10. No plan at all

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Portugal. Casi dos años después.

A paso tranquilo, un atractivo hombre de rasgos asiáticos emerge de la Estación Rossio en Lisboa. Se dirige a su departamento en la Rua da Prata donde reside desde hace casi 2 años. Es un bonito y amplio espacio, ubicado en el centro histórico de la ciudad, que si bien es caro, puede pagar gracias a su trabajo en la sucursal local de una multinacional de Internet.

Ingresa a su hogar, dejando sus llaves sobre la mesilla de arrimo al pasar, su bolso sobre el sofá y con ademán relajado se adentra en el cuarto de baño. Es día de baño de tina con velitas, se lo merece, ha trabajado duro toda la semana.

Donghae está contento, satisfecho consigo mismo y lo que ha conseguido durante este periodo lejos de su país

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Donghae está contento, satisfecho consigo mismo y lo que ha conseguido durante este periodo lejos de su país. Al principio fue difícil por el idioma, pero en la empresa el idioma universal es el inglés y él se defiende muy bien.

Mientras la tina se llena contesta una llamada de su madre. Más tarde llamará a Heechul. Ayer habló con Ian y Mark. A pesar de la distancia no ha perdido contacto con su familia y amigos y se preocupa por saber de ellos con regularidad.

Es una de las cosas que ha aprendido en ese largo proceso. Cuidar lo que le hace bien, pero sobretodo saber que lo merece. Por supuesto que han habido momentos donde ha querido darse por vencido y mandar todo a la mierda, pero no ha cejado y hoy puede enfrentar sus sombras con honestidad y coraje. 

El primer año en Portugal consiguió llegar a la consulta de Jeffrey, un psicólogo canadiense avecindado en el país, y desde entonces consulta semanal a consulta semanal, ha ido pasando por altibajos y logros, empezando lenta pero persistentemente a sentirse adecuado y bien en su propia piel otra vez. Quizás por vez primera.

Hubo momentos oscuros, claro que sí, donde creyó que las fuerzas lo abandonaban y el valor se escapaba entre llantos, sentado en el mullido sillón para pacientes en la luminosa consulta de Jeffrey, como si diese palos de ciego a fantasmas en la oscuridad. Pero poco a poco ha aprendido a identificar, a ponerle nombre a sus demonios, a sus inseguridades, a entender que es un ser humano como cualquiera con defectos y virtudes y merecedor de amor como cualquiera y sobretodo... a amarse, a amarse de verdad, con todo lo que es... a perdonarse por sus errores y a aplaudir sus propios logros.

 a perdonarse por sus errores y a aplaudir sus propios logros

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Compañero del AlmaWhere stories live. Discover now