Undercover || Minsung

1

―Buenos días bello durmiente ―fue lo primero que oyó Jisung aquella mañana. Sonrió al escuchar ese tierno apodo y se sintió a gusto cuando de repente se dio cuenta que nunca había escuchado esa voz en su vida y que nadie, excepto el personal autorizado, tenía permitido entrar en su cuarto.

Abrió los ojos de par en par y se levantó alarmado, su corazón iba a mil por hora y escudriñó su habitación en busca de la fuente de esa voz. Su mirada chocó con la de un chico que lo estaba observando desde el sillón que tenía dispuesto al lado del gran ventanal. El opuesto le dirigió una sonrisa cómplice y empezó a caminar hacia él. Jisung, aterrado por la intrusión, agarró tan fuerte las sábanas como pudo, como si eso lo pudiera salvar de una puñalada o algo. El desconocido avanzó hasta que estuvo al borde de la cama de Han, este ya estaba abriendo la boca para gritar cuando otra figura se hizo presente en el cuarto.

― ¡Oh...! ―exclamó su padre, Han Jungseo, al ver al agente Lee Know ahí con su hijo. ―Veo que ya os habéis conocido.

―No, todavía no, señor. Solo había subido para despertarlo ―se excusó Minho alejándose de Jisung.

El menor, aún hiperventilando, miró hacia su padre desconcertado, exigiendo una explicación con la mirada.

―Oh... Bien, Sung, vístete y baja cuanto antes. Tenemos que informarte de algo... Sumamente importante ―anunció su padre retirándose de la habitación seguido de Minho. Este último le dedicó una sonrisa ladina y desapareció por la puerta mientras le guiñaba un ojo.

Han se quedó un rato observando la puerta cerrada mientras trataba de descifrar qué era eso tan importante que su padre y, supongo que, ese sujeto también debían decirle. Después de salir de ese breve ensimismamiento se levantó y procedió a vestirse. Todavía inseguro bajó lentamente las escaleras hasta la planta principal donde su padre lo llamó desde el salón para que se acercara.

Cuando irrumpió en la sala vio que, aparte de sus progenitores y el otro chico, había otro hombre de más edad que el otro. Este vestía un traje y parecía una persona de algún alto cargo. A pesar de ser su casa se movió con incomodidad hasta la plaza libre que habían dejado en el sofá al lado del desconocido que había estado en su cuarto minutos antes el cual estaba sentado cómodamente reposando sus brazos en el respaldo del sofá. Cuando se sentó este le ofreció una media sonrisa.

―Bien... Eh... ¿Cómo empiezo? ―balbuceaba su padre nervioso. Miró hacia los dos hombres y luego hacia su hijo, tragó saliva y siguió hablando. ―Hijo, te presento a Bang Chan y a Lee Know.

― ¿Lee Know? ―preguntó confuso el pequeño ante ese nombre tan extraño.

―Es un apodo ―respondió el tal Lee Know. Jisung lo miró desconfiado, ¿por qué razón debia utilizar un apodo este sujeto?

―El caso es que... Chan trabaja para una empresa de... Espías secretos que trabajan para el gobierno ―tomó de nuevo la palabra Jungseo. Ahora Jisung solo se sentía aún más confuso de lo que ya estaba. ¿Qué estaba pasando aquí? ¿Por qué razón habían espías en su casa? Han alternó su mirada entre su padre y Lee Know, como si así pudiera obtener alguna respuesta. ―Hijo... Me he metido en asuntos que no debería, y ahora, por mi culpa, corres un grave peligro... Me han amenazado y no quiero que te hagan daño.

― ¿Qué...? Papá, ¿qué has hecho? ―preguntó Jisung anonadado ante la noticia de que su padre andaba metido en asuntos ilegales.

―He contribuido al tráfico ilegal de armas en Corea. Yo ayudaba a trazar rutas seguras con mis contactos, en el último trayecto un camión fue interceptado por la policía y parece que estan llegando al fondo de la asociación a la que ayudo. Me han culpado de ello y me han dicho que si no lo soluciono voy a sufrir las consecuencias... No quiero que vengan a por ti Sung... Te he puesto en peligro solo por unos cuantos billetes de más... ―lamentaba su padre enterrando su rostro entre sus manos. Se sentía tan avergonzado de asumir eso delante de su hijo. Jisung buscó a su madre con la mirada, Han Hyeeun, la cual lo miró con una mirada comprensiva. No parecía enfadada con ese hecho, solo disgustada y decepcionada.