Capítulo 19: La cita

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M E G A N

—Calvin muévete. No siento mi pierna—pide Deb moviendo a un dormido Cal de sus piernas— ¡Calvin—grita esta vez despertándolo.

—¿Qué?, ¿Qué paso?

—Debby no ha podido mover su pierna en todo el viaje, la pobre chica. Ahora solo caminará con una—bromea Chad asomándose desde el asiento de atrás.

—¿Ya llegamos? —pregunta su gemelo.

—No—el autobús se detiene—, ahora sí.

Calvin se levanta del asiento quitando su cabeza de mi regazo, se levanta por completo dejando a la pierna de Debby respirar. Chad, Calvin y Michael se encargan de bajar los equipajes. Olivia baja ella con el suyo. Todo esto mientras que Adrien y yo estamos tratando de "despertar" la pierna de Debby.

—Ah—gime con dolor—. Duele, duele. DUELE.

—Creo que lo mejor será que tú la bajes cargada para que yo pueda estacionar esto—Adrien concuerda conmigo y carga a Deb de la manera "matrimonial" bajándola del autobús.

Mi tío está encargado de las reservaciones por lo que yo aparco el autobús. Me encantaría decir que aprendí a manejar autobuses de la manera tradicional. Aprendiendo por curiosidad y debido a eso alguien con experiencia me enseñó. Yo no aprendí de esa manera.

Aprendí para hacer una broma, solo para arruinar el día de alguien.

—Debby, Megan y Olivia a la 307—nos entregan la llave y el botones me hace un ademan de mano para que lo siga.

Luego de agradecer al botones entro a mi habitación para lanzarme a la que será mi cama y la de Debby debido a un recorte de presupuesto. Igual no me molesta. Deb y yo ya hemos alcanzado la confianza suficiente para búrlanos de los ronquidos de la otra, de hecho, hasta para hervir la copa menstrual de la otra.

Situación que la primera vez que pasó Calvin nos acompañó orgulloso de nosotras por usarlas.

Con el grupo de "los abreviados" situaciones como esas pasan.

Deb interrumpe mis "profundos" pensamientos tirándose a mi lado, Olivia también los interrumpe hablándome.

—Megan, necesito decirte algo—ella nunca me dice Meg.

—Te escucho.

—Debby y yo estábamos pensando...

—¿Debby? —interrumpe mi amiga.

—Yo estaba pensando—corrige—. Ha pasado ya algunos meses desde que llegaste a la ciudad y no has conseguido ni una conquista—recalca con intensidad. Su mirada se torna en una de lástima—. Sé que es porque tu personalidad puede ser...un poco volátil—intenta exponer mis defectos de manera sutil. Ella se sienta a mi lado y toma mi mano—, como tu amiga entendí que pedías a gritos mi ayuda y ¡Te conseguí una cita!

—¿Una cita?, no quiero una...

Me alejo de la señorita entusiasta.

—Espera—ella prosigue siguiéndome por la habitación—, no has escuchado la mejor parte. —Ni quiero escucharla—. Es en dos horas y con un chico de esta ciudad que se mudará a una residencia cerca de la universidad de nuestra ciudad, ¿No es maravilloso? —dice con una efusiva sonrisa dibujada en su cara.

—Ella ya tiene planes conmigo—miente Deb entrelazando su mano en la separación de mi codo y cuerpo. Obviamente salvándome de una cita hecha por alguien que a veces parece querer desaparecerme con su mirada.

¡¿ELLA ES MI ENTRENADORA?!Where stories live. Discover now