V

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Al día siguiente, Argentina se había ido temprano debido a que tenía un asunto que atender. Aunque desayunó con México, quien le dio chilaquiles para que el efecto que la borrachera le dejó se le pasara.

México pretendió que nada fuera de lo común ocurrió. ¿Qué se supone que México debía pensar?

Era muy probable que Argentina sólo lo dijera por su ebriedad -lo cual, por cierto, sorprendió a México. Argentina casi no pudo con el tequila-. Pero la seriedad con la que lo miró, y cuando tomó sus manos...

México mientras más lo pensaba, más se confundía. Dicen que si quieres saber algo, tienes que preguntarle a un niño o a un ebrio, ya que ambos hablan con la verdad.

Entonces, la vez que Argentina le dijo en el café que gustaba de él... ¿No lo estaba ensayando?

¡No puede ser que México haya sido tan ciego!

Honestamente, no entendía el por qué. ¿Qué demonios tenía México para que Argentina gustara de él? Si es chaparro, es muy ruidoso, suele ser imprudente... Todas las cualidades que alguien no querría en su pareja, el mexicano las tenía.

Aunque, ¿para qué negarlo? Se sentía halagado de que Argentina gustara de él. Vamos, Argentina es alto, amable, tiene un sentido de la moda muy bueno, es muy comprensivo con México, le tiene mucha paciencia, también es empático...

-Qué pendejo.- dijo México.

Todas las señales de que Argentina gustaba de él ahí estaban, y nunca se dio cuenta.

-Qué pendejo- repitió México.

Sinceramente, el argentino era un pendejo también. ¿Por qué se enamoraría de alguien como el mexicano? "Ni siquiera soy la gran cosa" pensaba México sobre sí mismo.

Suspiró, tratando de despejar su mente. Todo esto le estaba siendo muy complicado... E incluso después de salir con Canadá, uno de los países más amables, siente que no está listo para otra. No desde...

Bah, ¿no se supone que debería dejar de pensar en eso? Ya fue hace tiempo.

Tiene que ir con alguien a despejarse, alguien que lo distraiga. Revisó su celular rápidamente y marcó el número.

-Hola Rusia, ¿estás libre hoy?

...

-¡AH! ¡PENDEJO POSTE! ¡BÁJAME!- gritó México. No había mucho de qué preocuparse, en opinión de Rusia. Estaban hablando animadamente, de hecho. Pero México dijo algo que a Rusia le llenó el corazón de alegría.

¿Resumen? México llegó a la casa de Rusia, la cual parecía un pequeño palacio. Muchas cosas ahí eran de mármol, otras de oro entre otras cosas. Después, México fue con Rusia al patio trasero. La conversación escaló al punto en el que México comentó que si Rusia fuera menos intimidante, cabía posibilidad de ser su pareja.

Y eso resultó en que Rusia abrazara a México y lo alzara. Considerando la diferencia de altura, ciertamente esto apanicó a México. Aunque algo en México le decía que era algo más allá de eso.

Cuando Rusia lo dejó, el mexicano vio los ojos del ruso, y le sorprendió que estos estaban llenos de brillo. Nunca antes había visto los ojos del ruso tan... Destellantes.

-Значит ли это, что у меня есть шанс?- (¿significa que tengo una oportunidad?) preguntó el ruso, más feliz que nunca.

-Dije tal vez. Calmese poste. - dijo México cruzando los brazos.

-Лучше, чем ничего- (esto es mejor que nada) Rusia abrazó a México. México sólo sonrió y le correspondió el abrazo.

Pero entonces la imagen de Argentina regresó a su cabeza. ¿Pero cómo podría estar tan seguro si cuando se confesó, el argentino estaba ebrio? No lo sabía.

Miztemoa Noyollo | MexTinaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن