LA MALDICION DEL JADE

Verdadera belleza

"¡Ey! Báiyù ¿Que haces ahí sentado? ¿Por que no vienes? ¿O es que encontraste una buena brisa en ese lugar?" Una voz divertida le pregunto, el can levanto las orejas incluso antes de ver a quien estaba parado frente a el ya sabia quien era, esa voz la reconocería en cualquier lugar, Jiang Wanyin.

"Ven, vamos a cazar faisanes" Su ojos mostraban un destello de añoranza.

"Hace mucho que A-Ling y yo no vamos a cazar juntos, jajaja aun recuerdo que la primera vez que fuimos de cacería, casi puedo verlo ahí parado, después de perseguir a un pequeño faisán el cual apenas comenzaba a volar, lo siguió por un largo tiempo, se cayo varias veces, tropezó otras tantas y enredo con tantas cosas que cuando lo vi quise reír con todas mis fuerzas pero me contuve, vi como el tenso el arco, su postura era perfecta, la mirada fija en el objetivo, pero...pero cuando iba a dejar ir la flecha jajajaja esta cayo, deberías haber visto su cara, se sonrojo tanto que parecía un pequeño tomate, aunque después comenzó a llorar y tuve que dejar mi escondite para poder consolarlo, no creo poder olvidar ese día, se sujeto con sus pequeñas manos de mi cuello y comenzó a insultar a la pobre ave que ni siquiera enterada estaba que era perseguida jajajaja" El terrible Sandu Shengshou no paraba de reír al recordar a su sobrino, incluso el si no estuviera en ese cuerpo estaría realmente tentado a reír igual de fuerte.

Ambos llegaron a las puertas principales del Muelle de lotos, ahí recargado se encontraba Jin Ling que jugaba con Hada, al verlos les dio una sonrisa y agito su mano a forma de saludo, mismo que con algo de renuencia y vergüenza correspondió el Lider Jiang.

"Bien, sera mejor ponernos en marcha se esta haciendo muy tarde y si esperamos mas no seremos capaces de cazar ninguno" El hombre de purpura advirtió, en realidad era un experto en el tema, antes cuando aun estaban en buenos términos el y Wei Ying constantemente eran reprendidos por saltarse el entrenamiento para ir a  jugar a cazar a estos animales, así que se convirtieron en expertos en seguirlos, aun que ninguno como el idiota de Wei Wuxian.

Los tres llegaron a un claro en el que pronto descubrieron varias de estas aves, con movimientos rápidos y precisos dieron por iniciada su cacería.

El tiempo paso demasiado de prisa, en sus caras se veía que habían disfrutado de la actividad, incluso Báiyù había ido por si mismo a perseguir a varios, aun que realmente solo los correteo, lo que les dificulto un poco mas el poder obtener alguno, luego de mucho por fin consiguieron cada uno un par, las aves estaban destinadas a llenar su estomago que no tardaría en quejarse, la actividad había acabado con gran parte de sus energías, pero no todas, Báiyù se confundió cuando vio como ambos salían corriendo hacia lo mas profundo del bosque, los siguió por puro instinto, tal vez se habían dado cuenta de algo que el no, algún peligro o alguien necesitando ayuda, pero no lo único que pudo ver al llegar fue un hermoso lago, no muy grande pero tampoco muy pequeño, el agua estaba siendo iluminada y calentada por los rayos del sol, parecía a simple vista un pequeño pedazo de paraíso, pero escucho ese sonido que tampoco olvidaría (como odiaba esa mejorada audición) el de ropa cayendo, no quería ver hacia donde provenía el ruido, abrió un poco uno de sus ojos agradeciendo que al menos conservaran su ropa interior, deseaba darles algo de privacidad hasta que llego el joven maestro Jin y se abrazo a el, intento cerrar los ojos, pero cuando el aroma de lotos se hizo presente a su lado solo pudo dirigir su nariz mas cerca de ese maravilloso aroma, su nariz se estampo de inmediato en el pecho del hombre mayor, ahí donde el olor parecía mas intenso, se dejo ir a la deriva su mente estaba completamente en blanco, su cuerpo se sentía ligero como si flotara entre nubes, como deseaba permanecer mas tiempo en ese lugar, lastima que todo acabo de forma tan abrupta, sus ojos se abrieron de inmediato, no tuvo tiempo de sobreponerse a la sorpresa solo de salir del agua en busca de oxigeno, decir que no estaba asustado o molesto seria mentir y eso iba en contra de las reglas.