Capítulo 20: Reflexiones

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M I C H A E L

Megan y su manera de confundirme. Episodio 21, temporada 2.

Ella voltea y todo su cuerpo se tensa ante mi presencia. Su cabellera castaña oscura es lo único de ella que se mueve. Sus ojos castaños parecen querer desaparecerme.

Mi cerebro repite la frase una y otra vez como el coro de una canción pegadiza "Ojalá funcione con el joven Michael". ¿Funcione qué?, ¿El plan?

—Michael.

Si quiero hacer esto más fácil tengo que evitar las interacciones más que amistosas con ella. Lo que sea que me atrae a ella, lo que hace que la quiera no está en sus curvas, ni en sus labios. Esta en su manera de pensar. Lo que me hizo pensar sobre amarla fueron aquellas conversaciones donde me permitió ver un poco de su alma.

Desde el día que la consideré atractiva hasta ahora, el miedo sigue persistente.

Perderlo todo o perder a la chica.

Pero es más complicado que eso. En el medio de todo hay sentimientos, decidir con sentimientos de por medio se siente de la misma manera en la me sentí al notar la salida falsa. Entre decidir si bajarme o quedarme en la plataforma hubo unos milisegundos donde mis pensamientos tuvieron un caótico debate.

La respuesta es obvia, yo solo retraso el momento.

—No tienes que explicarme nada—aseguro—. Somos amigos, no tienes que contarme todo si así lo decides.

Por un momento su cara perdió expresión para luego recuperarla mostrando una batalla interna en sus ojos. Batalla que a pesar de que parezca heroico que quiera enfrentar sola, pedir refuerzos no le vendría mal.

—A mi sí tienes que contarme—Calvin, cuya presencia había olvidado me entrega la bebida que pedí que comprara—. Así que buenas noches querido atleta. Voy a la habitación después de hablar con nuestra entrenadora.

Sus manos se entrelazan y no puedo evitar imaginarlos juntos como pareja.

Megan y Calvin, Calvin y Megan.

Asiento sin nada más que decir. Calvin lo toma como una aprobación y entra en el pasillo de los ascensores con Megan a hablar, al menos eso es lo que dijo en la corta y casi irreal conversación.

Conversación con uno de mis mejores amigos y Meg, la chica que hace que las matemáticas sean cosas de niños. Me quedo un poco más en la recepción solamente para prepararme psicológicamente. Prepararme para mañana, para enfrentar la cantidad de representantes de universidades que habrá en la competencia.

Un nadador, un deportista en general no solo se prepara físicamente. Los aspectos psicológicos son igual de importantes. Mi inteligencia motora es aceptable. Pero solo hay que darle un rápido vistazo a mi inteligencia emocional para ver el desbalance.

No siempre ha sido así. Los dos años anteriores fueron mi entrenamiento para volverme un estúpido emocionalmente hablando. Sigo siendo un estúpido emocionalmente.

Al menos, según mi terapeuta, aceptar ese hecho baja mi nivel de estupidez.

En momentos como estos necesito su consejo, los consejos de los dos. Abby y él.

Seguramente ambos deben estar disfrutando que una chica me cause insomnio. Deben estar sentados juntos contemplando como Megan es la causante de mi tormenta de sentimientos. Una tormenta de sentimientos no había sido pronosticada en mi mente desde que tenía trece años y creí haberme enamorado de la chica más lista de la clase. Sin contar la tormenta de sentimientos pasajera que fue mi hormonal flechazo en Skylar a los quince.

¡¿ELLA ES MI ENTRENADORA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora