¡¿ELLA ES MI ENTRENADORA?!

Extra: Los deseos de Olivia

—Está bien—yo suspiro aliviada—, Megan y yo dormiremos un rato más, toma el tiempo que necesites.

Escucho sus pasos alejándose y suelto un suspiro. Decido levantarme del piso y sentarme en el inodoro. Un nudo se instala en mi garganta amenazando con salir. No voy a llorar, no quiero llorar. Trago con fuerza el nudo en mi garganta y con una mirada vacía indago en mis pensamientos. En mis pensamientos reales, aquellos que oculto.

El alcohol que tomé ayer consiguió destapar la fibra honesta de mi cerebro. Una fibra honesta que no disfruto tener. Hay algo en ser brutalmente honesta que no me gusta y es que cuando lo eres, escupes toda la verdad. Yo prefiero decir solo una de diez verdades. Es bueno decir la verdad, pero no es necesario contarla toda.

No era necesario que mi cerebro borracho y frustrado por el progreso lento del plan, y Megan siendo un obstáculo incitaran a mi necesidad por contarle Michael que quererlo consume mucha de mi energía. No era necesario preguntarle lo que le pregunté, sabía que no me iba a gustar la respuesta.

Ya sabía que él no me ve de esa manera. No soy estúpida. Fingir que no lo sé es menos hiriente. Además, la esperanza y las opciones de mi plan es lo último que muere, esa mi motivación.

"Tiene que ver conmigo. Créeme, cuando digo que hubo un momento de mi vida en donde me odie a mí mismo por no quererte de una manera romántica."

Aunque sí, no debí destaparme, su respuesta logra sorprenderme. No me sorprendió cuando la escuché porque estaba modo honesta y desesperada, y borracha. Pero ahora que estoy sobria y mi piel está correctamente humectada puedo ver la importancia de esas palabras.

Trató, él trató. Eso me emociona de una manera que no puedo controlar. Por alguna razón Michael hace que pierda el control. Aún las revistas de adolescentes o prestigiosas páginas sobre la psicología o sociología no pueden explicar el por qué, cuando se trata de él pierdo todo el manejo de mis emociones.

Solo pensar en él pensando en cómo enamorarse de mí, en cómo quererme de otra manera produce el mismo efecto que el chocolate en mi sistema. Puede que haya fallado en el intento, pero hubo un intento. Eso es a lo que decido aferrarme para reorganizar mi plan.

Hago bailar a mis pies alegre por la gran noticia.

Se siente similar a cuando mamá compró una gift card para M&H solo para mí. Una gift card con mucho crédito y aun así no es una comparación justa.

Me hubiera gustado saber esto antes. Planificar mi plan de conquistarlo con esa información.

¿Cómo iba a saberlo?

El año pasado Michael se cerró no solo a sí mismo sino a muchas personas cercanas a él. Yo estuve para él. Poder ayudarlo y escucharlo para mí fue excepcional. Disfruté siendo su único apoyo. No iba a arruinarlo contándole que desde el primer año de secundaria estoy enamorada locamente de él.

No voy a evitarlo. Eso no funcionará con él. Debo tomar este tiempo para preparar lo que pretendo decirle, aunque probablemente olvide algo de mi discurso por ponerme nerviosa.

Mis planes son perfectos, tanto que los errores en mis planificaciones son aciertos desde una perspectiva diferente. Todo lo que me he propuesto lo he logrado. Ningún inconveniente grande o pequeño logró detenerme.

Mis planes con Michael son otra cosa. La mayoría de mis planes sobre él terminan saliendo al revés o descartados.

Esta no es la primera vez que enfrento un "resbalón de sentimientos." Ha habido dos, tres contando este. Al menos en este estaba borracha con licores cuyos nombres no puedo pronunciar.