IV

2.9K 326 167
                                    

México estaba ahí sentado en medio de la sala, con Argentina dormido encima de él, preguntándose qué acababa de pasar.

En retrospectiva, esto pasó:

Después de que terminarán de cenar, ambos se dirigieron a la sala, en la cual México tenía una gran pantalla de plasma con una consola de videojuegos.

-¿Tons'? Te desafío a unas retas smash. Culo si no. - dijo México riendo.

-¿Smash? No me encanta ese juego... - dijo Argentina, especialmente porque no lo sabía jugar.

-Culo si no.- repitió México, sabiendo que si retaba el orgullo de Argentina, Argentina jugaría.

-Agh, está bien. - dijo Argentina. En realidad, no era porque su orgullo se dañara. Más bien era porque en esos momentos estaba en la casa de la persona que le gustaba. ¿Cómo decirle que no a México?

-Vavavava. - dijo México repitiendo rápidamente la palabra "Va".

Cuando México ya había puesto el juego y ambos estaban sentados en dos puffs en medio de la sala, le dijo a Argentina: -El que vaya perdiendo, shot por cada ronda.- dijo México con cierto aire de maldad.

Era bien sabido entre muchos países que México aguantaba muchísimo el alcohol, más con las bebidas emblemáticas de su país, el Tequila y el Pulque. A México siempre le encantaba retar a Estados Unidos, con la excusa de querer ver quién aguanta más los alcoholes, y conociendo a EUA, nunca dice que no. Y, claramente sabemos quién siempre le gana. No por nada al pulque le dicen "El tumba gringos".

Argentina vio a México con desconfianza. -Estoy pensando en dejar el reto.- claro, Argentina no es estúpido.

-Ay, andale. Sólo son pocos shots... Que sea tres de cinco. El que pierda, dos vasos enteros de Tequila. El que gane, nada más uno.- dijo México sonriendo, tratando de hacer ver el juego más justo.

-Vos has de llamarte "mala influencia", ¿no? - dijo Argentina, un poco molesto.

-... Chale. Tienes razón. Okey, okey. Mejor sin smash o alcohol. Ven, mejor te presento a Miztli y Yaotecatl.- dijo sonriendo. México se levantó y se dirigió a la cocina para que después se oyera una puerta abriéndose y cerrándose.

-¿Miztli y Yao... Yaotecatl?- Argentina preguntó, un poco asustado. La ansiedad del argentino empezó a hacer su trabajo. ¿Miztli y Yaotecatl? ¿Acaso eran dos dioses aztecas destinados a hacerle mal? ¿Una maldición?

Argentina se sentó en los puffs, esperando ansiosamente a lo que México se refería. De repente, dos perros entraron corriendo, dos xoloitzcuintles para ser específicos, ambos de color negro.

Apenas Argentina subió la mirada y los perros ya se le habían subido. Le estaban lamiendo toda la cara.

-¡Yao! ¡Miztli! ¡Dejen de babearlo que se le quita lo bonito!- dijo México para después reír. Al terminar de hablar, los dos perros se sentaron a lado de Argentina, uno en cada costado, dejándole espacio a Argentina de acomodarse.

Argentina se sorprendió por dos cosas: por cuan bien estaban entrenados los dos perros. Y... ¿México lo había llamado "bonito"? ¿Acaso era esto un milagro? Obviamente, Argentina estaba gritando internamente. Esta vez de emoción.

Al cabo de un rato, México pasó de nuevo a Yao y Miztli al patio de atrás. Aunque la palabra "patio" le quedaba pequeña en comparación a lo enorme que era el lugar donde los perros vivían. Era casi un terreno.

La noche era joven, entonces Argentina se dejó llevar. Pidió el combate del Smash pero el que perdiera tomaría un vaso mediano de tequila.

... Creo que está de más decir quién perdió, ¿no?. El punto es que Argentina no aguantaba muy bien el tequila. Se sabe que entre países, las bebidas alcohólicas propias son las que el país mejor aguanta. Si el país tenía una gran resistencia hacia el alcohol en general, era de reconocerse.

Argentina cayó bajo el efecto del alcohol rápidamente, y pidió otro vaso. México sólo le dio la mitad del vaso a lo cual Argentina protestó.

-Estoy dudando en dejar que te tomes ese medio vaso de alcohol. Y ni siquiera es tanto, es un vaso tequilero.- murmuró México, al ver a Argentina en tan mal estado, lo cual llegó a oídos de Argentina.

-Cashá, que sho eshtoy bie... Bienn- dijo Argentina con dificultad, pues estaba hipeando.

-No, no lo estás. Tienes suerte que aguanto mucho el alcohol. Dame eso. - pidió México sin arrebatarle el vaso tequilero a Argentina, estaba molestandose por cuan reacio se ponía Argentina. Aunque mucho no podía hacer, pues culpa de Argentina no era.

-¡N-no! ¡Esh mío, boludo!- dijo Argentina aferrándose al vasito y corriendo hacia el baño.

-¡Pendejo! ¡Ven acá y dame eso!- exigió México, persiguiendo al argentino.

Argentina entró al baño y se encerró en el mismo, pudiendo tomar el vasito. No era mucho que digamos, pero sí era lo suficiente para que Argentina se pusiera peor. Fue la gota que derramó el vaso.

Cuando México pudo abrir el baño después de encontrar las llaves, se encontró con un Argentina muy ebrio y mareado sentado en el piso con el vasito en mano.

-Ah, pendejo, te dije que no lo tomaras.- dijo México ayudando a Argentina a levantarse, abrazándole por los hombros. Cuando Argentina se acomodó, se dirigieron de nuevo a la sala.

Al llegar, México recostó a Argentina en un sillón en el que el más alto cupiera. Posteriormente, fue por un vaso normal de agua. Al llegar se sentó al lado de Argentina en el suelo.

-México... - le llamó Argentina, con una voz que sonaba un tanto melosa, pero quebrada.

-¿Qué pasa?- respondió México, tomando agua del vaso.

-¿Alguna vez... Vosh te enamoraste... Tan fuerte de alguien... Pero ese alguien... Nunca te hizo caso?- preguntó Argentina, lo cual tomó desprevenido a México.

-... Sólo una vez, después ese alguien me hizo caso pero nunca creí que saldría tan... - explicó México, pero se detuvo, no sería lo más prudente revelar eso en un momento como ese.- ¿Por qué lo preguntas?

-Hay un chico... Del que me enamoré... Y a pesar de haber tantas... Indirectas... Pareciera que me ignora y se va con alguien... Más- la voz de Argentina sonaba dolida. Esto preocupó a México, ya que Argentina era uno de sus amigos más cercanos.

-Enfrentalo. Ese es mi consejo. Ese chico se te irá de las manos si no lo haces pronto.- dijo México, su voz sonaba seria, pero pacífica debido a que Argentina estaba a punto de caer dormido, y lo último que México quería era alterarlo.

-Está bien... - Argentina se levantó y se hincó en frente de México, entonces tomó las manos de México, quien sólo veía a Argentina confundido pero curioso. - México... Sos vos. Vos me gustas.- Argentina se abalanzó sobre México para abrazarlo.

¿México? Pues... El tercer color de su bandera predominaba en su cara.

México intentó mover a Argentina, pero este ya había caído dormido.

-... ¿Qué?

¡Gracias por leer!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Gracias por leer!

Discúlpenme por desaparecer, tuve muchos problemas.

Y de nuevo perdón por haber puesto la historia en privado por un tiempo. 😫

Les debo varias disculpas, lo sé. Perdón. :c

De cualquier manera, estoy feliz de haber acabado esto. Es el capítulo más largo hasta ahora y espero les haya gustado. ¡L@s quiero! ❤️

Miztemoa Noyollo | MexTinaWhere stories live. Discover now