Y sin quererlo, se olvida de Emilio, de sus gemidos, de sus exclamaciones, de su sexo con Lucifer que lo despertó, y charla con Naveen. Le cuenta las particularidades de su vida y ambos ríen, hasta cuando está tan oscuro que las farolas del parque apenas son capaces de iluminar sus risueños rostros.

-Joaquín, ¿tienes algo que hacer? -preguntó Naveen observando su teléfono, mientras el castaño lo ignora. Sabe que su bandeja de mensajes está colapsada, pero no le interesa en lo más mínimo.

-¿Qué planeas, Naveen? -preguntó con curiosidad, viendo como su acompañante se pone de pie.

-Tengo que presentarme en un club, ¿quieres acompañarme? -pregunta sonriente, tendiendo su mano para que Joaquín se ponga de pie junto a él. El castaño limpia de sus pantalones hojas, ramas, tierra y césped.

-No tengo dinero conmigo -se excusa triste, pero le pide el teléfono para agendarse- ¿No te parece juntarnos otro día? Y te acompaño a tu presentación, ¿eres dj?

-Que el dinero no sea problema, yo tengo un trato especial. Acompañame y te dejo poner alguna canción que te guste... -insiste y Joaquín guarda su teléfono en sus pantalones y asiente, convencido. No quiere volver a pensar en Emilio, quiere desconectarse de quienes lo creen incapaz, de quienes lo ven como una víctima con la vida llena de accidentes. Quiere ser otro, quiere ser distinto y Naveen se lo estaba concebiendo.

-Está bien, acepto.

...

Nunca fue gran fan de los clubes. Le gustaba ver a la gente bailando, riendo, dejando todas las preocupaciones fuera, como también le gusta mucho cómo Naveen estaba sonriendo disfrutando de poner música, moviendo botones, subiendo palancas, mientras seguía el ritmo con su cabeza y de vez en cuando le dedicaba una mirada. Joaquín por obvias razones no podía beber aún, pero comía gracias a Naveen y bebía agua disfrutando de la sensación.

Le gustaba no pensar en Emilio ni en sus preocupaciones. Le gustaba Naveen. Incluso Troy no era nada en ese instante, tal como Emilio.

-Te dije que vendría un gran amor -siente una voz conocida cerca de él y se voltea, topándose con Mateo a sus espaldas, bebiendo un mojito mientras observa fijamente a Naveen - Pero también un corazón roto, y caso. Te lo dije, Joaquín -recuerda Mateo y luego le dedica una mirada comprensiva -Ten cuidado.

Joaquín asiente y en un pestañear, Mateo desaparece tras una rubia que mueve sus caderas exageradamente. El castaño rueda los ojos y vuelve su atención a Naveen que suda por las luces, y su esfuerzo.

Y está dispuesto al caos, sólo para olvidar a Emilio, a su salame con pollo, al pan francés y al pan con queso. Sólo para olvidar que lo quiere, que lo desea.

Se acerca danzando hasta Naveen y se queda a su lado. El chico de cabello oscuro ríe y Joaquín toma la valentía que lleva reprimiendo desde hace años y se acerca a él con una sonrisa y choca sus labios, sin moverlos, sólo chocándolos, pero Naveen lo toma por las mejillas y lo atrae más a él profundizando el contacto. Sus lenguas se encuentran con hambre, con atracción, con sus sentimientos a flor de piel.

Y se separa. Joaquín lo observa sonriente, Naveen lo observa sonriente.

Lo siguiente que siente Joaquín es como en su lengua hay algo, algo que lo relaja y lo pone feliz.


...

Abre sus ojos y se topa con los rayos del sol. Gruñe con molestia porque no sabe la razón de por qué se despertó tan temprano. Se acurruca en las sábanas e intenta volver a dormir, cuando siente un golpeteo, jadeos y gemidos.

Se persigna y cierra sus ojos, poniendo sus palmas juntas sobre su frente.

-Diosito, soy yo otra vez. Ya compré tu librito, prometo leerlo cuando tenga tiempo y, si quieres, voy a la iglesia todos los domingos, con resaca o sin resaca, perdiendo horas extra o lo que quieras. Por favor, haz que Joaquín termine, para así volver a dormir, y que por favor, no tenga su pene en el enchufe, o lo haga descalzo con los cables en el agua. No quiero volver a llevarlo al doctor. Amén.

Y como si sus plegarias fueran respondidas de forma instantánea. El golpeteo, jadeos y gemidos acaban y Emilio vuelve a dormitar, por una hora más, cuando escucha el llamado a la puerta con insistencia.

Gruñe en voz alta y se levanta. Está más que claro que su mejor amigo está más que agotado por su jornada sexual con Troy, y Emilio estaba agotado por la tarde anterior y su despedida de Lucía Fernanda.

Abre la puerta esquivando el desorden que existe en el corredor por cazadoras y zapatos, pero se sorprende de sobremanera cuando escucha voces y risas de la habitación de Joaquín, por lo tanto el imbécil solamente de mala voluntad no fue a abrir la puerta.

-¿Qué sucede... Troy? -pregunta con impacto Emilio y el estudiante de medicina asiente, con una sonrisa tímida en su rostro.

-Lo lamento. Joaquín no responde mis mensajes y pensé que lo mejor sería venir a... -pero Emilio no lo dejó acabar cuando se adentra al departamento y Troy lo sigue, escuchando tales carcajadas y esquivando zapatos y las cazadoras del corredor. Su corazón estaba en la garganta.

Emilio abre la puerta y su boca se abre a más no poder cuando se topa con Joaquín sólo con su ropa interior en la cama, riendo mientras un hombre desconocido le hace cosquillas. Ante la interrupción, ambos hombres se voltean y notan a Emilio en la puerta con el impacto, y lo siguiente que Joaquín ve es como Troy ve la escena y se marcha con rapidez.

Estaba en graves problemas.

















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esta vaina necesitaba drama.

no sean Joaquín.

KISSES 「emiliaco」Место, где живут истории. Откройте их для себя