EXODUS

CAPÍTULO 13: Parte 1

En tanto Jongdae estaba espantado al ser tan descuidado como para olvidar que no tenía control de su poder con Minseok. Todavía no comprendía el por qué y nadie lo había descubierto tampoco, así que se había propuesto tener más cuidado con su compañero para evitar dañarlo, porque, aunque Minseok le dijera que estaba bien y que no le hacía nada, a la larga puede que que sea perjudicial en su salud y él no se diera cuenta.

–Perdóname, perdóname –le repetía con preocupación en el rostro. –¿Estas bien? Debemos llevarte con el médico o con Yixing.

–Estoy bien, yo diría que super bien –le respondió Minseok –Mira no me pasó nada, solo sentí dolor cuando me tocaste, pero cuando quitaste tu mano, rápidamente sentí toda esa energía fluir y estoy como si no hubiera practicado hoy. No me siento cansado ni nada.

Jongdae no estaba tan seguro de ello, aun viendo cómo su compañero sonreía fascinado y no tener ni una marca de lo sucedido. Le pidió que de favor fuera a que lo revisen, ya que nada le aseguraba que internamente no tuviera algún daño. Con un lindo gesto de desacuerdo, a Minseok no le quedó de otra que ir.

Desde entonces era más cuidadoso a la hora de practicar o estar cerca del pelinaranja para evitar cosas como esa, y no dejando muy contento a Minseok porque pensaba que estaba siendo un poco exagerado.

Regresando al día, su maestro Junjin estaba muy feliz con los avances que cada uno ha mostrado a lo largo de estos meses que habían llegado a Exodus. Todos ya tenían un poco de control con sus poderes, incluso Jongdae y Minseok quienes con su problema de pareja parecían mantener individualmente avances.

Sobre todo, Sehun que ha logrado crear grandes corrientes de aire sin desestabilizarse, siendo en un principio el que tenía total desconocimiento, ya que apenas se le había presentado, pero ahora alcanzaba a sus compañeros en fuerza. Para ser una persona que no sabía nada, y que pareciera que en un principio no le interesaba, se mostraba muy concentrado en cada entrenamiento.

Claro que no podía dejar a un lado a los demás, todos habían aumentado su resistencia y agilidad. Cada uno logrando un poco más cada día, incluso entre ellos ya habían forjado una amistad y unión. Cuando era la hora de comer, se oían muchas risas y uno que otro pleito por alguna ración de comida.

Por el momento ninguno había podido ver a sus guardianes. La princesa Irene les había dicho que hasta llegado el momento adecuado ellos podrían reunirse. Tampoco habían reclamado por ello, aunque sí seguían preguntando de vez en cuando, ya que los extrañan y es la primera vez para todos que estaban lejos de ellos.

Esa tarde después de comer y un breve descanso, regresaron al gran patio de la terraza de atrás para continuar con el entrenamiento. Esta vez era Jinki quien los vigilaba y les enseñaba, pues era esta la hora en la que no usaban su poder y en vez de eso, desarrollaban más las habilidades de su cuerpo en combate.

Tao demostraba la gran condición que tenía, ya que como había mencionado antes, practicaba wushu y por lo tanto hasta el momento ninguno de los muchachos ha podido derrotarlo en una pelea. Solo que Jinki no les había dejado nuevamente combates entre sí, ahora se trataba de una práctica de misión.

Consistía en dividirse en cuatro grupos de tres personas las cuales se adentrarán al bosque hasta los límites permitidos y tendrán que buscar algo que previamente Jinki había escondido ahí. Nadie sabría lo que es, sin embargo, tendrán pistas que irán encontrando en el camino y tampoco será tan sencillo, se encontrarán con personas de su ejército que les harán las cosas más difíciles y tendrán que luchar contra ellos si querían obtener el objeto.

–Tienen hasta la hora en la que se oculta el sol para regresar, el primero que regrese hasta este punto con el objeto, tendrá una recompensa. Así que tienen que esforzarse –Los muchachos asintieron al oír aquello. ­–Llevan suficiente tiempo entrenando como para poder hacerlo.