mi cabeza.

Me encuentro sentado con la espalda encorvada, pensando en todo lo que he perdido por haber seguido a Lyron. Sobre todo, pensando en ese encuentro con ella.

—Te noto extraño después del encuentro con la humana —dice.

Levanto mi faz hacia su despreocupado e irreverente rostro y le observo en silencio. Sin ninguna expresión en el mío.

En 1993 tomó la decisión de largarse sin dar explicaciones de lo que seguía, dejándome claro que cada quien debía tomar su propio camino, y hace casi nada regresa con un par de alas nuevas colgándole sobre la espalda. Intentando convencerme para unirme otra vez a él.

—¿Qué hiciste en realidad para obtenerlas? —Le pregunto sin la mínima intención de que me responda. No me importa saberlo—. Espera, no me digas. Hiciste un trato con un demonio.

Quiero desviar su interés por saber sobre la humana. Cambiar la conversación que él pretende entablar sobre ella.

Se ríe.

—¿Crees que hice un trato con un demonio? —Se carcajea—. Estás equivocado, es algo como un demonio, pero no lo es —sonríe—. ¿Conoces a la humana? —Retoma nuevamente el tema.

—Si no es con un demonio, ¿con quién es exactamente? —Mi ceño se frunce, e ignoro su pregunta.

—No me cambies la conversación a menos que estés interesado en aceptar la oferta de unirte —Su semblante se ensombrece.

—Responde a mi maldita pregunta —Lo contemplo con desdén—. Entonces quizá yo responda a la tuya.

Me mira y yo a él.

—Te has vuelto débil —Toma asiento a mi lado—. Los humanos han sacado lo miserable y repugnante de ti.

No voy a negarlo. Me he vuelto todo menos lo que se supone que debí haberme convertido. Mis días aquí y mis relaciones con estos seres llamados humanos, han cambiado las expectativas de mi permanencia en la Tierra. Han influenciado en mis pensamientos, en mis deseos y en mi manera de percibir las cosas.

—Así que la conoces —afirma—. ¿De dónde? ¿Fue cuando me fui a Rusia?

Sus ojos azules tan claros como el cielo en un día despejado, me miran con expectación y curiosidad. Lanzo un sonoro resoplido cargado de indiferencia y relamo mis labios, mientras una risa irónica sale de lo profundo de mi laringe.

—Así que fue allá donde te fuiste. ¿Por qué tendría que conocerla? —Inquiero—. Es solo una humana más, la traté como a cualquiera.

—No, Daron, si no recuerdo mal, creo haberte escuchado llamarla por su nombre.

Daron, un ángel para Nathalia © [Libro 1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora