LA MALDICION DEL JADE

Su razón de vivir

Jamas en su vida se había sentido tan en paz consigo mismo como en este momento, este precioso animal al que aun se sujetaba era el único ademas de sus cuatro paredes que en algún momento atestiguaron un momento embarazoso, llanto, miedo, inseguridad y mas, ni siquiera Jin Ling su amado sobrino lo había visto así, no después de esa ocasión.

Ese día por un pequeño instante pensó en reunirse con su familia, estaba cansado, se sentía derrotado, extrañaba mucho aquello que le arrebataron tan cruelmente, recuerda como en aquel momento aun no tenia la reputación como la que tiene ahora, no recuerda mucho de ese día pero...el cansancio, la nostalgia, la ira, la venganza y el anhelo, todo se mezclo ese día, en el que casi deja todo,  afortunadamente algo o alguien guió su mano de nuevo hacia abajo, ahí escondido detrás de la puerta se encontraba su sobrino que lloraba a raudales, al verlo tan desamparado no dudo y corrió hacia el, como si cualquier señal divina lo estuviera enmarcando, esa vida no era para otra cosa mas que para cuidar de ese niño.

No sabe cuanto recuerda su sobrino de ese momento, era solo un niño pequeño que aun se tambaleaba al caminar, pero no duda que algo de esa patética escena haya quedado gravada en su mente, ese era la principal razón por la cual no dejo de mostrar esa apariencia tan firme, furiosa y salvaje, no quería que su sobrino, al que crió como si fuera su hijo pensara que el camino mas fácil en esta vida era dejar esta misma atrás, la muerte puede ser una solución, pero es la mas cobarde que puede haber, mas para cultivadores de su calibre, no importa lo difícil que sea el camino el debe cruzarlo para poder guiar a Jin Ling en un futuro, eso se lo tatuó en la piel y el corazón, no solo vive por el si no por toda su familia y por un momento pensó en dejar solo a un niño, no cualquiera si no que era el único hijo de su hermana, esa hermosa mujer que los quiso tanto, una estupidez que no volverá a ocurrir.

Justo cuando ambos estaban lo suficientemente cómodos alguien vino a su habitación para anunciarle la llegada de Jin Ling, Jiang Cheng no sabia si era obra del destino o no el que haya tenido aquellos pensamientos y ese mocoso se encuentre ya en su secta, de pronto sintió ganas de verlo, así que se levanto, arreglo sus ropas, recogió los mechones de cabello que se habían soltado de su moño, se vio por ultima vez en el espejo, no deseaba que se notara que había llorado, aun cuando solo fue un poco, camino a paso firme hacia la puerta y cuando estaba por salir se dio la vuelta, miro al perro blanco acostado en su cama, le hizo una seña para que lo acompañara, el animal de inmediato se bajo de la cama sus heridas ya no eran tan dolorosas, por lo que pudo caminar normalmente.

"Báiyù, quiero que conozcas a alguien, nunca se lo he dicho pero el es la razón por la que yo aun me encuentro en este mundo, es algo así como lo que seria un cachorro para ti" Sin mas abrió la puerta y ambos salieron recorrieron a paso lento el pasillo que llevaba a el salón donde actualmente se encontraba el joven maestro Jin, al llegar ambos pudieron notar el ceño fruncido y los brazos cruzados del adolescente.

"No se puede negar que se parece a su padre en todo, hasta esa pose tan orgullosa" Jiang Cheng había hablado en un susurro, para no ser escuchado por su sobrino, cuando se adelanto Báiyù pensó en algo que jamas nadie se atrevería a decirle a el líder de secta Jiang.

"De hecho se parece mas a usted de lo que cree, esa postura con tanto orgullo y dignidad, fue heredada por usted y nadie mas" Fue lo que le vino a la mente al verlos a ambos interactuar, era mas como ver a un padre y un hijo, que a un sobrino y tío.