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Guarda aquellas aguas y aquellos ríos el horrible barquero Caronte, cuya suciedad espanta; sobre el pecho le cae desaliñada luenga barba blanca, de sus ojos brotan llamas; una sórdida capa cuelga de sus hombros, prendida con un nudo: él mismo maneja su negra barca con un garfio, dispone las velas y transporta en ella los muertos, viejo ya, pero verde y recio en su vejez, cual corresponde a un dios. Virgilio, Eneida, VI, 297-303


Los árboles de gran tamaño se posaban sobre sus cabezas, tenebroso, esa era la única palabra que podía describir lo que estaba pasando a su alrededor. No sentía nada, su cuerpo había perdido solidez, iba en una bata dorada, que no sentía, sus pies estaban descalzos sobre las rocas de la orilla de aquel río, pero no podía sentirlas enterrarse en sus plantas, sus manos tocaban los troncos de los árboles pero no podía sentir su rugosidad, sabía lo que estaba pasando, porque estaba esperando junto a más personas al barquero en la orilla del río Aqueronte. SeokJin estaba muerto. 

Ninguno hablaba, ninguno se movía, estaban en aquella orilla formados en fila, los que dejaban el mundo para ser juzgados y decidir su lugar de descanso. Jamás imaginó encontrarse en ese lugar, sin otro sentimiento más que el de la melancolía y sin otro pensamientos, más que el de Namjoon y el hijo que no alcanzo a conocer. 

Salió de la fila y se recargó en un árbol, como si buscara el sostén que no necesitaba, miró sus manos, pálidas, incluso más pálidas que las de Yoongi, le hubiese encantado despedirse de aquellos a los que amaba. 

-¿Eres importante?.-preguntó alguien a su lado. 

SeokJin miró al hombre rubio de intensos ojos azules opacos, llevaba una túnica blanca al igual que los demás.- ¿Qué?

-Tu vestimenta es diferente, ¿Quien eres?

-¿Hasta en la otra vida hay distinción?.-bufó.-¿Qué importa quien soy cuando estoy muerto?

-Importa porque eso puede decidir tu destino.-suspiro. 

-Cualquier destino, será igual una tortura.-respondió mordiendo su labio inferior con fuerza, no sentía el dolor. 

-Eso me dice que detrás del sendero hay alguien que llore tu muerte ¿Verdad?

-Llorar no.-negó.-Él lo va a destruir todo. 

El cielo se oscureció, las aguas de aquel río del dolor comenzaron a turbarse, el movimiento hacía que pareciera un mar embravecido, se despegó de aquel árbol, caminó ligeramente de regreso a la linea, el revuelo de los lamentos se escucharon en todo el bosque, entonces, apareciendo como un espíritu en medio de la madrugada, estaba en gran Caronte, navegando en su barca negra como si se tratase de un caballo endemoniado, detrás de él sus almas que nadaban con las sogas en el cuello que arrastraban las barcas de transporte. 

Escuchó la risa de aquel místico ser, hasta para él, Caronte era un verdadero misterio, a medida que se acercaba pudo apreciarlo con mayor claridad, alto, con más de dos metros, llevando una túnica negra, sus manos largas y huesudas, su rostro viejo, parecía una calavera, la piel pálida estaba pegada a sus huesos, sin músculo de por medio, una barba blanca que llegaba a su cintura, sus ojos rojos que demostraban la locura. Con un grito hizo parar a sus barqueros, él lo hizo poco tiempo después quedando frente a ellos.

-Bienvenidos.-dijo con una sonrisa mostrando sus dientes puntiagudos.-Soy Caronte, el barquero del inframundo. Cada uno me dará su paga y podrá subir, los llevaré a lo campos de Asfódelos, ahí serán juzgados y se determinará, en dónde pasarán la eternidad. 

SeokJin parpadeo perplejo, despertando de su ensoñación al escuchar el sonido de los óbolos, casi de inmediato buscó en los bolsillos de la túnica dorada encontrándolos vacíos. 

El Destino Del Olimpo  (Yoonmin/Namjin/KookTae)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें